El recorrido por el BAFICI continúa pero esta vez con cortos que tienen algo que decir más allá de su duración. En este caso, en nuestro idioma. Lo bueno viene en frasco chico.
Por Cecilia Inés Villarreal (FSoc)
Sotavento
Calma, todo está en calma
Sotavento es un término marino que se refiere al costado de una embarcación opuesto a la parte de donde viene el viento. Este cortometraje de Marco Salaverria conduce a una aventura en la que se conjugan la inocencia y el tiempo eterno de la infancia.
En tiempos de pantallas y vorágine digital, lo «humano» se hace presente. Aqui, dos hermanos pequeños juegan con su imaginación, evocando la voz calma e hipnótica del abuelo, como el personaje entrañable en Miss Peregrine y los niños peculiares, de Ransom Riggs.
Los seres de papel se vuelven cuerpo. Nos dejamos llevar como si fueramos niños y luego, ya como adultos, cuando pedimos con cierto morbo que nos cuenten esa anécdota truculenta del árbol familiar. No sabemos si se trata de un recuerdo o del recuerdo de un recuerdo. Quizás, una foto del álbum impactó tanto que nos apropiamos de ella como si fuera algo vivido y no es así.
El director utiliza el recurso de las voces de diferentes familiares para entretejer la historia, voces cálidas y cariñosas, que encapsulan a los protagonistas en un espacio irreal donde el relato es breve y significativo.
Ficha técnica.
Guión, sonido y dirección: Marco Salaverría Hernández. Fotografía: Álvaro Peredo. Edición: Lisa María Velázquez Serrano. Diseño de Arte: Evelyn Batista Sardain. Producción y producción ejecutiva: Alejandra Acevedo Suzzarini y Lisa María Velázquez Serrano. Compañía Productora: Dos Margaritas. Con Salvador Salaverría Acevedo, Matías Salaverría Acevedo y Manuel Salvador Salaverría. Nacionalidad: Venezuela y Cuba. Año: 2022. Duración: 11’. Idioma: Español. Edad recomendada: ATP
Miércoles 27 de abril. Gratuita con reserva. Centro Cultural 25 de Mayo. Av Triunvirato 4444. A las 21 hs. Reservá tu entrada
Ida
Voyage, voyage
Tal como dice la canción de Desireless y posteriormente el cover de la boy band noventosa Magneto, «No hace falta equipaje…» (me delata la edad, perdón centennials).
¡Viajar…! Ya el hecho de planificarlo, de cranear dónde ir es todo un acontecimiento que llena de adrenalina y entusiasmo al/los implicado/s pero, tal como reza el título del corto de Ignacio Ragone, se trata de un «one way ticket».
“Ida” es un viaje tanto para el narrador como para el público, con todas las metáforas literarias que pueda abarcar. Ya la literatura clásica y el séptimo arte han trabajado este tópico en innumerables ocasiones. Las connotaciones son las esperables: despertar, crecimiento espiritual, madurez, aprendizaje.
Las imágenes son una excusa para que la voz sea el vehículo del cuerpo, con sus inflexiones, acentos y pausas incómodas. El silencio aquí es significante y puede ser ensordecedor para que el espectador atento lo llene, como si fuera una encuesta de preguntas abiertas sus reflexiones. Procrastinar, postergar, lo que pudo ser y lo que fue.
Corto con resabios de incomodidad y amargura por momentos, plantea esos interrogantes necesarios para actuar ya, ahora. No dejar pasar el tren de las oportunidades o algo en el tintero. Cueste lo que cueste. Por más que, en ocasiones las heridas de determinadas decisiones sangren mucho, tal como cantaba Annie Lennox en «Walking on broken glass». Todo para avanzar como un faquir sin prisa y sin pausa.
Ficha Técnica
Guión, dirección, fotografía, edición, producción y producción ejecutiva: Ignacio Ragone. Con Ariel Martí. Música: Schubert, Beethoven. Compañía Productora: Vaskim. Nacionalidad: Argentina. Año: 2022. Duración: 13’. Idioma: Español. Edad recomendada: +13
Miércoles 27 de abril. Gratuita con reserva. Centro Cultural 25 de Mayo: Av Triunvirato 4444. A las 21 hs. Reservá tu entrada
Los seres de papel se vuelven cuerpo. Nos dejamos llevar como si fueramos niños y luego, ya como adultos, cuando pedimos con cierto morbo que nos cuenten esa anécdota truculenta del árbol familiar. No sabemos si se trata de un recuerdo o del recuerdo de un recuerdo. Quizás, una foto del álbum impactó tanto que nos apropiamos de ella como si fuera algo vivido y no es así.
¡Viajar…! Ya el hecho de planificarlo, de cranear dónde ir es todo un acontecimiento que llena de adrenalina y entusiasmo al/los implicado/s pero, tal como reza el título del corto de Ignacio Ragone, se trata de un «one way ticket».
Las imágenes son una excusa para que la voz sea el vehículo del cuerpo, con sus inflexiones, acentos y pausas incómodas. El silencio aquí es significante y puede ser ensordecedor para que el espectador atento lo llene, como si fuera una encuesta de preguntas abiertas sus reflexiones. Procrastinar, postergar, lo que pudo ser y lo que fue.
