Allá lejos y hace tiempo, 1995 para ser exactos, se estrenó una película que causó bastante sensación. Se la tradujo como “Fuego contra fuego” aunque su título original era “Heat”. Al día de hoy, recuerdo haber hecho cola de media cuadra para ir a verla en el cine América –hoy cerrado-, de Callao entre Marcelo T. de Alvear y Santa Fe.
El hecho de saber que iba a ver a Al Pacino y Robert De Niro era un aliciente aunque casi no compartieron escenas en la película salvo ésta que vamos a recordar, que es un diálogo que mantienen ambos en una cafetería. Pacino es Vincent Hanna, un rudo policía mientras que De Niro es Neil Mc Cauley, un ladrón que suele dar grandes golpes con su propio grupo de colegas.
Lo destacable de la película, más allá de la acción y el ritmo que tiene la misma, es el desarrollo de cada personaje. Tanto Hanna como Mc Cauley viven para sus respectivos trabajos y adoran hacer lo que hacen. El director y guionista, Michael Mann, se aleja de la linealidad del “policía-bueno y ladrón-malo”, para crear a dos seres que ven en el otro, su par, esa persona que entiende perfectamente lo que le ocurre, como si fuera un amigo. “Acaso quieres vivir la vida que hacen todos? De un asado, bowling y amigos?”, pregunta con malicia Mc Cauley y recibe un No como respuesta. Ahí está el punto de quien no quiere un “aburguesamiento” que, para muchos, es una muerte en vida. Vuelve a preguntar Mc Cauley. “¿Cómo vas a mantener un matrimonio si te pasas la vida siguiendo a tipos como yo?”.
En un momento del diálogo, hablan sobre que pasaría si se vuelven a encontrar. “La moneda tiene dos caras”. Porque estos planteos de cómo vivir y que metas se tienen, siempre atraviesan la vida de las personas pero nunca se abordan con mucha sinceridad que digamos. “Un tipo de la cárcel me dijo que no tenga nada encima que me pueda deshacer en 30 segundos si viene la policía”. El decir y el hacer, y el ser consecuente con esto. Al respecto, los ojos del personaje de Amy Brennemann, que es la pareja del hampón, cuando Mac Cauley se ve en la encrucijada mencionada, es para un cuadrito.
Es más, el diálogo llega en el momento medio de la película, en la cual, todos han sido mostrados con sus vidas personales, sus virtudes y sus miserias. Es cuando se dice “no son tan diferentes aunque estén ubicados en lugares distintos”. Lo paradójico del caso es que cada uno ve la camaradería que no tiene con sus amigos o sus respectivas parejas justamente con aquél que es su contraparte. Dos caras de una misma moneda. Hay quienes dicen que hasta podría ser el diálogo de una pareja que se está separando o de las famosas que viven peleándose pero no pueden vivir el uno sin el otro. O incluso, esos diálogos en los que se habla con uno mismo, con la crudeza que ameritan esos momentos.
Las interpretaciones pueden ser muchas y dependerá inclusive del momento de cada uno. No obstante, el texto de este diálogo es riquísimo y más aún si quienes lo llevan a cabo son Al Pacino y Robert De Niro. Para quienes no lo recuerdan, forman parte del elenco una muy joven Natalie Portman, una rubia Ashley Judd, además de Val Kilmer, Jon Voight y Tom Sizemore.
Estan quienes sostienen que fue la última gran película de estos dos colosos como Robert De Niro y Al Pacino. De lo que no cabe duda es el placer de verlos en personajes ricos en su desarrollo, dando cuenta de porque son considerados de los mejores actores de su generación.