Aguafuertes porteñas: “Los amigos del Chango” en Jazz y Pop

En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.



La curiosidad hizo que el pasado martes nos hiciésemos una escapada a Jazz & Pop para presenciar un recital del Chango Farías Gómez en una nueva formación. Bajo el nombre de “Los amigos del Chango”, se conformó una banda por demás interesante y heterogénea compuesta por el Chango Farías Gómez (guitarra, percusión y voz),  Rubén Mono Izarrualde (flauta y voz), Néstor Gómez (guitarra y voz), Omar Gómez (bajo y voz),  Ricardo Culotta (trompeta y voz), Jerónimo Izarrualde (batería y voz), Cacho Ferreyra (saxo y voz), Fabián Cartier (piano), Bernabé Romero (violín), Daniel Gómez (bandoneón). 

La propuesta del combo es desarrollar dentro de la música argentina en sus más diversas expresiones -tango, chacarera, chamamé, zambas, cuecas, etc.- nuevas maneras y formas de interpretarla en donde la improvisación sea uno de los ejes. Bajo estos paradigmas, el show del martes fue de mucho disfrute pero siempre partiendo de una interpretación aceitada, con lugar para todos los instrumentos y estilos, sin mayor deseo que el realizar nuevas versiones del cancionero popular argentino.

De esta manera, se abre el show con “Entre a mi pago sin golpear” que lo tiene al Chango en el bombo y la banda calentando motores pero ya partiendo de un nivel de excelencia en el ensamble musical por demás interesante. Suena “Nostalgia Tucumana” que es la excusa para que se presenten los miembros de la banda y hagan sonar sus instrumentos en pequeños solos. Se da paso a una versión un tanto jazzera del tango “María”, con el Chango en voz y guitarra, con un punteo de las seis cuerdas tenue para un clásico por antonomasia. Con la chacarera “La Vieja”, el Chango cuenta que la segunda parte del tema va a ser como una “reivindicación a Africa” ya que todo lo que se hizo a nivel musical en nuestro país, no tienen que ver con instrumentos autoctonos, como el bandoneón, el violin, o la guitarra. Así, “La vieja” termina siendo un tema de aquellos para cerrar la primera parte del show con el “Canto a la Teresita”, una vidala de Rolando Valladares que tiene una riqueza impensada en sus arreglos: guitarra distorsionada y coros a tres voces.

Tras quince minutos de descanso, se vuelve al escenario con ánimos renovados. Se abre la segunda parte del recital con “La Carbonera” de los Hermanos Abalos, en la que la voz lider la lleva adelante el baterista Jerónimo Izaurralde, con un fraseo del Chango para cerrar la canción, de primera. La combinación de jazz, folklore y tango, que cuenta para su interpretación tanto con saxo, guitarras eléctricas o bandoneones, no afecta en absoluto la esencia de cada tema. Por el contrario, los enriquece al encontrarle una nueva veta en su interpretación, llevada a cabo por músicos de primera línea y con el respeto que cada una de ellas se merece. De esta manera, se escucha “Nicanor”, un chamamé retrabajado en sus arreglos pero sin dejar de serlo en ningún momento. La fusión en su máxima expresión llega con “La Oncera”, un tema de Eduardo Lagos, a quien el Chango en su interpretación. Asi, la conjugación de los vientos y las guitarras junto con el tempo aceitado de cada uno de ellos, da lugar a una cuasi zapada jazzera con el componente “folklorico” que implica el tema. Nos vamos acercando al final y este llega con una versión power de “El humahuaqueño”. Parece que termina pero no. Una nena de unos 7 años, que estuvo todo el concierto mirando con esos ojos curiosos, que quieren saber todo ya, grita “Helado”. Este es el último tema de la noche que surge de una zapada que tuvo al Chango como protagonista hace muchos años, con la sola letra de “Palito, bombón, helado, helado”. Lo que parece mínimo, se transforma en una canción simpática para que todos la canten y los músicos muestren su destreza. Se acaba un concierto diferente, enriquecedor. 
Volvemos a casa con la felicidad que tiene un corazón que ha disfrutado de la música que ha escuchado. Mejor, imposible.

0 comentarios en “Aguafuertes porteñas: “Los amigos del Chango” en Jazz y Pop”

  1. Se me puso la piel de gallina.
    Tuve la oportunidad de vivir, esos momentos creo que 3 veces. Nunca la habia pasado tan bien!
    me llevo el mejor recuerdo del changuito!
    YO TAMBIEN cante y baile helado 🙂 Gracias por devolverme un momento asi …

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