Cine. No le temas a la oscuridad

Una de terror clásico

La película comienza con un  prologo ambientado en el final del siglo XIX que nos introduce al horror que habrá de develarse poco a poco. En una mansión de la época victoriana un perturbado artista plástico asesina a su sirvienta para sacarle los dientes y entregarlos a extrañas criaturas que habitan en las profundidades de un foso del sótano
La historia continua en tiempo presente donde una niña llamada Sally (Bailee Madison) se muda a la mansión en cuestión con su padre Alex (Guy Pearce) y su joven pareja Kim (Katie Holmes), que se dedican a la compra y restauración de la propiedad. Sally que se encuentra retraída por los cambios y comienza a recorrer los jardines y laberintos de la mansión, a partir de extraños susurros que mencionan su nombre, y encuentra el misterioso sótano que se encuentra tapiado y aislado del resto de la casa por una falsa pared. Al acceder a este macabro lugar, los susurros se incrementaran en los oídos de la pequeña con la intención que abra el foso que se encuentra sellado. Sin develar el desarrollo, el foso es abierto y las extrañas criaturas (que le temen a la luz) desatan una persecución sobre la niña para poder cumplir un ritual ancestral.
El film esta muy bien narrado en su inicio y durante gran parte de su desarrollo a través de una fotografía impecable, que maneja los oscuros como el elemento de tensión entre lo que se muestra en forma difusa y lo que se insinúa pero no se ve. El guión desarrolla en forma acertada la primera hora del film en cuanto a la dosificación de la información y en la construcción de los personajes, principalmente en el perfil de la pequeña Sally. Introvertida, curiosa y falta de contención y afecto son las características de una niña que justifica la necesidad indagar en lo desconocido, convirtiéndose en el hilo conductor de la historia. En la parte final del film, el relato cae en el apresuramiento e inconsistencia con respecto a la primera parte, dedicándole una breve y ambigua explicación de las criaturas moradoras de la casa y a situaciones (escenas) impunes en su planteo y arrebatadas en su desenlace.
Párrafo aparte merece la actuación de la pequeña Bailee Madison como Sally, el personaje central en el que hace foco el relato. Su interpretación transmite al espectador los diferentes matices que despierta en un chico/a de 10 años, la oscuridad y lo desconocido que habita en ella
Troy Nixey dirige con destreza una historia de terror, producida por Guillermo del Toro, donde el suspenso y la sugestión “en off”, genera una atmósfera tenebrosa que a pesar de decaer en su desenlace,  hace recordar a clásicos del genero de las décadas del 60 y 70 como Roger Corman y Vincent Price, donde lo que se insinúa supera lo que se muestra.
FG Mariano.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio