Conflictos irresolutos
De Mario Diament. Con Alejandra Darín, Pepe Monje, Miguel Jordán, Ricardo Merkin, Elena Petraglia y Juan Carlos Ricci. Vestuario: Daniela Taiana. Escenografía: Tito Egurza. Música original: Sergio Vainikoff. Fotografía: Gianni Mestichelli. Diseño gráfico: Pedro Flores. Asistente de producción: Daniela Laprea y Henry Rosales. Asistencia de dirección: Iardena Stilman. Producción ejecutiva: Pablo Silva. Dirección: Daniel Marcove.
Teatro El Tinglado. Mario Bravo 940. Sábados y domingos, 20 hs.
El conflicto palestino-israelí es uno de los grandes dilemas irresolutos al día de la fecha en el marco de las naciones del mundo. Factores sobran para que la violencia sea la moneda común entre dos pueblos que pueden llegar a tener más similitudes que diferencias. “Tierra del fuego” aborda este antagonismo a través de una puesta compleja, con un texto intrincado y difícil.
Una proyección informa lo que será el contexto de los acontecimientos. En 1978, se llevó a cabo un atentado contra la tripulación de un avión israelí en Londres. Uno de los terroristas palestinos fue muerto y el otro, arrestado. Después de veintidós años, Yael -una ex-azafata israelí, sobreviviente de dicho atentado- viaja a la capital inglesa a visitar a Hassan, el terrorista que cumple cadena perpetua.
La terminología utilizada en el texto es por demás, cuidada. Tanto Yael como Hassan se verán expuestos en sus sentires, atravesados por una sangrienta tensión, que los trasciende. Hassan tiene una historia muy cruda, de cuando sus abuelos fueron expulsados (o se marcharon, según quien cuente la historia) cuando se produjo la creación del Estado de Israel. Yael perdió a su mejor amiga en ese atentado en el que, en un punto, no termina de comprender los alcances políticos referidos a las pertenencias e identidades (“Yo no soy el Estado”, dirá ella, palabras más, palabras menos; “vos lo representas”, dirá él). No obstante, las posiciones de cada uno de ellos se irán modificando con el correr del tiempo, aunque de manera diferente. Yael, con una posición pacifista en relación con la resolución de los contrapuntos existentes –en marcada disonancia con el resto de los personajes del lado israelí-, lo cual le traerá variadas consecuencias mientras que Hassan tendrá una visión política de la situación, con la violencia y la guerra como una forma (de las tantas) de alcanzar un objetivo.
La puesta no busca tomar posiciones dentro de un contexto difícil. Muestra varias caras de la moneda asi como los diversos matices que hay dentro del campo israelí, más no del palestino. Este es un punto a destacar ya que dentro de lo que sería el ámbito palestino, solo se lo ve a Hassan y su abogado defensor.
La iluminación es un factor apreciable en tanto creación de climas. La escenografía es austera y correcta en tanto permite enmarcar las acciones que se desarrollan. La utilización de un proyector logra que los cambios sean dinámicos, en sintonía con una musicalización exacta e ilustrativa. En el rubro referido a las actuaciones, el elenco es correcto en su desenvolvimiento, en especial Alejandra Darin (Yael) quien está todo el tiempo en escena y sabe dosificar muy bien la energía para cada momento y Pepe Monje, que construye un Hassan de variados matices. Igualmente, conspira contra el elenco el hecho de que, salvo Darín, se encuentre sentado, durante la mayor parte de la obra.
“Tierra del Fuego” retoma un conflicto tan actual como sangriento a través de una puesta seria, que será, seguramente, el puntapié inicial para muchos espectadores para informarse de una situación de guerra entre dos pueblos.