Al respecto, la dinámica de los acontecimientos enaltece una saga que puso el acento en una historia de amor con un mix de realismo y reflexión pocas veces visto. También es cierto que muchos de sus detractores son los mismos que sostienen un discurso insostenible en tanto y en cuanto su propia realidad.
Pero volvamos a “Antes de la medianoche”. Ahora Jesse y Celine están juntos, con dos gemelas, frutos de su relación. El regreso a EE.UU de Hank, el hijo de Jesse, con quien pasó sus vacaciones en Grecia es el puntapié para el devenir de acontecimientos que producen una implosión en el seno de la pareja.
El cambio (¿crecimiento como más años en el documento?) de ellos a través del tiempo se manifiesta en acciones y pensamientos. ¿Acaso Jesse y Celine –al decir de Star Wars- adoptaron el “lado oscuro de la Fuerza” encarnada en las dudas que antes no había, la perdida de la pasión y cierto “giro hacia la adultez y madurez” (¿?) tan mentada?
La amargura y la culpa que sienten Jesse y Celine atraviesan la película de un modo descarnado. Ellos mismos rompen la puerta de la felicidad que abrieron en las dos partes anteriores y lo hacen de la manera más real, a través de elecciones y sentimientos “obvios”. Usamos comillas no solo por su característica metafórica sino de la triste ironía de esa misma obviedad.
Ambos hicieron algo que la gran mayoría de los mortales quiso y nunca pudo hacer: romper con su vida establecida y arriesgarse a ser feliz, intentando dejar de lado todo aquello que les fue “inculcado”. Ahora, la felicidad puertas para adentro deja de serlo y a la vista de todos. ¿Por qué? Porque ellos son humanos que –intentan- vivir la vida y no sobrevivirla. Que tienen ese deseo de desarrollarse como seres pero sin tener que rendir cuentas a nadie. Es ahí donde aparece la tan mentada “culpa”. Como diría algún técnico de fútbol, la “sabana corta” que siempre va a dejarte desprotegido algún aspecto.
Las actuaciones de Ethan Hawke y Julie Delpy son excelentes, al igual que el guión pergeñado por Linklater y la pareja protagónica. Será ese tándem el cual hará que la reflexión, la crítica y el reproche aparezcan no solo de esa manera sino a través del contraste con otras parejas/elecciones de vida. Es muy lograda la escena de la reunión de las parejas de distintas edades y las formas en que cada una se ubica en la vida.
De a poco, se hará visible la rabia acumulada. La pregunta/idea retórica “Buscamos ser felices ¿y nos va como nos va?” sobrevuela la película sin tener respuesta alguna. A través de ese interrogante, se cuela el resentimiento y el cinismo porque también esboza la acusación a quienes optaron, de manera consciente, por “el lado oscuro de la Fuerza”. Vuelve la pregunta de “¿acaso se hacen algún tipo de pregunta al respecto?”.
“Antes de medianoche” apunta a dejar preguntas abiertas y fuertes reflexiones en torno a la vida como pareja en una mediana edad que no se resigna a dejar sus deseos en pos de un reconocimiento como individuos en una sociedad que siempre tendrá algo para criticar a todos aquello que, simplemente, quieren vivir la vida bajo sus propias reglas. Es el lado oscuro de la madurez.
Ficha técnica