El BAFICI fue el marco para la presentación de “La Organización Negra. Ejercicio documental”, una oportuna y excelente reivindicación de la obra de un colectivo artístico, fundamental en los años 80. Julieta Rocco fue la “mastermind” detrás de este proyecto, que se tomó unos minutos para responder algunos interrogantes con respecto a su película.
– Julieta, ¿por qué la Organización Negra?
-Mientras éramos estudiantes de Diseño de Imagen y Sonido en los ‘90, con Aldo Consiglio, surgió la idea de este documental. Nos interesaba mucho el arte experimental; aquellas obras que amalgamaran distintas disciplinas y tecnologías, o en las que hubiera sinergias de distintos lenguajes, como el videoarte, la performance, la instalación. Así conocimos la obra de Ar Detroy, que era una escisión de La Organización Negra a través de Charly Nijenson, uno de sus integrantes, a quien nos acercamos en esa época como admiradores de la obra.
Así, yendo para atrás, conocimos la obra de LON. Vimos que tenían todo esto y, a su vez, nos conmovió la forma en que trabajaron: habían creado obra durante 10 años como un grupo autogestionado, fuera de la industria cultural. Creaban con lo que tenían a mano. Cada miembro del grupo aportaba su saber. Los movía más la experimentación como juego y búsqueda de un lenguaje que el hecho de concretar una obra en sí. El motor era crear como una necesidad de vida. Creo que, por admiración, decidimos lanzarnos a armar este documental con esa idea romántica en la cabeza: usando los recursos que teníamos, guiándonos por la intuición y por las ganas de rescatar a un grupo fundamental en el arte argentino. LON merecía que se contara su historia para que la revivieran sus fans y siga siendo inspiración de las nuevas generaciones.
– ¿Cuál era tu hipótesis para llevar a cabo la investigación?
– Quería transmitir algo del espíritu de esa época. Tal vez por la nostalgia que me da la forma de trabajar que tuvo LON durante casi 10 años. El compromiso y la fuerza de un grupo autogestionado, motorizado exclusivamente por manifestar su arte. Siempre con una rigurosidad y disciplina tan envidiable como necesaria para realizar obras de envergadura siendo absolutamente under. Justamente, desde ese under logró tener 30000 espectadores en el epicentro de la ciudad como es el Obelisco, con una intervención artística y sociopolítica desafiante en una época en que la ciudad era un espacio vedado para sus habitantes.
-¿Tardaste mucho tiempo en llevarlo a cabo?
– Estuve alrededor de 6 años. Paré muchas veces el proyecto porque era muy difícil hacerlo a pulmón. Así hasta que conocí a Bárbara Villafañe, que no sólo fue la guinonista del documental sino una pieza fundamental para poder terminarlo. Los datos los fui consiguiendo a través de los relatos de las entrevistas. En cada una aparecía un nuevo nombre o una nueva posibilidad de encontrar algún material de archivo perdido. Así que fue como armar un gran rompecabezas.
– ¿Quedó mucho material afuera del documental?
– No mucho pero algo quedó. Sobre todo fotografías y material de publicaciones de prensa. La idea fue poder mostrar la mayor cantidad de material posible. El soporte es digital y se trabajó con muchos formatos, ya que todo el contenido de archivo histórico del documental estaba en formato de video análogo y fue digitalizado para el proyecto
-Después de realizar el documental, ¿cambió en algo tu visión de LON?
– No. Es más, diría que confirmó la idea romántica que tenía sobre ellos. Algo que Manuel Hermelo (uno de sus integrantes) resume en el documental. “Creo que lo mas importante del grupo fue su experimentacion, su capacidad de juego y de mucha intensidad de vivir la verdad. Ese es el punto de vivir realmente la verdad : creer en lo que uno está haciendo”.
– ¿Te sorprendió la repercusión del material?
– Si! Y me sigue sorprendiendo. Fueron dos funciones y la tercera será mañana viernes 22 de abril. Me sorprende, sobre todo, el interés de los jóvenes estudiantes de artes y de los docentes. Agradecen poder tener un material que muestre lo que ellos venían enseñándoles a sus alumnos pero no tenían como mostrar. Me alegra mucho poder aportar en ese sentido.
-Para esta época, se presentan dos trabajos sobre LON (el otro es el libro “La Organización Negra” de Malala González). Dos investigadoras con el mismo objeto de estudio. ¿Que ocurrió que LON convoque dos estudios igual de profundos y de alta calidad?
– ¡Gracias por lo de profundos y de alta calidad! Tuve la suerte de conocer a Malala el año pasado a través de uno de los integrantes de LON, Fernando Dopazo. Lamentablemente no la conocí antes! Ella también venía con su proyecto hacía varios años.
No sé que habrá ocurrido pero sé que compartimos la necesidad de hacerle honor a la obra de LON, que había quedado olvidada en los recuerdos de los que tuvieron la fortuna de verla. Justamente esto es lo que hoy se estudia en muchas escuelas de teatro y artes, pero su legado andaba desperdigado. En lo personal, creo que LON se merecía esta investigación porque fueron vanguardia en el magma de manifestaciones artísticas del under de los 80. Mientras, el humor, el absurdo, las libertades sexuales eran el foco del momento, LON traía una especie de memoria inconsciente de los años oscuros que todos esos jóvenes habían vivido durante la dictadura.
Viernes 22 de abril. Artemultiplex Belgrano 3. A las 14 hs.