Bafici 2011. Palpitando el final.

Mañana sábado, se darán a conocer los ganadores de la 13° Edición del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici). Mientras palpitamos la entrega, el nivel del Festival es muy interesante aunque algunos rubros, como el de Música, quedaron relegados respecto de la calidad que venían exhibiendo en ediciones anteriores. Por otra parte, el documental “Football is God” es una de las revelaciones con entradas agotadas para su proyección. El mismo retrata las vivencias de un fanático de futbol danés que viene a conocer La Bombonera y todo el mundo referido a Boca Juniors y Diego Maradona. En otro rubro, “La película de Batato” sobre la vida del legendario Batato Barea es otro de los puntales del Bafici.
En esta ocasión, seguimos con las tres películas por día e incluimos un reportaje al director Nicolás Wadimoff, realizador del excelente documental “Aisheen, Still Alive in Gaza”.
«Aisheen (Still Alive in Gaza)»
La Tierra Prometida
Título original: Aisheen (Still Alive in Gaza). Dirección: Nicolas Wadimoff. País: Qatar-Suiza. Año: 2010. Formato: Digibeta. Color. Duración: 86 min. Guión: Nicolas Wadimoff y Béatrice Guelpa. Fotografía: Franck Rabel. Montaje: Karine Sudan. Producción: Fayçal Hassaïri y Joëlle Bertossa.
Viernes 15 de abril. Atlas Santa Fe 1. A las 20.30 hs.
Domingo 17 de abril. Hoyts 9. A las 19.45 hs.
El conflicto de Medio Oriente es un tema candente y divisor de aguas en la más mínima expresión. Siempre está teñido de parcialidad cualquier comentario al respecto. Aquí, Nicolás Wadimoff toma como centro de su documental el conflicto a través de los ojos de los niños  y adolescentes que habitan en la Franja de Gaza. Si bien el trasfondo político es apreciable, no es una pancarta ni un panfleto sino una visión diferente de la guerra que llevan a cabo israelíes y palestinos. La cámara va viajando a distintos puntos de Gaza para reflejar la forma en que los bombardeos se han transformado en parte activa en la vida de la población. Los distintos testimonios que son recogidos (que van desde un incidente en la frontera entre Israel y Egipto, del lado egipcio, hasta las representaciones escolares del conflicto, pasando por la muerte de una ballena y un mini debate de tres adolescentes en una hamaca, entre tantas cosas) plasman una situación insostenible para cualquier población. Si bien no hay “neutralidad” en el contenido del documental, no hay una toma de partido a favor de un bando u otro aunque las simpatías pueden apreciarse. Las miradas, los gestos y las palabras de los testimonios dan cuenta de una tensión compartida pero varias posiciones respecto del futuro de la contienda. El film también toma un incidente en la frontera con Egipto con soldados egipcios lo cual da por sentado, la poca ayuda de los países hermanos para con la causa palestina a menos que sea para molestar a Israel y nada más. El broche de oro del documental es la participación de unos raperos palestinos, con letras muy interesantes de analizar pero que no son bien vistos por su propia sociedad por no ser una «juventud acorde» a la causa.
No obstante, la película no es ni pesimista ni cae en una victimización extrema. De ahí la metáfora de que “se arregla todo lo que se pueda para hacerlo andar”, como la rueda (el zamba) del parque de diversiones de Gaza, con un adolescente disfrutando en libertad de un aire y una tierra sin bombardeos que puedan atormentar vida, su existencia.
“Aisheen” es un documental de calidad, para ver y también para ver que hay otros posiciones respecto a la bipolaridad de un conflicto lamentable que desangra a dos pueblos.
ECDL tuvo la chance de hablar con el director del film, Nicolás Wadimoff -foto-. Después del debate que siguió a la película, nos juntamos un rato a charlar sobre el documental y todo lo que lo rodeo.
ECDL: ¿Cómo surgió la idea del documental?
Nicolas Wadimoff: Cuando empezó la guerra en Gaza no había problemas de comunicación sobre lo que estaba pasando alla. Como sabemos, hay muchos periodistas que cubren estos hechos y pareciera que cada vez sabemos más cuando en realidad, sabemos menos. Si bien empezaron los bombardeos y el manejo politico, me interesó mostrar las caras, los rostros de las personas frente a esta situación. La idea del documental era hablar más que nada de las personas que del conflicto en si.
– ¿El documental está producido por el programa infantil de Al Jazzera?
– Cuando empezaron los bombardeos, quería hacer algo pero no sabía bien que. Tenía un contacto en Tunez y en Qatar. A partir de ellos, surge la posibilidad de hacer este documental. Ellos trabajaban con productores árabes que les interesó esta propuesta y a partir de ese momento, me ayudaron para llevar a cabo este proyecto.
– ¿Como fue entrar a Gaza?
– Entrar a Gaza es complicado porque hay un bloqueo. Para entrar, dije que era “periodista de un noticiero”, que son los que están autorizados para entrar para hacer un informe o una “entrada” para el noticiero cada dos días, asi podía grabar lo que él necesitaba. Lo más difícil fue salir del camino que generalmente toman los periodistas cuando van allá porque está todo como “organizado”, con traductores y taxistas, por ejemplo, destinados a tal fin. Quise buscar otra cosa, salir de esos caminos preestablecidos. Además no era la primera vez que iba para allá por lo que ya sabía un poco como manejarme en este lugar. No utilicé el método de “pregunta-respuesta” sino que filmaba en su vida diaria, con una cámara que tomase todo lo que estuviesen haciendo.
– ¿Tuviste algún contacto con Hamas para poder trabajar?
– No. Hice todo lo que quise, libremente. No tuve problemas
– Se dice que siempre hay que hablar con alguien de Hamas para poder trabajar y demás..
– No me ha pasado  
– ¿Cual fue el criterio para elegir a los entrevistados?
– No hubo ningún “casting” al respecto. Un encuentro te llevaba a otro encuentro. La idea, que se ve en el segundo testimonio del documental, que pareciera que está recogiendo restos de su casa, no se sabe muy bien lo que es, funciona muy bien como metáfora de estar recogiendo cosas de su pasado. Esa idea es el nudo de la película, con personas que tienen un pasado e intentan construir un futuro. De ahí surge el título de la película. La idea principal es gente que intenta reconstruir lo destruido, tal como ocurre con la ballena por parte del grupo del museo o la rueda del parque de diversiones, que empieza a dar vueltas. La película se construyó sobre la idea de la reconstrucción del pasado. Quiso mostrar en la película es que, una persona, en el lugar que sea, tiene con la resistencia para enfrentarse a una guerra, un terremoto como en Japón o lo que pasó en Haití. Todos tenemos una resistencia ante los acontecimientos terribles que vayan surgiendo.
– Fue muy interesante el intercambio con los raperos….Ese es uno de los tantos “grises”, que permitirían ver otra forma, como los raperos que toman música occidental para expresarse o los chicos que hablan de estudiar al mismo tiempo de odio y convertirse en mártires….
– El título de la película viene por los raperos y su canción. Cada palestino es diferente uno del otro. No son todos iguales ni piensan lo mismo. Hay gente que hay conservadora y jóvenes más progresistas aunque se escuche menos su voz que la de Hamas o Fatah. La escena de los tres chicos, en la hamaca, fue bien natural porque estaba la cámara allí y ellos empezaron a hablar de sus vidas como escolares y su futuro. El ser médico, ingeniero y sus vidas en particular y justo cae un bombardeo para hablar al respecto. Hablan de sus sueños cuando cae un bombardeo que los baja a la realidad por lo que el testimonio también tiene que ver con eso.
– En los testimonios se habló bastante de ser “mártires” pero no tanto de llegar a la paz.
– La idea de paz no debe venir del pueblo que está ocupado. Cuando se habla de Palestina y de Israel, se los toma como si fueran dos pueblos en igualdad de condiciones y no es asi. Uno ocupa y el otro es ocupado. Ellos quieren tener un Estado independiente y hay dos formas que encaran esta situación. Una con Hamas, que piensa que para obtener ese estado, deben luchar y otra con Fatah, que se debe hablar con Israel. Pero los que quieren hablar, no tienen mucho con que hablar y los que quieren luchar tampoco tienen mucho con que luchar ya que son derrotados. Entonces el pueblo está un poco tomado como rehén de estas dos corrientes. Para mi, lo más importante es que la gente se exprese y pueda hablar frente a estas dos alternativas.
– ¿Pudiste proyectar el documental en Israel? Qué repercusiones tuviste?
– Si bien la película fue seleccionada por el Festival de Berlín, quisimos presentarla primero en Gaza. Se pudieron hacer cuatro funciones en Gaza y pudieron venir todos los que participaron del documental salvo un señor que se lo ve al principio del documental, que falleció porque no pudo ser atendido por las heridas que tenía de un bombardeo. La película estuvo por varios países de gira, como Canadá, Francia o Suiza y recibió la invitación para participar del Festival de Tel Aviv, pero lamentablemente, al final, no se pudo concretar. No obstante, se pudo pasar por Cisjordania, en ciudades como Ramallah y Hebrón y también se la pudo exhibir en Jerusalén, en la parte judía. Allí hubo un público que recibió muy bien al documental, compuesto en su mayoría, por militantes por la paz y de izquierda. No hubo reacciones adversas. Fueron muy apasionados en su visión y en el intercambio que hubo, siempre de manera muy positiva. Fue una lástima que no se pudiera ver en otras partes del país.
– ¿Se dio la posibilidad de pasar la película en países árabes?
– Si. Hemos ido a Jordania, Siria, Libano, Marruecos, Tunez y Argelia.
– Te pregunto porque con los testimonios da la pauta que los palestinos se sienten “abandonados por sus hermanos”. Y al respecto, ¿cómo fue la recepción?
– Es cierto. Se sienten abandonados por los países árabes. La recepción del público de dichos países es interesante. No se sienten nada cómodos frente a esta situación. Se sienten un poco culpables y cuando ven una película de esta temática, se sienten molestos al respecto. Hay una diferencia importante entre lo que sería el pueblo y las decisiones de sus gobiernos. Estos son los que no ayudan pero el pueblo
-Llegaron a Argentina películas como “Libano” y otras tantas realizadas por directores israelíes como Avi Mogravi, Yoav Shamir o Ari Folman con “Vals con Bashir”. Hay una autocrítica y un movimiento por la paz de los cineastas israelíes. ¿Y del lado árabe?
– He trabajado con un director palestino de cine llamado Raed Andoni, que hace mucho hincapié en lo que serían las raíces del pueblo palestino. También hay películas como “La sal de este mar” que toca el conflicto de manera muy seria a través de directores palestinos. Quizás no han llegado aquí pero hay un movimiento muy importante al respecto.
– ¿Se puede salir de la dicotomía que plantean los medios proisraelíes y propalestinos en lo que se refiere a información sobre el tema?
– Si y ahí es el cine el que refleja de mejor manera como se están dando las cosas en ese campo. A través de la sutileza de que puede mostrar una cámara de cine, se puede apreciar que no todos los palestinos son terroristas (tal como muestran los medios proisraelíes) ni que son todos buenos y santos (como lo hacen los que son propalestinos). Nombraste películas donde la mirada es poética, informativa y que no tiene nada que ver con la forma en que se muestra el conflicto tanto en FOX como en Al Jazzera.
“Shelter”
Anarquía en Bulgaria
Título original: Shelter. Con Cvetan Daskalov, Yanina Kasheva, Kaloyan Siriiski, Silvia Gerina e Irena Hristoskova. Dirección: Dragomir Sholev. Guión: Dragomir Sholev, Razvan Radulescu y Melissa de Raaf. Fototgrafía: Krum Rodríguez. Montaje: Kevork Aslanian. Producción: Rossitsa Valkanova. País: Bulgaria. Año: 2010. Formato: 35 mm. Color. Duración: 88 min.
Viernes 15 de abril. Hoyts 9. A las 20 hs.
Sábado 16 de abril. Atlas Santa Fe 1. A las 17.30 hs.
Domingo 17 de abril. Atlas Santa Fe 1. A las 13 hs.
El paso del tiempo es factor de conflicto entre los hombres frente a los cambios que se suceden y su relación con estos. Más aún cuando se vive en países que tuvieron regímenes poco afectos a la libertad de acción y de expresión de los individuos. Radostin Stoychev (aka Rado) es un chico de doce al que los padres (un entrenador de waterpolo y una ama de casa) buscan con desesperación porque no volvió a casa después de dos días. Van a la policia, denuncia de por medio, y a la vuelta de la comisaría, lo encuentran a Courtney, una amiga de Rado bañandose y a Rado, en casa, como si nada. Esta situación es rematada cuando llega a la casa de la familia, Tenx, un joven punk de dieciocho años, que vive en un garage, invitado por Rado a tomar algo. La reunión, heterogénea por demás, es muy bien llevada por Dragomir Sholev, con buen ritmo y diálogos por demás interesantes y profundos, con argumentos lógicos para cada uno de los bandos dicotómicos: la anarquía punk y el adulto bien pensante, encarnado por Emil, el padre de Rado. Otro punto a destacar es la concepción de cada uno de los personajes que, si bien no es caricaturesca, da paso a una identificación con ellos y se permite reirse de ciertos estereotipos que, detrás del humor, esconde un lado absolutamente patético y preocupante como lo es la madre de Rado. Hay una velada crítica a la burocracia policial y a los valores que se trasmiten de generación en generación, repitiendo situaciones con un destino predeterminado pero sin atisbos de cambio. Es más, ni interesa cambiar aunque esto sea para mejorar, tal como se ve con la madre de Rado que le tiene miedo al Skype. Con la excusa de “esto no es para mi” o “es una persona grande”, se reproducen las diferencias generacionales de una manera hostil y ciega. El “problema” no es que Rado se vuelva punk sino el futuro que le depara en medio del ambiente en el que creció. Esto no es una crítica al punk  ya que siempre ponen al punk como lo “desconocido, de lo cual hay que tener miedo”. Estaría bueno que pongan a un skinhead en ese lugar ya que es mucho peor que un punk. El ambiente oscuro, de edificios grandes y kafkianamente ominosos, constituyen la escenografía donde se desarrollan los acontecimientos. Las actuaciones son acordes a lo buscado por una dirección y un guión muy ricos en sus contenidos y en los descubrimientos que se van realizando una vez terminada la película.
“Shelter” es de esas películas que te permite reir y pensar al mismo tiempo que la reflexión y la autocrítica piden permiso para entrar. Siempre y cuando, nuestra cara “bien pensante de la sociedad” lo permita.
“La vida sublime”
De generación en generación
Título Original: La vida sublime. Dirección: Daniel V. Villamediana. País: España. Año: 2010. Formato:        35 mm. Color. Duración: 90 min. Con Víctor J. Vázquez, Emiliana Minguela, Minke Wang, Pepe Grosso y Álvaro Arroba. Guión: Víctor J. Vázquez y Daniel V. Villamediana. Fotografía: Fabio Bobbio y Daniel Belza.    Montaje: Daniel V. Villamediana y Fabio Bobbio. Producción: Israel Diego Aragón y Jorge Requejo
Viajes y búsquedas varias. Víctor se embarca en una gira mágica y misteriosa en búsqueda de las historias de su abuelo. Este derrotero lo llevarà por Cádiz, Sevilla y demás regiones de España. Alli, siguiendo ese camino, buscarà una especie de reivindicación del abuelo del cual, su abuela le había contado algunas anécdotas. La escena del relato de la abuela es de lo mejor de un film puramente descriptivo, en el que esas pequeñas historias no terminan de conformar una tensión atrapante sino momentos de contemplación. La escena de la abuela le da toda una frescura y naturalidad que establece una complicidad con espectadores que, de alguna u otra manera, tienen o tuvieron contacto con inmigrantes españoles. Al fin y al cabo, nuestra sociedad -guste o no y pese a quien pese-, es hija de los barcos.
Taambién tiene sus momentos de polémica como es el encuentro con su amigo Pepe el cual critica al anarrquismo, tendencia de la cual era seguidor el abuelo de Victor. La vida del abuelo hace que Victor repita las mismas «románticas» situaciones vividas por el geronte como comerse 90 sardinas, torear o escribir una carta en una servilleta de papel. La película cuenta con una fotografía de la ostia con paisajes de ensueño, que terminan conformando una especie de homenaje a esas regiones hermosas de España. El ritmo de la película es cadencioso y puede tornarse lentos para quienes no estan habituados a este tipo de cine, que tiene como condición previa de producción a la obra de Erice, más precisamente, «el sur».

«La vida sublime» basa su riqueza en las pequeñas cosas y en situaciones comunes con un tinte poético, que a veces, no termina de comformarlo como tal.

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