Querida Elena. Pi y Margali 1124. Sábado, 20 hs.
El delicado encanto de lo sutil hace su aparición en “El viaje de Hervé”. Si bien toma como punto de partida la novela “Seda” de Alessandro Baricco, va más allá de dicho texto. Es el disparador para que la dramaturgia de Bruno Luciani conciba una puesta que tendrá todos los condimentos de esas historias que te dejan sentado al borde de la butaca –que en este caso, no será tal-.El protagonista se llamará Hervé Joncour que será encarnado por un títere, manipulado con maestría por Gerardo Porión, convirtiéndose en el centro de toda acción teatral. Serán tanto el propio Porión como Rita González los narradores de los acontecimientos al tiempo que Luciano Cánepa es el músico en piso, factor fundamental en la creación de los climas y atmósferas que atraviesan la puesta.
Será en ese relato y la música, quienes atrapen a los espectadores los cuales podrán emprender su propio viaje onírico, junto con el propio Hervé, en búsqueda de esa seda tan requerida como escasa en Francia, que lo motivó a emprender un viaje hasta Japón.
La dimensión poética que adquiere la puesta es increíble. Subyugante de principio a fin, será fascinante la forma en que el viaje será el propio, para cada uno de los espectadores. Al respecto, párrafo aparte para Querida Elena que es el lugar exacto para que se lleve a cabo la puesta. Será en uno de sus patios, entre las plantas y la luz de la luna donde la escenografía es la propia casa, lo cual es un acierto sin parangón.
“El viaje de Hervé” es de esas puestas que te llevan de viaje, a través de una historia preciosa, hasta el destino –quizás- , más inesperado, tu propio corazón.