Las Joyas Perdidas de You Tube: Vol Special


Los años de crisis en Europa han causado estragos aún entre los mayores valores de los que se ufanaba el Viejo Continente. La mentada democracia europea y su slogan de “tierra de oportunidades y libertad” han quedado hechos añicos. De esto no cabe la menor duda. Más aún cuando a través de las noticias se aprecia la forma en que rechaza a aquellas poblaciones que fueron víctimas de las políticas de un Occidente que invade y destruye todo en nombre de “la democracia” y “la paz” -¡cuanta mentira y cínico complejo de “conciencia limpia”-.
En el marco de este contexto, Fernand Melgar concibe “Vol Special” (Vuelo especial) que muestra la hipocresía en la que se ha caído pero siempre manteniendo las formas de la educación y la “igualdad” vista ésta desde otro cristal.

El punto de partida es la descripción de una de las formas en que Suiza manda de vuelta a los inmigrantes ilegales a sus lugares de origen. Hay dos posibilidades. Una, en que la persona arrestada, será esposada como si fuera un criminal y mandándola de vuelta a su país de origen. La otra opción sería en un vuelo “regular”.
Hacemos la distinción en el “como si fuera” del primer caso porque ninguno de los deportados son criminales. A Ragip lo quieren hacer volver a Kosovo después de veinte años de residencia en Suiza -incluyendo aportes jubilatorios al Estado helvético- tras haber sido detenido en un control en una autopista. Se ven los casos de muchos ciudadanos de distinto origen que son recluidos en el Centro Franboise donde tienen todo tipo de comodidades como paso previo a la deportación. De tal forma, se puede ver la vida de Serge, Abdoul, Pitchou, que se han casado y tienen profesiones, trabajo y familia en territorio suizo, cuya democracia hace distinción entre quienes son ciudadanos “suizos” y quienes no. La particularidad es que todos los que son deportados a sus lugares de origen son negros u oriundos de la Europa del Este. De ahí, a decir que se realiza una “limpieza étnica” con marco legal hay un paso por más que al Estado suizo no le guste esta terminología. No hay ningún estadounidense blanco deportado lo cual es «extraño» en tanto y en cuanto son todos «extranjeros». ¿Raro, no?
La “corrección” se mantiene hasta el final de la situación, en la que se despersonaliza lo acontecido en pos de una Ley superior ya dictada. Alguno obtendrá la liberación y posibilidad de residir en Suiza gracias al dictamen de dicho país; otros no serán tan afortunados.

Los diálogos que contiene la película son emotivos y contradictorios para una sociedad que se jacta de estar entre las más adelantadas del mundo. De más está decir que todas las argumentaciones que brindan las autoridades suizas del centro de detención buscan mantener el marco en el cual nada pueda mancillar su honor y su recalcitrante urbanidad. El intercambio entre las personalidades en pugna permite establecer un rico debate así como establecer cruces con diversos textos que pueden ir desde “Vigilar y castigar” de Michel Foucault hasta el “Mein Kampf” de Adolf Hitler, pasando por Rousseau o Hobbes.

La cámara de Ferdinand Melgar pone la cámara en el lugar preciso para que las posiciones queden bien explicitadas. La caída de la máscara de la democracia y el respeto de Suiza con deportaciones arbitrarios de ciudadanos que trabajan y aportan a un Estado que no duda en devolverlos a sus países por más que tengan hijos de nacionalidad suiza.

“Vuelo especial” es de esas películas que uno desearía tener a mano para rebatir todo tipo de mentiras de aquellos que se llenan la boca acerca de las bondades del Viejo Continente diciendo que “en Europa, esto no pasa”. Están muy equivocados. Tras las guerras desatadas por la injerencia de los “ilustrados” en temas que no les corresponde, este documental pone el acento en esos «daños colaterales» de los que no hacen cargo, explotando a diversos inmigrantes como mano de obra barata. Las formas se cuidan hasta último momento. Todo país tiene su vida asi como sus virtudes y también sus miserias. Suiza no es la excepción.  

Ficha técnica

Título Original: Vol spécial. Título en Inglés: Special Flight. Guión y Dirección: Fernand Melgar. País: Suiza. Año: 2011. Formato: DCP. Color. Duración: 100. Fotografía: Denis Jutzeler. Edición: Karine Sudan. Compañía Productora: Climage
Fernand Melgar: “Lo más importante es documentar, ser testigo de mi tiempo” *
ECDL tuvo la chance de entrevistar a Fernand Melgar, el realizador de los documentales «Exit» y «Vol Special» de los cuales ya nos hemos referido asi como de “La Forteresse”. En una rica entrevista, da cuenta de sus pareceres para encarar documentales que han sido por demás relevantes y polémicos tanto para la sociedad suiza como para aquel que lo vea.
– Fernand, ¿cómo lograste la confianza con la gente de “EXIT” como con la gente que tomó esta decisión para poder filmarlos?
– No fue muy difícil. Es más, fue bastante fácil ya que son como militantes de esta causa y defienden fuertemente su posición. Igual, no todo Suiza coincide con esta postura. Es muy raro ya que en la Asociación se habla de la palabra “muerte” y la gente aplaude. Para mi, fue fundamental el tiempo que tuve para hacer el documental. El poder compartir con ellos, casi dos años acompañando a la gente. He visto más de lo que se ve. Me resultó difícil pasar el tiempo con la gente porque sabía que le quedaba poco tiempo de vida pero, paradójicamente, la persona que nos daba fuerza para seguir adelante, era quien se iba a morir. Inclusive, nuestro camarógrafo era católico practicante y le era particularmente duro filmar todo esto. Siempre me decía, medio en serio y medio en broma, si no era un pecado mortal participar en esto.
– ¿Sos miembro de “EXIT”?
– No, para nada, pero quiero contar que este film me lo pide tanto la gente que está a favor de esta postura como los que están en contra. Hay mucha gente que pide que se detenga a “EXIT”. Son evangelistas y médicos pero está muy dividido todo.
– Cualquiera que fuera tu posición inicial respecto a este tema, ¿llegaste a cuestionarla con el desarrollo de la película?
– Hubo otra cuestión. Antes de comenzar el film, perdí un hijo por lo que no fue totalmente inocente el interés en esto. Pero no era un film sobre la muerte sino sobre la vida. Era buscar una razón de vida en gente que se quería morir para vivir mejor. Esto se relacionaba con mi drama personal. Algo bastante íntimo de reflexión en torno a la muerte, de gente que era cercana, en el transcurso de los dos años que duró el film.
– ¿Pensaste hasta donde filmar?
– No. En cualquier forma de cine es una cuestión que se pone de manifiesto. En este caso, el “a donde parar”, depende de mi propia sensibilidad. Igual no depende solo de mi. Somos varios y discutimos bastante al respecto. “¿Tenemos que filmar la muerte o no?”, “¿Filmamos a la gente o no?”. Siempre se decide entre todos y desde el montaje, es un trabajo bastante difícil. La ubicación del cine desde la distancia. ¿Estas muy lejos o muy cerca? Esto tendrá que ver a como me siento personalmente. Algunos consideran intolerable lo que se ve pero yo no tengo reglas. Siempre trato de probar las distancias, para que se entiendan las voces.
-Contaste que habías perdido a tu hijo. ¿En qué influyó para encarar “Exit”?
– Creo que en la vida siempre se buscan cosas. Ante la muerte de mi hijo, pensé sobre el sentido de la vida. Leí un artículo en el periódico y pensaba “yo, que perdí un hijo, leo que hay gente que decide como morir”. Esto se puede comprender y no es que están alegres de lo que les va a suceder sino por las enfermedades que tienen. Hablé con esta gente y pude ver también el valor de la vida.
-Traer la película a Sudamerica, ¿hubo alguna diferencia en su recepción, teniendo en cuenta las diferencias culturales?
– Mirá, vengo de la parte latina de Suiza y, aunque hay muchos sudamericanos, estamos en una época de globalidad. La evolución de la sociedad que se ve en la película, es muy particular y difícil que ocurra –y en algunos casos, de aceptar- en algunos países. Es muy interesante presentarlo en países donde la gente no se preocupa de lo que pasa en Suiza sino en lo que pasaría en sus países. No dicen “estos suizos son monstruosos” sino que está más relacionado a una cuestión personal. Lo presenté al film en Colombia y había gente llorando…
-¡Acá también!
– ¿Si? ¡Mira tú…! Para mi, lo importante es establecer una reflexión con respecto a la vida y la muerte.
-Tuvo repercusiones en Suiza…
– Si, hubo bastante polémica porque es un tema recurrente. Verdaderamente, no hay una ley al respecto sino una esencia de una Ley. Si no hay un motivo egoísta –como el recoger el dinero de alguien-, no se puede condenar. No es que se autoriza pero no se puede condenar. Es una diferencia sutil. Cada cinco años, surge la idea de hacer una ley en el Parlamento. Por el momento, está en una zona gris. Fue interesante ver el trabajo del acompañante ya que se encuentra en un lugar intermedio. No es un ángel pero que está entre la oscuridad y la luz. El documental tuvo mucha importancia en Suiza en tanto la decisión democrática porque es una democracia directa. Las leyes son consultadas con el pueblo tanto para validarla o para no aprobarla. Para eso, la gente está interesada para saber lo que pasa en el país. Este film fue pasado en la cadena más importante de la televisión y tuvo la audiencia más importante del año porque era un sujeto difícil. ¡Se abrieron debates de dos y tres horas después de emitida la película! Era emocionante ver como se hacía todo.
Con “Vuelo especial” pasó un poco lo mismo. Se proyectó hace diez días y ha sido una polémica más grande que “Exit”. Tuvo mucho éxito y eso fue muy importante para mi. Esta forma de documental es muy particular. No tiene música ni comentarios o ecos dramáticos. Hay una distancia muy corta entre la audiencia y lo que pasa. Es una forma de democracia directa. Como director de cine, es muy importante el documentar, ser testigo de mi tiempo. Es el fundamento de mi cine. A diferencia de otros filmes mios, donde se puede decir “está bien” o “está mal”, acá tiene que ver con algo más personal e intimo. También tiene que ver con la introspección, relacionada con la mentalidad protestante suiza de autocritica permanente sobre la responsabilidad.
– ¿Cómo surge hacer “Vuelo especial”?
– ¡Nunca voy a buscar a los films sino que estos me vienen a buscar! Cuando rodé “La Fortaleza”, uno de los traductores venía de Irak y era amigo mío. De repente, un día desapareció y me contó que estaba encerrado en un centro de detención. Fui a verlo en esa cárcel y le pregunté “Que hiciste?” y me dijo que no había hecho nada. “No tenía los papeles”. Siguiendo este hilo conductor di con la idea de “Vuelo especial”.
– ¿En la película se muestra a gente en situación de “tránsito” por el país?
– No. Están viviendo en Suiza pero que no cuentan la nacionalidad suiza. No tienen documentos suizos. Ellos aportan a la caja de jubilación de Suiza. Eso es bastante particular porque se les permite trabajar. Tu empleador está obligado a declararte pero la hipocresía hace que pagues el dinero del seguro pero si te encuentra la policía te declare como ilegal. Esta es una gran contradicción. En Suiza no tenemos lo que se denomina “paro”. Hay un 3%, lo que es muy poco. No se encuentra gente para hacer los trabajos difíciles y entonces se necesita de esta inmigración. Ante la necesidad de aplicar la Ley, se elige a esta gente para que sea más “visible” su aplicación y certificar su “cumplimiento”.
– El diálogo de Pichout con el policía fue muy bueno y muy fuerte.
– Por mi forma de filmar, logro una confianza que me permite mostrar todo esto. La gente se olvida que estoy y puedo participar de todas las actividades. De esta manera, la gente da lo mejor que tiene de cada uno. El cine documental revela el alma y el sentimiento profundo de la gente. Busco mostrar aquello que no se ve, que se encuentra en un marco de “invisibilidad”
-¿Volviste a tener contacto con los protagonistas de “Vuelo especial”?

– Si, con todos. Inclusive hay una web donde se ve como ha seguido toda la situación. Vimos a seis personas un año después para ver como ha rearmado su vida y tiene mucho éxito. La gente que vio “Vuelo especial” en televisión quedó muy interesada. Probamos el tratar la situación en general con casos particulares para dar cuenta de las grandes historias. Fuimos a Africa y Kosovo para ver cómo han desarrollado sus vidas.

*Entrevista realizada en 2012, en el marco del BAFICI

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