Siempre es bueno sacudir la modorra que se instala en diferentes ámbitos. Hacía falta una comedia negra –negrísima- que se mixture con un thriller fantástico y sutiles creaciones de sentido a partir de diversos hechos que atraviesan a la película. A partir de uno de los primeros cuentos de Samantha Schweblin, Laura Casabé creó “La valija de Benavidez”, un film intrigante y corrosivo que va más allá de la historia principal que se plantea.
Como buen artista, Benavidez se encuentra en el callejón sin salida de sus propios fantasmas. Un padre de reconocido prestigio, una esposa que es una “promesa” dentro del arte pero ¿Dónde se ubica Benavidez tanto en relación con sus seres cercanos y su propio ser, como creador?
Por tal motivo, tras una discusión con Lisa, su esposa, irrumpe en la casa del Dr Corrales, su psiquiatra para que lo ayude ante la situación de desamparo y confusión que vive. Pero lo que parece ser un ámbito de contención para la alterada mente de Benavidez, no lo es tal. Corrales decide su confinamiento en una “residencia de artistas” contra su voluntad. Será a través de este laberinto de lugares que van más allá de su realidad donde Benavidez buscará su salvación tras haber tomado una decisión irreversible al respecto. Su travesía a través de estos caminos tendrá momentos de onírica fantasía y lucidez para (re)construir su propia vida. La relación con Lisa, con su padre, sus alumnos –que se ríen a sus espaldas- y el propio psiquiatra que será el carcelero de su persona pero mentor de su talento. Serán estas relaciones las que también condicionen su precaria personalidad al tiempo que va en busca de ayuda pero sin la capacidad de poder recibirla.
Por otra parte, hay una reflexión en tanto al hecho creador que surge desde la sensibilidad del artista. Ese que se manifiesta como resultado de sus deseos, necesidades, frustraciones propias de su ser interior. Ahí es donde se juega la relación del individuo con su narcisismo, su necesidad de reconocimiento y sus complejos de variada índole. El esfuerzo (¿talento?) del artista frente a esa obra que plasmará su sentir en ese momento determinado. Pero ahí se encontrará con otras variables que no siempre son lineales en tanto su devenir. La verdad de su sentir en la obra podrá (o no) hacer más trascendente a la misma. ¿Es realmente asi?
Hete aquí que haremos un punto para tomar en cuenta el papel del psiquiatra, a cargo del expresivo Jorge Marrale. Mentor y carcelero, el que debería solucionar lo acontecido siendo él mismo parte del problema. Curador de arte que lleva adelante una residencia de artistas, que haría las delicias de quien desea analizar al arte en su relación con el trabajo, el talento y el mercantilismo propio de los tiempos modernos. Artistas con talentos no vistos-desaprovechados que “trabajaran” como mano de obra en pos de la tan mentada legitimación a la cual se llega…¿a costa de qué?
En tal sentido, es muy destacable la crítica que realiza la película en tanto al concepto de arte en relación con los artistas y su legitimación. El arte de “producir” y mostrarlo para la aceptación y consumo, siendo la curadaora Beatriz D´Onofrio (exquisita Norma Aleandro) que podrá subir o bajar su pulgar en señal de aprobación o no. Pero ¿todo es arte y en ese caso, la legitimación que tenga, borra todo tipo de análisis al respecto? Es interesante la ironía que se realiza al mundo de los artistas (seguro que alguno de los espectadores se habrá sentido ofendido…o reído ante lo visto), a quienes son los encargados de la legitimar todo y a ese público frívolo y vacío, más atento a “pertenecer” que al arte en sí mismo. Todas son preguntas y reflexiones que quedan dando vueltas en el aire e intentarán dar un paso más adelante
El rubro actuaciones está plenamente bien cubierto. Guillermo Pfenning da vida a un Benavidez sensible y atribulado pero preciso en su composición. Paula Brasca es una Lisa exacta, que combina temperamentos y sensibilidad en dosis precisas. Las participaciones especiales de Jorge Marrale como el psiquiatra y Norma Aleandro como la marchand Beatriz D´Onofrio, brindan una visión de distinta de dos reconocidos actores. Más aún en el caso de Aleandro, con su paródico y divertido personaje. La fotografía es otro punto a tomar en cuenta y destacar asi como la música compuesta por Gillespie es un exacto complemento de las acciones.
Tras su exitoso periplo por varios festivales –BAFICI incluído-, “La Valija de Benavidez” llega a la cartelera comercial para brindar un soplo de aire fresco con un film de calidad que pone varias cuestiones referidas al arte, al amor y legitimaciones varias en tela de juicio
Ficha técnica:
Con Guillermo Pfening, Jorge Marrale, Norma Aleandro, Paula Brasca, Rodrigo Lico Lorente, Alejandro Parrilla, Diego Echegoyen y Oliver Kolker. Dirección: Laura Casabé. Basado en el cuento homónimo de Samanta Schweblin del libro «El núcleo del disturbio». Guion: Lisandro Bera y Laura Casabé. Producción; Magalí Nieva, Hernán Findling y Laura Casabé
Cines: Espacio INCAA Gaumont, Centro Cultural Cotesma, Cine Paramount Caseros y Cine Teatro Italia