Referente ineludible de la impro y del teatro porteño, es la cabeza visible de la cuarta edición del Festival Destravarte. Militante por la igualdad de género y por los derechos de las minorías, el talentoso Mosquito Sancineto habla de la impro, Florencia de la V, Colón, Sarmiento, el momento histórico de hoy en día, entre tantas cosas, a corazón abierto.
Entrevista realizada con Matías Recis
– Mosquito, se viene una nueva edición del Festival Destravarte…
– Si. Esta es una iniciativa de hace cinco años, gracias al Konex que me ofreció hacer un ciclo de artistas donde estos hacían lo que querían. Era un ciclo de verano. Me acuerdo que me tocó la tercera fecha y decidí trabajar, además de la improvisación, la estética del travestismo. Hacer de eso una información al público porque me daba cuenta que a la gente le daba todo igual. Ese fue el germen, el embrión del Festival. Esa experiencia fue muy buena. Los que nos juntamos la pasamos bien y nos surgió la idea de hacer un festival, con más artistas, ampliándolo a las artes plásticas, el video, el cine, la poesía, la literatura. Sentía la necesidad personal como artista –y como activista del tema- que el marco democrático me daba lugar para eso. Me lo permitía. Así vamos por la cuarta edición.
– ¿Que se incorporó en esta cuarta edición?
– Drag Queens que nunca habíamos tenido como hecho artístico en el festival. Se suman un montón de artistas plásticos que no son de condición trans pero que van a tratar el tema. Muchos de ellos muy renombrados. La curadora del área plástica fue Jackie Miasnik que logró establecer el contacto con artistas jóvenes que son muy trascendentes. Vamos a hacer dos paredes de artistas plásticos. Este año delegué actividades en otras personas y se hicieron muy responsables.
-¿Qué más se podrá ver?
–Va a haber una murga y un desfile por “Miss Destravarte”, recitales de Susy Shock y Karen Bennett, la poesía de Klaudia con K, La Familia Ingalls de María Laura Alemán. Yo le digo la familia Ingalls porque María Laura Alemán es una trans música que interpreta con su equipo, que es toda su familia. Sus hijos, sus sobrinos que son sus músicos también. Para mí, María Laura Alemán y su familia son el claro ejemplo de lo que es la inclusión real. La aceptación en la sociedad. Es una familia donde los hijos y los sobrinos aceptan a esta madre travesti que antes había sido el papá/tio. Me alucina verlos.
– ¿El festival termina en Marlene?
– ¡Si! Marlene es un centro cultural que queda en Colombres 770. Es un lugar de mujeres que nos ofrecieron si queríamos hacer el cierre allí. También me gusta descubrir estos nuevos sitios. Algunos me critican y dicen “no es un lugar muy lindo”, “está fuera del circuito”. Les pregunto “¿Por qué tiene que ser todo ‘muy lindo’,? El lugar tiene su identidad. ¿Qué es lindo y qué es feo? Si le diese bola a cada uno de los comentarios que hacen, no haría nada. Es un lugar nuevo y hay que incentivarlos. Como artista tuve la oportunidad que me ofrecieran subirme a un escenario, ¿por qué no voy a hacer lo mismo? La estética se hará ahora. La dueña del lugar está muy contenta con que se haga allí el cierre.
-En los 60 y 70 era común interrelacionar distintas aristas del arte y ahora se perdió. ¿Cómo fue el buscar lugar en función de tantas vertientes del arte?
– Eso que vos decís, siempre me interesó. Fui educado dentro de ese marco por mi familia. La búsqueda de lugares fue difícil por el tema de arte travesti pero al mismo tiempo fue fácil porque fui a lugares donde sabía que me iban a decir que si por mi relación con los dueños del lugar, la confianza y en algunos lugares como Caras y Caretas, por la militancia del mismo ciclo. Hubo otros lugares donde no me cerraron la puerta pero desconfiaron u olieron miedo como el Bauen.
–¿Si? ¿En serio?
– Cuando argumentan “no tengo fecha” es que te están mintiendo. A esta altura, soy el zocalo de un teatro. Ya la huelo, me la veo venir. Veo la sombra y ya se como estas. A mi no me la venden. Tampoco me perjudican. Cuando te dicen de una entrevista y te dicen “no tenemos fecha” es porque te dio miedo. No importa. Se sigue igual.
-Tal vez uno pensaría que un lugar ideal sería la Casa Brandon para la propuesta.
– Estuvimos en la Casa Brandon el año pasado pero me gusta más aportar en lugares que no sean del ghetto y no siempre se escuche la misma música. Creo que las travestis o los artistas de mi condición si nos encerramos en un solo sitio, perdemos. Se te agota el público. Soy parte de la sociedad. La obligo a que me mire y me acepte. Están los que no me aceptarán nunca pero no importa. Al menos habrá puesto la mirada en lo que hago y en mi. Si después me critican negativamente, por prejuicio, será problema de esa persona; si no le gusta mi labor como artista, ahí debatiremos que tendré que mejorar yo para convencerlo.
-Recién dijiste la palabra “ghetto”. ¿Como vivís esa situación?
– Mirá, desde temprana edad, el ghetto fue lo que me enseñaron y lo que miré. El ghetto de Varsovia donde moría gente. Un lugar mayoritario encerraba a una comunidad. Eso fue siempre un ghetto y me asustaba. Entonces, cuando empecé a sentir lo que sentía, tenía que ir a ese ghetto porque no quedaba otra. Pero después dije “No, no me gusta”. No quiero estar todos los días en el mismo lugar con la misma gente, viendo la misma cara, acostándome con las mismas personas y repitiendo figuritas. No me interesaba. Vi a artistas muy buenos, transformistas que no podían estar en otro teatro haciendo su arte. ¿Es solo para un gay lo que hace? No. Así fue que me rebelé y estoy muy agradecido a esa rebeldía que tuve siempre.
–Y el reconocimiento llegó.
– Si, pero además soy actor. Estaba haciendo mis trabajos. Quiero trabajar para un público en general, no para un solo sector. Por eso fue que me abrí. No fui más a los boliches. Empecé a generar las Fiestas Mayas, movidas propias donde todos los ghettos coincidieran, empezaran a convivir y se llevaran bien. Eso se pudo lograr. Después vino la decadencia y era muy difícil ya lograrlo.
–¿Ahora sigue siendo complicado?
– Si. Hubo un momento que fue difícil porque, a mayor ignorancia que había en la sociedad, por las economías y gobiernos que vivimos y padecimos -que apostaron a la no-cultura, después de diez años de menemismo-, los resultados estuvieron. Había gente que, si podía, te pegaba. El prejuicio empezó a aparecer. Entonces era muy difícil. La ignorancia trae prejuicio y no lo digo por el tema de la pobreza porque los ricos son bastante ignorantes. Diría doblemente ignorantes porque tienen la gestión del poder económico y no se preocupan por nada. Es lastimoso pero ahora estamos en el plano de revertir todo eso.
-Con medidas como la igualdad de género, matrimonio igualitario, empezó a tomar otro tipo de preponderancia…
-Esto está buenísimo. A veces digo que estoy feliz de vivir este presente, más allá de este gobierno, porque se pudo hacer. Estoy muy agradecido pero también hubo una iniciativa de hacer. Cristina no tenía conocimiento del mundo gay en su profundidad. Cuando fuimos a la Casa de Gobierno, se veía en ella el asombro de ver a todos estos personajes y la aceptación de ellos. Habla de una muy buena mina y una buena presidenta, muy abierta. Por eso se logró y por agentes políticos que lo permitieron así como militantes y activistas que estuvimos también detrás de eso.
-Un importante reconocimiento…!
– Ver todo esto me parece fantástico porque cuando uno era chico, podía haber soñado con casarse, mandar una invitación y ahora, poder verlo (que no me toque a mi) pero saber que tiene la posibilidad, es bárbaro. Las travestis….que tengan la Ley de Identidad. Ver a mis compañeras militantes como Marlene Wayar, Pía Bau que falleció, Marcela Romero, y otras que han muerto en el camino, es fantástico el salir de la prostitución.
-Siempre fuiste militante, pero ¿cuando empezó tu militancia?
– De chico, en la escuela secundaria. Empezó en la rebeldía propia y personal, con los libros de la biblioteca de mi papá. Mi padre es un ser humano que admiro mucho. Es artista plástico; dibuja y pinta para él, nunca estudió. Mi hermano militó en el PC y yo iba a un colegio católico mientras mi mamá era completamente liberal en sus ideas, siendo una mujer que no pudo continuar con sus estudios. Solo tuvo un secundario y fue madre soltera. En mi casa, se vivieron emociones reales que nunca se caretearon. Las sufrimos. En la época de los militares, a mi hermano lo persiguieron. Era chico y había que callarse la boca; a mi padre la familia lo abandonó por miedo. Nos aislaron y más allá de eso, seguimos adelante. Todo eso lo decodifiqué en el juego, lo teatralicé, lo dibujaba. Cuando me encontraba con algunas injusticias de la vida, las enfrentaba. Mi papá siempre decía que abría la boca en el momento menos indicado. “Tené cuidado con eso”. Lo escuchaba pero no me iba a callar. Después vino el arte y ahí transcurrió todo.
-¿En que momento como artista te encontrás ahora?
– Un momento muy emocionante. Me falta mucho por hacer. Creo que el medio me debe ahora hacer un espacio real. Mosquito Sancineto pagó la cuota suficiente ya. Las humillaciones ya las pasé. Construí con eso, seguí adelante, armé mi compañía, llené espacios, bla, bla, bla….Bueno, quítense el prejuicio. Mosquito Sancineto debe estar en otro espacio. Lo digo de verdad, honestamente. Me gustaría que me convoquen para un programa de televisión, como conductor, actor o para una película.
-¿No te convocan?
– No, salvo excepciones como la de Pompeyo Audivert en el Cervantes el año pasado. Para mi, eso fue una fiesta. No me convocan porque creen que no lo necesito o que voy a decir que no. Como que vivo en mi propio oasis, ahí lo habito y con eso me llené. Otra puede ser por el conocimiento. También en el medio hay mucha gente ignorante. Mucho bruto que no se toma el trabajo de investigar o salir a la calle a ver que pasa, quien es quien. Me pasó en América para una nota, que no solo no me conocían sino que no sabían como se escribía tal o cual artista. No solamente hay ignorancia de producción sino de analfabetismo. ¿Y vos ocupás un espacio? Me parece que está mal ubicado.
-¿Estas con la idea de hacer aire en algún lugar de Canal Encuentro, por ejemplo?
– Si pero todos los años me llaman para tal o cual proyecto y después no pasa nada. Voy, me reúno, pierdo el tiempo en encuentros. “Esto va a salir en tal momento” y después no sale pero no me dicen que no va a salir. Es una falta de respeto total o lo que es peor, lo ves hecho por otro.
-¿Si?
– Por supuesto. Da bronca. Preparas un piloto y después lo hace otro.
-¿No se pueden hacer acciones legales?
– Si pero no quiero hacerlo. Mi acción legal sería ir y romperle la cara. No quiero perder el tiempo con eso. Es una humillación y da bronca. También es mi responsabilidad porque también tengo que imponer ese respeto.
-¿Cómo recordás “Mi primera vez” con Maria Fernanda Callejón y Alejandro Paker?
– Muy lindo recuerdo. La pasamos muy bien. Fue un tanto efímero en la práctica ya que duró poco la obra. Pero en el momento de la creación, la experiencia de la convivencia fue hermosa. Laburar con ellos dos que fueron grandes compañeros, Vanesa Strauch también y Ricardo Manetti como productor, que se arriesgó mucho pero nos cagó el teatro. El dueño del Cubo se asustó y nos bajó.
-¿Les dio explicaciones?
– Si las dio, no las escuché. Creo que fue mal elegido ese teatro. Era en el Abasto, muy tarde, una zona de robos –que ocurría porque salía la gente y la afanaban- y eso perjudicó. El horario también. Si hubiese sido en el centro, un horario más temprano, era un éxito la obra porque era muy divertida. Más, con los talentos que eran.
-¿Fue uno de tus mejores equipos?
– Si. Para mi fue un orgullo trabajar y dirigir a Alejandro Paker. Admiro mucho a los artistas. Trabajo desde la admiración y también del respeto y la exigencia. También me pongo en un lugar en que lo voy a cuidar a ese actor porque es lo que se va a ver en la obra. Una estética adecuada para que desarrolle. Los quiero a los actores. Hay excepciones como todo pero bueno…
-Sos un referente de la improvisación. Hubo una explosión con la impro, como una “moda” que también hizo que apareciera mucho chanta….
– Tuve una crisis con la impro, por culpa de esos chantas y el mundillo que se armó. Eso perjudicó a los que veníamos laburando desde hace muchísimo tiempo (bien o mal) pero sabemos qué es la improvisación. Que trabajamos en un escenario y podemos construir a partir de la impro, llamese “Match de improvisación” o profesor pindonga. En este mundo, considero que hay pocos y muy buenos improvisadores pero los hay. Unos investigan, otros podemos gozar del prestigio y realmente, hay una corrupción con pelotudos que hacen un taller de tres meses, dicen “esto es fácil” y arman sus equipitos de improvisadores. Son unos irrespetuosos con los maestros o personas que podemos ofrecer nuestro conocimiento para que mejoren. Irrespetuosos que ni siquiera saben quienes somos. Se desvirtuó de una manera cancerígena. Hay que marcar una diferencia. Ojo, no es discriminar sino “quédate ahí donde estás y a mi déjame avanzar”.
-Ubicate…
– Exacto. Mientras yo siga avanzando, vos podés seguir construyendo pero cuidado, tenés la obligación de construir algo que valga la pena y esté bien construido. No me imites ni seas el clon del clon. Construí algo nuevo, renová, innová. Hacé algo con esto y se respetuoso de los que venimos laburando. Estoy muy enojado con esto.
-Martín Rocco me contaba que ocurre lo mismo pero referido al stand up.
– En la impro es igual. No tienen la menor idea de nada y salen igual. Encima tienen el tupé de criticarte. Hay una página de impro que no suelo habitarla, pero un día entré y justo estaban hablando mal de mi. ¡Ignotos absolutos! En un momento, aparecí. “Hola, buenas noches! Soy Mosquito Sancineto…”. Al toque, saltaron las disculpas y eso. Les puse “Sigan que ya sé con que personas estoy tratando. Lo que ustedes están escribiendo, habla de ustedes mismos. Solo que me es gracioso todo esto”. Pero me parece que hay una falta de respeto completa que inunda a la sociedad.
-El tema de la falta de respeto de la sociedad, ¿tiene que ver con que la gente se queda sin elementos, con toda esta caída de los “velos” que se están dando?
– Si, totalmente. Queda todo en carne viva y hay necios que, cuando quedan al descubierto –conservadores además-, no entienden que los cambios se pueden producir bien, mal o regular. No los asimilan, no pueden. No les da. Su propia personalidad y (des) conocimiento de la vida les impide aceptarlos. Están paralizados. Esto es un problema, para ellos. Lo mejor de la vida es poder escuchar al otro, aceptarlo en su esencia y saber que se puede construir juntos. La gente que se oponga a eso, tendrá algunos problemitas. A mi no me preocupa. No estoy enfrentado a nadie. Solo digo lo que pienso y considero que debería ser más justo. Adecuarse y acomodarse a la circunstancias. No le voy a negar nunca el laburo a nadie, volviendo al tema de la improvisación pero si es necesario que haya un ordenamiento de ese mundo.
-Capacitate minimamente
– Claro! Hay gente como Gonzalo Rodolico, Improcrash, Estereotipos. Son personas que hace años que vienen trabajando. Eso marca una diferencia. Tendrían que ser menos arrogantes los chiquititos. Cambiarse el pañal y aprender a caminar. Volviendo a la sociedad, por un lado me gusta lo que está sucediendo y por otro, me parece irritante y violento. Cuando uno lee en los muros, las personas que solo agreden….¡pobres tipos! Que el negro esto, que el negro aquello…¿Le tenes envidia entonces? ¿Qué te pasa con eso? ¿Cual es el problema real? Se enojan por los subsidios…consideran que son los “patrones” de uno. “Que con mi sueldo, les pago el sueldo a ustedes”…¿vos sos mi patrón? ¡Tarado! Yo también pago los impuestos y no soy patrón de nadie. Soy mi propio patrón cuando hago mis cosas. Basta de ese discurso “porque yo, porque yo”. Parece que tienen un alto complejo de inferioridad. Cuando ven a otros que estamos seguros de quienes somos y lo que hacemos, les da miedo. Salen altaneros y con el dedo. “Yo, yo y yo”…el yo-yo es un lindo juego…ja!
– En “Argentina improvisada” fui con un chico de diez años que terminó sorprendidísimo con lo que vio. Con la política, te corriste de la cuestión sexualidad
– Si, les cuesta…
¿Por qué pasa eso?
– Porque solamente viven eso, como fuera el sexo lo único que existe en la vida. Esa cosa de “yo con la política no meto”, “no me comprometo” pero loco, tenés que comprometerte. La política te roza todo el tiempo, te atraviesa. A uno les gustará más, a otros menos pero tenés que reconocer que te atraviesa y te afecta. No podés ser indiferente a la política. No se debe. Es un hecho cotidiano porque de esa manera, se ganan derechos, se avanza y se enfrentan con los monopolios y corporaciones. Se despiertan mentes, como la del chico de diez años que me dijiste, que es algo elogioso. Así se permite que estas generaciones de chicos y adolescentes, que tienen sentido de solidaridad e ideas y ganas de desarrollarse como artistas e individuos, sea permanente. Que no se corte y se quiebre. Hay una generación a la que mataron, a otros los lobotomizaron. Hubo empobrecimiento y marginación para que no haya más sustento que el aire. A mi me encanta politizar y meter algo en el medio de la improvisación. En mi, está muy marcado esto.
-En “Argentina improvisada” hubo mucha historia…
– Si, hubo que estudiar bastante y leer muchos libros. Me acuerdo que llevaba libros de Historia marcados con separadores y repasaba fechas o personajes para tenerlos en la memoria. Es hermoso estudiar la historia argentina. Me gusta mucho aunque falta bastante todavía. Asi descubrimos a monstruos como Sarmiento o Roca.
-¿Hubo algún personaje histórico que te haya sorprendido?
– Si. Sarmiento y para mal. Ignoraba lo discriminador que era. Hoy en día, sería un liberal de aquellos, del PRO, un Macri. Todo lo bueno que hizo en educación, después lo hacía mal en contra de los gauchos y pueblos originarios. Hoy en día diría “estos negros de mierda que se mantienen con subsidios”. Ideólogo de la campaña del desierto con Roca, un asesino serial.
-¿Cómo fue la investigación de esto…?
– Buscamos muchos autores. No me quedé con el ABC de esto. El tema de los pueblos originarios que buscaban defender su cultura en la época de la conquista. Además ya venían sufriendo injusticias de la época de la colonización con los españoles. Te juro que me rebelo mucho con esto. Lo que hicieron los españoles en América no tiene nombre. Y que nos hayan enseñado a respetar a todos esos, desde Colón para acá, que ellos eran los buenos, que nos venían a traer la civilización y que acá había salvajismo. Después, terminas descubriendo todo lo que han asesinado, saqueado, mentido, violado. La Iglesia y España no tienen perdón lo que han hecho y deberían pedir ellos perdón por quinientos años seguidos.
-Me acuerdo que te enojaste mucho por Facebook cuando fue el tema de Flor de la V y el bautismo de sus hijos. Lo que más me sorprendió que tu enojo no tuvo mucho eco.
– Hay gente que le teme sumarse a mi enojo. Fue Gustavo Pecoraro el que se enojó y yo me adherí a lo que decía. Me pareció muy bien lo que escribió. Basta de aguantar y no decir las cosas. Que tenga hijos no me parece mal. Está en todo su derecho. De una palmera, in vitro, adoptar, un vientre, lo que sea. Ahora el hecho de que los bautices en una iglesia, llamemosle ortodoxa, que sabés que fue cómplice de todo esto que estamos hablando, es contradictorio. Que una travesti se ofrezca a estar en esa iglesia que las odia, que las mandaría a una isla (como dijo Quarracino) y nunca apoyaron leyes por la inclusión y la igualdad, me parece nefasto. Ella derrapó y se convirtió en una especie de Mirtha Legrand. Con el tiempo, se va a convertir en una Mirtha. Se olvidó que es una travesti.
-Por eso, me sorprendió que nadie dijese nada o fuera un “Mosquito, tenés razón pero no nos metamos más”.
– Es la cobardía de mucha gente. El “No te metas” sigue todavía. Fijate lo de Saladillo. A una piba que la agarraron entre cinco enfermos mentales, lo escuchó una vecina ¡¿y es incapaz de llamar a la policía!? Va a declarar una vez consumado el hecho. ¡Sos una tarada! No me basta con que vaya a testificar y diga “si si, escuché voces”. Vecina, tenés que actuar y ayudar. No digo que salgas a la calle a exponerte. Ok, no querés morirte, tenes miedo pero ¡loca, escuchaste como violaban a una chica! ¿Qué te pasó? ¿Cual es tu morbo? ¿Te gusta escuchar los gritos de desesperación de una persona? Hace dos años, estaba con un amigo en mi casa y escuchamos los gritos de un chico diciendo “Ayudenme, me están robando”. Me asomé y vi como dos hombres estaban forcejando con él por una mochila. Empezamos a gritar, que lo suelten, que íbamos a llamar a la policía. Después, salió otro vecino y otro más y al final, lo soltaron al chico y no le robaron nada. Un efecto logramos. “¡Soltalo que estamos filmando!” –un invento- pero lo ayudamos…
-El individualismo que hay en la sociedad es terrible
– Por supuesto. Está instalado desde hace mucho tiempo. Egoísmo y falta de solidaridad. Mirá, me di cuenta que hay gente solidaria pero tenes los solidarios que si tienen que dar un colchón, entregan uno en buenas condiciones pero después están los que “donan” uno que está roto, cagado y meado en la casa, que nadie usa. “Que duerma ahí el pobre”. ¿¡Cómo van a donar eso?! Que duerma en un colchón como la gente! Lo que está roto se tira o se lo brinda a aquél que tenga la cualidad de las manualidades y arreglos. Los estas humillando más.
-Si por esta puerta del café Las Violetas, entrase el pequeño Mosquito que recién empezaba a coquetear con el teatro, ¿qué le dirías?
– Uh. Ese Mosquito….lo abrazaría mucho porque entraría un chico muy frágil pero con mucho temperamento para enfrentarse a muchas cosas. Me daría mucha alegría verlo y le diría que se siente a la mesa. No le daría ningún consejo pero si, le diría “Tenés la suerte de vivir este presente. Me gusta lo que haces y te vamos a dar una mano para que avances en tu carrera. No te vamos a dejar solo”. Estoy muy emocionado porque lo que viví el domingo 3 en Canal 7. Es un poco contradictorio en el que voy a actuar pero no lo van a grabar. Y bueno…que se yo…yo me río. Además es un homenaje. En un muro preguntaron “Che, ¿se murió Mosquito? ¿Qué pasó?”. Estoy vivo pero igual me van a hacer un homenaje igual! (risas)
-¿Quién te acompañó en tus primeros pasos?
– Tuve mucha suerte. La primera directora que me dirigió fue Inda Ledesma. Fue genial. Hacía de niño mendigo en una obra de Dostoievski. Fue mi debut en el 79. No sabía que era una famosa directora ni nada. Mi papá era amigo de su hermano y me dijo “Llamala y ofrecete”. Me incentivó y la llamé. “¿La señora Inda Ledesma? Sé que va a dirigir una obra de teatro. ¿Me podría hacer una prueba?” A ella le encantó ese caradurismo y me preguntó “¿Vos sos el hijo de Domingo Sancineto, querido? Venite con ropa cómoda al Margarita Xirgu”. Le preguntaba que tenía que hacer –un caradura terrible-. Tenía que trabajar con otra gente, hacer “el frío”, “el hambre” y como ser un niño mendigo. Me sentí en Rusia, con la nieve y todo. Terminé de hacer la prueba, vino, me abrazó y me dijo “Me convenciste”. Ahí empecé mi carrera.
-¡Qué grande!
-Después descubrí quien era ella. Ese día, llegué a casa y le conté a papá. Me felicitó y me dijo “Ahora te voy a contar quien es Inda Ledesma”. ¡Guauuuuuuuuu, que trayectoria! Después le hicimos una nota para el colegio. Para mi, es un ser de esos a los que le debo mucho. A ella, a Norma Briski. Gente que me enseñó y con quien pude trabajar en mi carrera. Ciro Cappellari, un director de cine que me dio dos oportunidades magistrales. Dos películas muy lindas. Y también Isabel Sarli.
-¿La Coca? ¡Contame!
– Trabajé con ella en “La dama regresa”. Lo que luché por estar en esa película…¡y lo logré! No tuve escenas con ella pero cuando la vi y la conocí…Ella iba cuando había filmación y había averiguado quien era. Recuerdo que los camarines estaban en un hotel. Voy a buscar donde estaban mis cosas. Abre la puerta la secretaria de la Señora y me dice que se estaba cambiando. “No podés entrar todavía”. De repente, ella escucha y pregunta “¿quien es? ¿Mosquito?” y la secretaria le dice que si. “Decile que pase”. Le pedí disculpas y que después pasaba para cambiarme. Ella me pregunta “No querido. ¿Ya terminaste de trabajar? Tenes que irte a tu casa. Cambiate tranquilo. Ya terminó tu jornada de trabajo, yo puedo esperar”.
-¡Que linda anécdota!
– Isabel Sarli me dio una lección de humildad y de buena compañera. Después nos quedamos charlando. Ella, cuando entraba al set de filmación, saludaba a todo el mundo. Le daba la mano o un beso. Cuando se hacía el doblaje y allí nos veíamos siempre, se compraban unas tortillas o lo que comíamos. Recuerdo que las porciones mas grandes eran para Jorge Polaco y para mi, porque los dos eramos muy flacos. “Tienen que alimentarse más porque son muy flaquitos”. ¡Una madre! Lamento mucho no haber podido continuar esa amistad que ella me ofreció. Pero mi temor y mi timidez hizo que lo viviera en ese momento y después no pudiera….
-Te intimidó un poco…
– ¡Si! Es fantástica esa mujer. Así como cuando se enoja, también es fantástica porque te da terror, por lo que grita y las cosas que arroja, pero bueno, es una diva. Nadie lo puede negar. Es un gran ser humano.
-¿El mayor enemigo del artista es el ego?
– Totalmente. El ego y la ansiedad. El ego es lo peor que le puede pasar a cualquier ser humano. Fijate el pelotudo que te dice “Yo, que te pago el sueldo con mis impuestos” hasta el idiota que se la cree porque está ahí arriba pero no sabe que mañana puede estar en el subsuelo. Ahí es cuando silba bajito porque sabe que obró mal. Una cosa es arriba del escenario, arremeter con toda tu energía con lo que sabés hacer en pos de una función, siendo un engranaje entre todos. Ahí nace el Mosquito que dice “Ese soy yo”. Ahí está mi ego puesto sin que esto implique hacer diferencias. El otro es mi compañero y trabajamos juntos. Tenemos que hacerlo bien. Después, se terminó. A casa, nos vamos a dormir, nos sacamos el maquillaje y a vivir la soledad. Nadie te espera ahí, eh!
-Con Tom Lupo hiciste “Noche tras noche”…
– Fue una experiencia bárbara. Tom Lupo es otra persona a la que le agradezco mucho en mi carrera. También a María Seoane. ¿Ves? Ahí tenes otra persona que creyó en mi desde que me vio. Ella me vio en el Cervantes en una de las funciones de Teatro X la Identidad. Yo soy muy torpe y no se quien está mirando. Cuando termina todo, ella viene y me da una tarjeta. “¿Me podés llamar?”. “Si, si”. A partir de allí, nos hicimos amigos. La nombran directora de Radio Nacional y me cuenta esto. La felicito y me dice “Te venís a trabajar conmigo”. De una. Ahí es cuando comenzamos con Tom Lupo a hacer “Noche tras noche”. Una experiencia maravillosa. En Radio Nacional tenemos total libertad. Nadie me marca el pensamiento. “El guión es este”. Nada que ver. Decimos lo que queremos.
-¿Y “Dimensión mosquito”?
– Estoy muy feliz con el programa! Está saliendo por Radio Zonica, los jueves. Estoy muy entusiasmado con el equipo que se formó. La pasamos muy bien y estamos haciendo algo que me gusta: difundir el arte, sobre todo el de la periferia. No de los famosos sino de los que van a ser famosos. www.radiozonica.com.ar
Festival Destravarte. Del 11 al 13 de diciembre en el Centro Cultural Caras y Caretas; y el 14 en Centro Cultural Marlene, Colombres 770.