ElMadmo: Norah se pone áspera.

Este es un proyecto que la tiene a Norah Jones en guitarras, con peluca rubia y maquillada hasta la exageración. ¿Raro, no? 
El cambio se extiende en las canciones que no tienen nada que ver con el estilo de jazz por el cual se hizo famosa. De manera paralela a su carrera solista, está bueno ver como cambia de piel, sin que parezca forzado, con un álbum por demás disfrutable. 
El clima de fiesta y de pasar un buen momento se aprecia en un disco que suena fresco y alegre aunque no todas las canciones mantienen este tenor. Para tal fín, Norah se cambió el nombre para El Madmo, haciéndose llamar Maddie, al tiempo que asume el rol de guitarrista y primera voz. El resto de la banda lo componen dos miembros de su inseparable Handsome Band, la bajista Daru «El» Oda y el batero Andrew «Mo» Borger. Cada miembro de El Madmo tiene un seudónimo del cual surge el nombre de la banda, tal como se puede apreciar.

Editado el 20 de mayo de 2008, mantiene a través de los años ese halo de diversión y sana irresponsabilidad que brindan los alter-ego. Justamente, el año anterior, Norah editó «Not too late», tercera producción artística con letras más oscuras en comparación con sus discos anteriores. Además, debutó en cine en «My Blueberry nights» con Jude Law, Natalie Portman, Rachel Weisz y dirección de Wong Kar Wai.


Por todo esto, El Madmo es un oasis en su carrera que queremos retomar en estas líneas. El disco abre con “Carlo”, una canción que sale a quemar las naves con respecto a todo lo mencionado anteriormente. Chillona y con todo el deseo de pasarla bien con el destinatario del tema, es un buen puntapié inicial para las doce canciones que forman parte del disco y que son las siguientes

1-«Carlo!»
2- «Head in a Vise»
3- «Vampire Guy»
4- «GGW»
5- «Sweet Adrenaline»
6- «Attack of the Rock People»
7- «The Best Part»
8- «Fantasy Guy»
9- «I Like it Low»
10- «Scary Lady»
11- «Nonny Goat Mon»
12- «Rock Yer Balls Off»

La paleta de colores con las que se pinta el álbum cuenta también con climas densos, con una base fuerte y machacona como en “Head in a vise” mientras que la instrumentación (y clima) minimalista suena en temas como “Vampire Guy” o “Attack of the rock people” que podría llegar a tomarse como una influencia del Radiohead de la época de “OK Computer”.
En «Vampire guy» pone la lupa en quien no acepta un «no» y que todo terminó. Lo dice clarito desde el comienzo. «I don’t want you here anymore/Just get your shit out the door/ Leave me alone/I’ll be doing fine on my own/Won’t even pick up the phone» para pedir «Don’t go hiding/Like a psycho/Underneath my bed/I don’t want you sucking my blood/Don’t get caught up in the flood/Of my soul». En «Attack of the rock people», es la descripción de un sueño por demás extraño y una voz acorde para su descripción.

“GGW” es una baladita rápida, de esas que uno las escucha y esboza enseguida una sonrisa a pesar del pedido/amenaza que atraviesa a la primera con cierto toque «tarantinesco». Algo similar puede decirse de «Fantasy guy».
 Con “I like it low”, se bajan las luces para crear un clima más íntimo y sensual mientras que “Scary Lady” y “Nonny Goat Mon” ponen al disco para arriba. En «The best part», un lento de aquellos que mantiene la tensión y el recuerdo de lo que fue en su momento y dejó de serlo.
El sonido es límpio y claro sin que esto vaya en detrimento de lo escuchado. Simplemente es un dato para intentar ubicar lo escuchado. La pregunta de si alguno de estos temas podría ir en un disco de Norah es complicada. Quizás, «I like it low» pero sería esa joyita perdida del álbum.  

El último tema es “Rock yer balls off” que sería como el “rock de las pelotas al aire”. 

Las letras son graciosas, sin mayores pretensiones más que pasar un buen rato, con historias más cercanas a adolescentes que quieren estar con “Carlo” porque «he’s smokes the good grass»


“El Madmo” es otra forma de aproximarnos a Norah Jones, esta vez en un formato alejado de su exitosa carrera que explotó desde su primer (y mejor) disco, “Come away with Me”. De más está decir que, es más que probable que los fans más grandes de Norah no acepten mucho este disco que mezcla la estética de Gorillaz, un rock de garaje y mucho humor. Pero lo más importante es ver cómo se puede ir por otros lados, experimentar con otros ritmos y lo mejor de todo, sin perder la sonrisa en ningún momento. 

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