Nuevamente decimos que, con salas de capacidad tan grande como el Gaumont, no pongan el cartel de “Localidades agotadas” cuando tenemos 600 localidades a disposición.
The filth and the fury
Guión y dirección: Julien Temple. Con John Lydon, Steve Jones, Paul Cook, Sid Vicious, Malcolm McLaren. Producción: Anita Camarata, Amanda Temple. Dirección de Fotografía: Julien Temple. Edición: Niven Howie. Productor: Film Four, Jersey Shore, Nitrate Film y Panacea Entertainment. País: Reino Unido. Año: 2000. Idioma: Inglés. Formato: DCP. Color. 108 minutos.
Llegamos más que puntuales por el tan mentado “localidades agotadas” con que se presentó la función. Entramos y vimos que había gente pero no estaba lleno. Llegamos a contar a casi cien personas para la función. Un número para nada despreciable para ver un documental sobre el punk. Además, la conformación del público era por demás variopinto. Alguna remera de Los Violadores, otra de los Pistols pero había familias, parejas y también gente sola dispuesta a viajar a la Inglaterra de 1976-1977.Más allá de lo dicho en el comienzo de la nota, no podemos dejar de decir ¡Qué lindo es ver “The filth and the fury” en pantalla grande! Porque, por más que uno haya visto el documental, es ver esas imágenes en esa enormidad que es un cine, brinda otra perspectiva. El excelente documental de Julien Temple permite sumergirnos en lo que fue la revolución punk que llegó con la furia de un tornado para arrasar con todo lo que tenía por delante. Si hasta en los propios medios ingleses, le tenían tanto miedo al punk que llegaron a decir que era más peligroso que el comunismo. Fue la rebelión en la granja sobre la que escribió George Orwell pero con guitarras que sonaban con rabia y odio.
Pero también va más allá de la historia de la banda. Es crónica de un período de tiempo determinado como lo fue la Inglaterra al borde del precipicio, con desocupación por las nueves y paro constante, asi como una meseta anímica en la población.
Recordemos que el título del documental sale de la portada del Daily Mail que título asi tras la entrevista que le realizó Bill Grundy a los Pistols en el programa de ITV Today y alude a la cantidad de malas palabras y groserías que hubo.
En el Gaumont suena a pleno con “Anarchy in the UK” y “God save the Queen”. Las voces de Johnny Rotten, Sid Vicious y la banda entera forma parte del documental. La figura enigmática de Malcolm Mc Laren siempre despertando todo tipo de suspicacias. Los dibujos animados de los Pistols se mezclan con imágenes de archivo junto con una representación de “Ricardo III”.
«The filth and the fury” se ha transformado casi en un clásico del BAFICI. De tanto en tanto, vuelve a dar cuenta de la calidad de un documental de culto para una banda que en menos de dos años, cambió el panorama del rock. Influencia que se mantiene hoy en día.
Lunes 24 de Abril. Espacio INCAA cine Gaumont. A las 19.40 hs
El Pacto de Adriana
Guión y dirección: Lissette Orozco. Sonido: María Ignacia Williamson. Edición: Melisa Miranda. Fotografía y dirección de arte: Julio Zúñiga, Daniela Ibaceta, Brian Martínez. Productor: Salmón Producciones, Storyboard Media. País: Chile. Año: 2017. Idiomas: Español e inglés. Formato: DCP. Color. 96 minutos.
La “Tia Channy” es Adriana Rivas, la secretaria de Manuel Contreras, mano derecha del dictador Augusto Pinochet. Trabajó en la Fuerza Aerea y en la DINA, la temida policía secreta del régimen.
Lissette Orozco realizó un documental de alta calidad en tanto y en cuanto toma a todas las partes involucradas para charlar sobre lo ocurrido con la Tia Channy. Aquí es donde se cruzan muchas variables partiendo de la que ella, como sobrina, podría pensar. ¿Cómo puede ser que mi tía favorita y querida sea una torturadora de la DINA? ¿Cómo es romper esa imagen que tenía en pos de una realidad con la que no se condice? Ella argumenta que hubo excesos pero que no sabía nada. ¿Se le cree?
Como no podía ser de otra manera, el documental pone sobre el tapete varias cuestiones que atraviesan a las dictaduras en relación a la forma en que se comportaron los civiles. Los grados de complicidad con las atrocidades que realizaron los militares. Todo cruzado por Hannah Arendt y “La banalidad del mal” hasta “El señor Galindez” de Eduardo “Tato” Pavlovsky. Igualmente, Lissette tiene el gran tino de ir en busca de testimonios de los sectores en pugna, pasando por su propia tía hasta compañeros de trabajo, pasando por periodistas. Esa búsqueda por establecer un criterio de verdad se choca con el “Pacto de silencio” que mantienen quienes estuvieron ese tipo de lugares.
Por otro lado, es apreciable como Lissette va modificando su sentir tanto con su tía como con la situación que está viviendo al igual que toda la familia. Al respecto, es menester recordar la defensa que esgrime para no ir a Chile a declarar. «¿Como me voy a entregar si no he hecho nada malo?». Hay que prestar mucha atención a la forma en que se expresa para dar cuenta de lo que estamos hablando.
“El pacto de Adriana” es un documental necesario para ver y reflexionar. Habrá alguno que otro que dirá que “no hay que mirar para atrás” y la necesidad de cerrar “la grieta”. Lo que desconocen es que todo esto se soluciona con justicia. Pero ahí, entrarían otras variables como “complicidad”, “necesidad”, “hipocresía” y siguen las firmas. Lo más importante es la necesidad de comprender y ver aquello planteado por el documental asi como difundirlo.
Lunes 24 de abril. Artemultiplex Belgrano 1. A las 18.15 hs.