Estrenada originalmente en el BAFICI del último año, la película refleja una actualidad triste y lamentable. A partir de la historia de tres amigos como Omar, Tarek y Amjad, se ve no solo la ocupación israelí sino que también pone en jaque las relaciones entre ellos –y el resto de la población palestina- en tanto su relación con el ejército hebreo. Omar cruza el muro que separa a Cisjordania del resto del país, entre tiros para ver a sus amigos y en especial, a Nadia, la hermana de Tarek. Pero los tres amigos tienen que probar su valor y lealtad a “la causa” con un acto supremo aunque también deberán sortear a la policía y el ejército israelí.
Por otra parte, también hace una fuerte reflexión sobre los límites de la lealtad y la traición, siempre de acuerdo a lo que se ponga del otro lado de la balanza que el contrapeso adecuado a las mencionadas. Amor, deseo, venganza y remordimientos juegan un ajedrez en cada uno de los personajes, en especial, en Omar, que debe decidir cada uno de sus movimientos con la misma precisión que en el mundo de los trebejos.
Las actuaciones son de muy buen nivel, en especial, Adam Bakri que crea un Omar de numerosos matices, rico para abordar y observar. Lleva sobre sus hombros el peso de la película con la sapiencia de un veterano y la frescura de quien hace sus primeras armas en la actuación. El film es dinámico y entretenido pero no cae en un mero entretenimiento sino que llama a la reflexión a lo que pasa con respecto a uno de los conflictos más añejos y complejos del mundo actual. Está filmado de tal manera que la tensión se traslada a una platea expectante, que descifra cada palabra para ver donde se encuentra la traición aunque siempre queda la incógnita respecto a quien sé es leal y para quien no.
Con creatividad y elocuencia pero sin caer en el panfleto, “Omar” es una película impecable respecto de un conflicto que todo el mundo desea que se llegue a un final de manera pacífica.