Bafici 2022. Toma 1: Dos propuestas diferentes

Se largó el BAFICI y empezamos con dos documentales por demás inquietantes. El primero retoma la historia de una marioneta que necesita hacer terapia para combatir sus pesadillas mientras que el segundo es el homenaje a una madre que siguió los mandatos de la época por sobre sus propios deseos.  
 
Julia no te cases.
 
Felicidad no tienes dueño….

El BAFICI suele albergar joyas en lugares donde parece muy difícil descubrir algo nuevo debido a la repetición de un tema. Tal es el caso de los documentales familiares que se han convertido en moneda corriente en el festival.
Pero, en este caso, el director Pablo Levy realiza un homenaje sincero y afectuoso al derrotero de la vida de Julia Azar, su propia madre. Lo bueno del documental es que gira a través de la voz de la propia Julia, que navega dentro de las tormentas de su propia existencia. Esa mujer que recuerda con precisión las palabras de su propia madre al decirle “no te cases” poco antes de contraer matrimonio con Negro, su esposo. 

A partir de allí se inicia el relato, con la advertencia sobre su futuro, el cual pudo haber cambiado por completo su existencia. Pero ella siguió con el mandato que tenía encomendado. ¿La felicidad? ¿Qué es eso?
 
El desarrollo es atrapante y ameno en tanto paralelo al reflejo de las decisiones que tomó Julia a lo largo del tiempo. Marchas y contramarchas que la hicieron como mujer aunque le haya costado años ver los frutos de sus resoluciones. Con humor, ironía y una franqueza que sorprende en tanto el devenir de los acontecimientos (incluida más de una agarrada de cabeza por parte del espectador/a).
Julia Beatriz Azar –tal su nombre completo- no duda en realizar planteos a su propia identidad. El ser consciente que su esposo era un aburrido y la vuelta al lecho del matrimonio por circunstancias coyunturales que atravesaban a la mujer. Se separan y vuelven tras tener experiencias con novios muy diferentes a su marido, siempre con el “deber ser como estandarte” aún cuando dejase de lado su propio bienestar. Empezar a estudiar y dejar porque “lo primero es la familia” como brindaban los domingos al mediodía los Benvenutto con todos los estereotipos y el diccionario de las “buenas costumbres” bajo el brazo. Más en el marco del recorte propio que se realiza al ubicarse a la heroína dentro de la colectividad judía. Allí aparece una crítica bastante fuerte -y solapada- a ciertos usos de la misma tal como “el country es una mentira pero así se sostienen los matrimonios” en relación a la importancia de éstos en el marco de una rutina de fin de semana de una parte de «la cole» con cierto poder adquisitivo. Algo que hemos criticado desde nuestra pertenencia en varias ocasiones….
 
Por otra parte, se destaca la mirada neutra desde la dirección al hacer hincapié en la voz y el sentir de la protagonista siendo ella misma la que realiza una autocrítica sobre lo ocurrido.
Hete aquí un punto a tener en cuenta: la observación del pasado con ojos del presente. Todo un desafío que la propia Julia esboza en algún momento. 
La relación con el feminismo en tanto la lucha por los derechos de la mujer y el disfrutar de sus propias elecciones se cruza con varias de las ideas de Julia. La afirmación acerca de su marido que “es buena persona. Tuvo la mala suerte de encontrarse con una mina como yo” debe ubicarse en tiempo y espacio antes de caer en la crítica despiadada y ver como han cambiado –algo- las cosas al día de la fecha. Al respecto, la analogía con “los Puentes de Madison” es por demás elocuente. El ser feliz o el deber ser. El morir interiormente en ese instante en que se opta por el mal llamado “respeto” en vez de perseguir la propia felicidad con todos los riesgos que esto implica.
 
“Julia, no te cases” atrapa en esos 60 minutos de duración para revisitar algunas ideas de antaño, que atrasan años y luchan por no retirarse frente a los nuevos tiempos de mayor libertad. La esencia de esa mujer vivaz, alegre y curiosa es reivindicada en un documental de buena factura.
 
Ficha técnica.
 
Dirección,  Guión, Edición, Producción: Pablo Levy. Colaboración en guion: Ignacio Sánchez Mestre y Pablo Sigal. Sonido: Diego Marcone. Diseño: Nico Risso. Música: Nico Landa. Con Julia Azar.
 
Lunes 25 de abril. 21.30 hs. Centro Cultural 25 de Mayo, Av Triunvirato 4444. Reservá tu entrada Función gratuita con reserva.


The Case of the Vanishing Gods
 
Master of puppets
 
El reconocido archivista, cineasta y ensayista Ross Lipman dice “presente” en el BAFICI con un viaje psicodélico y lisérgico a través de las pesadillas de Hugo. ¿Quién es Hugo? Nada más y nada menos que una marioneta que consulta al Dr Laberintyh para que lo ayude a paliar estos escalofriantes disgustos que lo inquietan por la noche. El psicólogo no dudará apelar a la hipnosis para ayudar a su paciente.

A través de un gran trabajo de montaje y edición, Lipman empieza a viajar a través de diversos clásicos del cine de Hollywood en relación con la ventriloquía y los muñecos que han formado parte de la industria. No puede dejar de tomarse en consideración la ligazón entre los muñecos con el terror y el miedo, con apariciones que van desde “Chuky” hasta “Magic” de Richard Attenborough, con Anthony Hopkins pasando por “The Unholy Three” con Lon Chaney. Algunos de ellos, verdaderos protagonistas del film que se toma como referencia.
Será a partir de estos los mundos de las pesadillas y las búsquedas identitarias del propio Hugo que el film hace un recorrido por la historia del cine. Las personalidades de los humanos extendiéndose a las marionetas en un juego de disociación constante, que sale a la luz a partir del trance que vive Hugo en plena sesión.
Su deseo de despertar asi como el encontrar la verdad respecto al origen de sus sueños son los puntos nodales de un film tan curioso como necesario para pensar algunas cuestiones de índole personal así como el papel de Hollywood en la construcción de estereotipos y estigmatización de los muñecos y ventrilocuos.
 
Con 70 minutos que pasan rápido y planos que abren el camino a la imaginación y una travesía de ensueño, “The Case of the Vanishing Gods” es una inquietante propuesta para disfrutar en cine, con pantalla grande y la curiosidad plena por disfrutar de una buena historia.
 
Ficha técnica.
 
Dirección, Guión, Fotografía, Edición, Diseño de Arte, Producción, Producción Ejecutiva: Ross Lipman Sonido: John Polito Música: Mihály Víg Compañía Productora: Corpus Fluxus Intérpretes: David Isaacson, Jeff Dorchen, Audrey Densmore, Karl Herlinger. Título en castellano: El caso de los dioses desaparecidos. Nacionalidad: Estados Unidos. Año: 2021. Duración: 70 minutos. Idioma: Inglés. Edad recomendada: +16
 
-Miércoles 27 de abril. Centro Cultural San Martín, Sala 2. Sarmiento 1551. A las 19.10 hs. Comprá tu entrada
– Jueves 28 de abril. Centro Cultural San Martín, Sala 2: Sarmiento 1551. A las 11.40 hs. 
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– Sábado 30 de abril. Cine Lorca, Sala 1. Av. Corrientes 1428. A las 16.25 hs. Comprá tu entrada



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