Othelo (Teatro)

Risa shakespereana 

Autoría: William Shakespeare. Adaptación y dirección: Gabriel Chame Buendia. Con Matías Bassi, Julieta Carrera, Hernán Franco y Martín López Carzolio. Vestuario: Gisela Marchetti. Escenografía y Diseño de luces: Jorge Pastorino. Diseño sonoro: Sebastián Furman. Fotografía: Gianni Mestichelli. Diseño gráfico: Matías Bassi. Asistencia de escenografía:   Cecilia Stanovnik. Asistente de producción: José Luis Des Justo. Asistencia de dirección: Justina Grande. Asistencia De Escenas: Carola Fiadone. Producción ejecutiva: Micaela Fariña. Producción: Buendia Theatre. Jefe técnico: Fred Raposo.

La Carpintería. Jean Jaures 858. Lunes y viernes, 20 hs; jueves, 21 hs.



Cuando se monta una nueva versión de un clásico de Shakespeare, un signo de interrogación cruza de inmediato a tal emprendimiento. Más aún si es una versión en clave de humor. El clown –su técnica- se hace presente para tomar al clásico shakespereano por asalto y resignificarlo. ¿El resultado? Una puesta excelente de principio a fín.

Gabriel Chamé Buendía realizó una versión tan buena como disparatada de la tragedia shakespereana que mantiene la esencia del original pero no pegado a su mera reproducción sino con una distancia  prudencial que también le permita ser original en su desarrollo y personal en su concepción. Será el lenguaje clownesco el que permita darle ritmo y humor a la obra pero sin perder la seriedad ni la sordidez. El lenguaje será lúdico y absurdo al tiempo que permite que las distancias se acorten y la atención sea mayor. Igualmente, siempre respetará el espíritu original asi como los hechos de la tragedia shakespereana –no confundir seriedad con solemnidad-. Lo cómico y lo trágico logran su intersección en este Othelo, en el que se lo perciba como una creación tan personal como rica en esto de expandir los límites de una obra. Aprehender y resignificar para enriquecer al original. Este Othelo llega en clave de clown en relación con la actuación y con la puesta al tiempo que llega al público a través del guiño, del gag, la risa y sin perder un ápice de la esencia que le dio origen.

La puesta es exacta y utiliza una escenografía tan sencilla como precisa, con elementos que permitirán la aparición de imágenes y contextos gracias a la creatividad de un grupo que se tomó muy en serio el hacer reir.
Con la participación de cuatro actores, el universo de Othelo queda absolutamente cubierto, dando paso tanto a la sabia dirección como al preciso/precioso trabajo actoral. Matias Bassi es un Othelo perturbado, serio, que mantiene su carácter a lo largo de la puesta con exactitud.
En cambio, el devenir de la comicidad tendrá en Julieta Carrera, Hernán Franco y Martín López Carzolio sus abanderados. De vasta trayectoria en el universo de las narices rojas –su clown Sagitario es fantástico-, Julieta Carrera es una Desdémona de fuerte hilaridad pero que no se pierde en la misma, sabiendo como dosificarla. Hernán Franco será el malvado Yago, que mantiene tanto la maldad del original con un toque de Pierre Nodoyuna. Su actuación es excelente y más aún con los guiños que aporta, foto de Shakespeare incluída. Para finalizar, Martín López Carzolio se encarga de cuatro personajes –Casio, Rodrigo, Emilia y Ludovico- a los que dotará de particularidades tan propias como hilarantes. Un Casio en línea directa con Michael Jackson y una Emilia cordobesa serán una muestra de la versatilidad de López Carzolio.

Othelo tiene una nueva visión de su universo. Será de esas puestas que llevan la risa en las venas y que, seguramente, le picará el bichito de la tentación para verla otra vez. No se prive de hacerlo porque el teatro de calidad debe disfrutarse como un bálsamo para el espíritu. En ese sentido, Othelo es una caricia al alma en forma de hecho teatral.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio