Tras la publicación de un informe respecto a la obligatoriedad de prestar un servicio que se ofrece como “voluntario”, ECDL recibió más testimonios sobre las condiciones de trabajadores de la cultura que son destinados a tareas que no les compete tras recibir presiones para aceptar ser “voluntarios”. Inclusive, con despidos en la Usina del Arte.
ATE –Capital- y SUTECBA brindan su testimonio al igual que la Secretaría de Transformación Cultural, encargada de llevar a cabo el programa de Servidores públicos, en una entrevista por demás ilustrativa sobre el trato y la resolución de los problemas.
Por Daniel Gaguine y Alan Levy.
La cuarentena que debe atravesar el país con motivo del Covid-19, cambió los usos y costumbres de la población. Más aún con respecto a la forma en que se desarrollan los distintos trabajos. El gran inconveniente es cuando, por desarrollar los mismos, se llega a la explotación –aún mayor- a la que se ven sometidos los trabajadores.
Hace poco más de dos semanas, desde este espacio publicamos un informe detallado en el los trabajadores de la Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires –al ser considerados “servidores públicos” mediante resolución RESFC2020-20 – denunciaban una reasignación de tareas que no respeta las labores para las que habían sido contratados. Los testimonios obtenidos también daban cuenta de presiones para ser “aceptados”. (https://www.elcaleidoscopiodelucy.com.ar/2020/06/el-voluntariado-obligatorio-de-larreta.html)
Pasó el tiempo y se recibieron más voces deseosas de expresar su malestar. De más está decir que preservamos sus respectivas identidades so pena de recibir represalias por el gobierno encabezado por Horacio Rodríguez Larreta. Los trabajadores de dicho sector se encuentran ubicados en diferentes áreas que abarcan el Teatro Colón, Complejo Teatral de Buenos Aires, Centro Cultural San Martín, Centro Cultural Recoleta, Museos, entre otros.
“Nuestros coordinadores nos convocan a un área para que estemos todos juntos. Pasamos a pertenecer a Transformación Cultural. Pero no sabemos nuestro destino. Vemos mucho avallasamiento de derechos. Queremos trabajar en nuestras áreas o hacer tareas que tengan que ver con nuestro trabajo. Una resolución no puede estar arriba de nuestros derechos laborales o convenio colectivo de trabajo» afirma uno de los damnificados con un dejo de bronca e impotencia. Desde otra dependencia, afirman “frente a los pedidos de voluntarios, fueron contundentes con el hecho de marcar que eso es el trabajo”.
Los destinos de los “voluntarios” son varios y las peripecias también. “Primero fui a un parque a concientizar. También hice llamados a adultos mayores desde mi casa pero nadie me pagó el teléfono. Lo tuve que pagar de mi bolsillo. Uno de mis compañeros terminó en los hospitales”. Este mismo compañero afirma “el trabajo es el de ‘concientizar’ a la gente. Decirle a alguien en la calle que se ponga el barbijo, que respete la distancia en la cola de un banco, etc. Otros concurren a hospitales a acondicionar oficinas móviles para que los médicos puedan descansar o tomar un café”.
El maltrato en la calle también es otro de los riesgos. Ante la reacción de los ciudadanos ante las tareas de concientización, fueron elocuentes en la respuesta. “Algunos te dicen ‘yo hago lo que quiero’, otros te miran la pechera y dicen ‘¿Vos me venís a decir a mí?’. A compañeros de otros sectores, les daban encuestas al final del día para monitorear la recepción de las medidas”.
La conclusión a la que llegan los testimonios es que “en todos los casos hay exposición al Covid-19”.
La edad de los trabajadores es de veinte a treinta y cinco años en su mayoría. El clima no es de tanta libertad, amor zen ni laboriosa espiritualidad en “los equipos” como se suele decir. La convocatoria es extremadamente persuasiva por llamarlo de alguna manera. Cuentan que “de la ‘convocatoria’ no se salva nadie. Han llamado a mayores de sesenta años, grupos de riesgo o personas con gente a cargo”. Desde otro de los espacios culturales, recuerdan que “hubo un apriete notorio. La jefa nos llegó a decir que ‘si dicen que no, aténganse a las consecuencias’. Te llaman muchísimas veces por teléfono o te contactan por whatsapp. Eso es violencia psicológica. Inclusive, te maltratan”
Entre los testimonios recabados es unánime la indefensión que sienten. “Tengo compañeros que tienen problemas respiratorios y eso no es tenido en cuenta. Al ser contratados, no hay ningún tipo de control. No tienen ART –como sí tienen los de planta permanente- sino una AP que es “accidentes personales”. Esto surgió con los accidentes de vialidad del año pasado que fueron de público conocimiento (N de R: Cinthia Choque era una agente de tránsito que murió atropellada en un control vehicular en el barrio de Palermo, su compañero de trabajo Santiago Siciliano finalmente se recuperó); antes no había. Pero no hay más respuestas. Hay una naturalización de este estado además de mucho miedo”.
Ese miedo es palpable en la voz de los consultados. “Todo el mundo tiene mucho cuidado. No posteo nada que tenga que ver con política o nada en mis redes sociales. Me di cuenta que me miraban las historias. Recuerdo que, al ingresar a trabajar, algunos jefes le recomendaban a colegas que ‘limpien’ el Facebook, Instagram, etc.”.
“No hay ningún cuestionamiento a lo que se dice. Por ejemplo, algunos siguen dependiendo del Ministerio de Cultura y otros, al de Salud. En realidad, a nivel contrato sigo con Cultura pero me hacen decir que soy de Salud”.
Una pregunta/reclamo flota en el aire. “Nos dicen que somos ‘voluntarios’ pero si nos pasa algo, ¿Nadie nos va a pagar nada? Si ni siquiera los dirigentes están a salvo. Se enfermó Cantoni y otros ¡Imaginate nosotros que nos quieren hacer salir a la calle! No se pueden cuidar ni ellos”.
El caso de Viviana Cantoni que se contagió de Covid-19 fue uno de los más reconocidos dentro del GCBA. Según contaron varios testimonios, “estaba sin barbijo”. Ante la consulta de por qué no le dijeron nada por no respetar el uso del tapabocas, respondieron que “No me salió decirle nada siquiera. Estaba bloqueada por miedo. No tuve ningún cruce con ella pero tengo compañeros a los que les gritó o los puteó”.
De hecho, no se hizo cuarentena a la gente que interactuó con ella. Dijeron ‘no debés tener nada, no te preocupes’. Es más, los jefes no comunicaron nada ni se tomó ningún tipo de medida especial o advertencia.
Con respecto al tema “Cantoni”, desde varias dependencias se enteraron de la noticia por los medios de comunicación. “Se dijo que era ‘asintomática’. Una información que no suma absolutamente nada: aún así, contrajo el virus. También dijeron que, para contraer el virus habría que estar expuesto quince minutos, lo cual no hay evidencia científica. Tengo entendido que sólo a una persona se le hizo un estudio pero ni siquiera un hisopado.
Igualmente, algunos contaron que esto va más allá de esta circunstancia particular que es la pandemia. “Algunos tuvieron que hacer tareas de timbreo el año pasado, volantear o difundir cuestiones vinculadas con el oficialismo. En general, dan por sentado que todos los trabajadores tienen su color político o directamente no les importa. Es como que empezás a trabajar para el partido. No me preguntaron nada, pero tengo compañeros que lejos están de comulgar con el partido y tuvieron que ir para no perder el empleo”.
Hablan Sutecba y ATE –Capital-. Los sindicatos toman la palabra
Quien toma la posta para hacer referencia a la situación es María Martha Notari, delegada de ATE –Capital- que trabaja en el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken. Recuerda que “Con la flexibilización laboral, se dejó de respetar la ley 471 –‘al año de prueba el trabajador pasa a la planta permanente del Estado’- que se armó. Desde hace tiempo, los contratados realizan las funciones de la planta pero su situación es precaria. Antes, los contratados pertenecían a servicios que le podían brindar al Estado. Ahora esa tercerización está en mano de empresas de dudoso origen.
Frente al tema del “voluntariado obligatorio”, Notari sostiene que “no es gente que fue a ofrecerse. Piden contratados y les sugieren que hagan ese tipo de voluntariado -‘te conviene decir que sí porque es tenido en cuenta a la hora de renovar los contratos’- o estar incluidos en un listado en donde podés ir a trabajar, como la Secretaría de Transformación Cultural. En cambio, los de planta van a una lista de los que ‘no colaboraron”.
Es necesario aquí hacer una observación. “Por un lado, como empleado del Estado vos tenés obligaciones respecto a la ciudadanía pero con las garantías para el trabajo que vas a realizar, las cuales hoy no existen. Te dan una botella de 10 cc de alcohol en gel y un barbijo transparente y mandan a distintos lugares de la Ciudad. No es por cercanía a tu domicilio. Tampoco te dan un curso y no sabés como actuar si te ponen al frente de un hotel o servir comida a enfermos de COVID. No hay garantía de que si vos estás enfermo, tenés –mínimo- una ART que te cubra. Los contratados tienen sólo un seguro de vida. En el Museo del Cine trabajamos con material muy sensible: nitrato y acetato. El nitrato es autocombustible, puede prenderse fuego todo de nada. Nosotros explicamos que tenemos que tener determinada distancia y no te dan bola”.
Con respecto al mecanismo de asignación del “voluntariado”, Notari cuenta que “cada Dirección tiene asignadas esquinas de la Ciudad. Envían comunicados por whatsapp, de manera informal del tipo ‘hay que ir tal día a tal esquina’. Si no se ofrece nadie, asignan al voleo a dos contratados. Hay muchos casos de ‘voluntarios’ que son grupos de riesgo o hijos/adultos mayores a cargo. No importa. Si no tenés bicicleta para ir de un lado al otro, tenes que tomar transporte público. No te facilitan los medios. El 70% de los contratados tiene un sueldo entre 14 y 30 mil pesos. No sólo su forma de contratación es irregular sino que los salarios son malos. El otro porcentaje de contratados es de funcionarios -gerentes y demás- que cobran cinco veces más y no los convocan para ‘los voluntariados”.
Sobre el futuro y la reasignación del personal al tiempo que implica cierto vaciamiento en Cultura, Notari es contundente. “Nadie nos explica desde el Estado cómo enfrentar lo que viene. Se debería pensar en las consecuencias del abandono del patrimonio, en algunos casos, irrecuperable. Hay un amparo en la Justicia que dictamina que estamos trabajando en condiciones peligrosas. Tenemos 90 mil latas de película y el personal es insuficiente. Necesitamos volver paulatinamente al museo, no ir a la calle a ponerle alcohol en gel a la gente. El trabajo debería estar enfocado a la preservación de bienes irrecuperables. Si queremos preservar la vida, debemos quedarnos en casa”.
Finalmente, afirma que “no somos el Ministerio de Salud. Tenemos otra capacitación. Esto da cuenta de cómo ven la cultura desde el GCBA: un entretenimiento o algo que no es necesario. Transformación Cultural es ponerle alcohol en gel a la gente pero la cultura es otra cosa. Puede estar pensada en beneficio de la población o ser tomada como pasatiempo sin carga identitaria o social”.
Para completar el panorama gremial alrededor de esta temática, ECDL habló con la Delegación de SUTECBA en la Dirección General de la Promoción del Libro, Bibliotecas y la Cultura.
SUTECBA contra el aguinaldo escalonado |
El sindicato solicitó que no se envíe al personal a zonas de riesgo tales como barrios vulnerables, hospitales y hoteles. Si bien en dicha repartición la mayoría del personal hace teletrabajo, una parte realiza tareas “de concientización acerca del distanciamiento social en zonas cercanas a su domicilio para que no tengan que trasladarse a sus domicilios.”
Con respecto a la disparidad entre los contratados y la planta permanente, reconocen que puede haber diferencias frente a las distintas formas de contratación al tiempo que indican que “es difícil de monitorear aquellos espacios en los cuales no tienen una delegación”. Asimismo, no están funcionando todas las instancias que suelen funcionar. “Nuestra Dirección casi no tiene personal contratado. No se les está dando funciones a los contratados ni a la planta transitoria de docentes, aunque algunos dan talleres de manera virtual-. A los contratados de nuestra Dirección no se los está convocando. En otros lados, nos ha llegado la información que están presionando a los contratados. En este momento no está funcionando la Mesa de Cultura, ni siquiera de manera online. Sí la de Salud. En Cultura nos venimos contactando individualmente. Tratamos de hablar con cada repartición para ayudar al trabajador. Se hace muy difícil en los lugares en donde no hay delegación.”
Con respecto a la situación del personal que se encuentra trabajando en la calle, afirma que “Hay algunos que son voluntarios y otros que están haciendo tareas de prevención y asistencia al ciudadano así como a los adultos mayores. Todo esto en lugares próximos a sus domicilios. A los que son grupo de riesgo, tienen enfermedades o gente a cargo -como menores de edad- no se los convoca”. Frente a la pregunta si se está cumpliendo en la práctica, responden que “estamos muy atentos de que esta normativa se cumpla. En los lugares que no hay delegación, es más complicada la situación”.
Sobre la situación de los trabajadores de Cultura, puntualiza que “en el Complejo Teatral están trabajando en un hotel pero antes estuvieron haciendo barbijos. Lo mismo el Teatro Colón. Tengo entendido que no están en contacto directo con gente infectada. Distinto es el caso de los paradores o los comedores”.
La reasignación de personal de Cultura a otras áreas implica que no esté disponible para tareas que tengan que ver con programación artística, archivo, patrimonio, etc. Desde ese punto, el sindicato afirma que “nada se puede hacer. Hay algunos que realizan teletrabajo y tareas administrativas. Transitoriamente algunos trabajadores pasan a pertenecer a otra Dirección en tanto servidores públicos y cumplen estas otras tareas”. Agrega que, “como sindicato pedimos participar en el Proyecto de Ley de Teletrabajo. Tenemos el conocimiento y la experiencia de muchos años. Queremos ser parte de la conversación. SUTECBA incluso está trabajando en un proyecto propio”.
La noticia que funcionarias como Viviana Cantoni y María Victoria Alcaráz contrajeran COVID 19 no pasó desapercibida. “Los funcionarios estuvieron yendo a los barrios vulnerables, no así los empleados. En donde está Viviana Cantoni no hay delegación y no tenemos información al respecto. Allí sí hay mucha gente contratada…”.
La situación de la Cultura en la Ciudad de Buenos Aires era vulnerable desde antes de la pandemia con recortes presupuestarios, problemas con el patrimonio cultural así como una política de pasteurizado contenido. El cierre del Teatro Presidente Alvear o la poca inversión para proteger el archivo del Museo del Cine son algunos ejemplos. Si a ese panorama se le suma la reasignación de recursos a otras áreas ¿Cómo queda parada Cultura? ¿Cómo se preparan el GCBA y SUTECBA para una salida progresiva de la cuarentena?
La palabra de la Secretaría de Transformación Cultural
Ante los testimonios recibidos, ECDL se puso en contacto con la Secretaría de Transformación Cultural, organismo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires encargado de manejar el proyecto de los “Servidores Públicos”. Aceptaron que se les envíe una serie de preguntas consultando al respecto. Como se podrá apreciar, las preguntas fueron por demás específicas y las respuestas, entran en la línea del “manual de empatía” de una empresa privada, en la que prevalece eso que se llamaría en un call center “la sonrisa telefónica”. Mucha diplomacia y buen tono pero ninguna solución y menos, responder de manera concreta y directa lo que se pregunta.
Desde estas líneas, nos tomamos el atrevimiento de afirmar que este tipo de “respeto” vacío de contenido y precisiones se acerca más al cinismo y a la soberbia que a la solución de los problemas por medio del tan mentado diálogo.
A continuación, las respuesta de la Secretaría.
-¿Cuáles serían las tareas que lleva a cabo la Secretaría de Transformación Cultural?
-La Secretaría de Transformación Cultural busca promover las transformaciones culturales necesarias en la comunidad, con un estado eficiente y cercano y ciudadanos empoderados y comprometidos con su entorno. Entre sus responsabilidades primarias se encuentran: Gestionar el proceso de transformación cultural de la organización centrado en el capital humano. Velar por la cultura organizacional y promover los valores de gobierno con foco en la cercanía y la eficiencia de los servidores públicos hacia los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires. Promover el desarrollo de líderes de la organización y desarrollar e implementar la estrategia de Comunicación Interna. Gestionar la formación continua de los empleados. (N de R: Si ingresan en https://www.buenosaires.gob.ar/jefaturadegabinete/secretaria-transformacion-cultural/institucional-secretaria-de-transformacion-culturalverán que se hizo un “copy + paste” de lo que dice ahí. ¡Un poco de ganas para contestar!)
En tiempos de pandemia, esta Secretaría concentra su mayor esfuerzo en la gestión del voluntariado externo, y en la reorganización de los recursos humanos de la organización, para poder responder a las necesidades que plantea la emergencia.
-¿A dónde derivan a los trabajadores que son convocados por el programa de “Servidores públicos”?
-Todas las áreas del Gobierno de la Ciudad están participando en este momento tan difícil que nos toca atravesar. La gran mayoría de las personas está realizando tareas de concientización en calle. En su momento también participaron en vacunatorios o haciendo llamados a adultos mayores. Hemos tenido una respuesta muy satisfactoria por parte de los empleados, y ya hay mucha gente que está en sus nuevas tareas.
-¿Cómo se produce esa selección de “voluntarios”? Esta pregunta es debido a que trabajadores del área de Cultura son destinados a funciones que no les competen.
-El programa “Servidores Públicos” implica la reasignación de empleados de áreas no esenciales, a tareas de apoyo en el marco de la política sanitaria actual. Cada jefe conversa con sus equipos para evaluar cada situación en particular. Definen tareas que pueden ser en su propia área, o si desde el área no se puede realizar la tarea, se lo pone a disposición de este programa. En el programa se conversa con cada uno para acordar tareas en función de su perfil y de sus habilidades. Estando en medio de una pandemia se necesita de la labor de todos. La respuesta ha sido muy buena. Hay mucha gente que está en nuevas tareas.
-¿Se toma en consideración que, inclusive que algunos vienen desde provincia, con el riesgo que implica tomar dos medios de transporte?
-En lo posible se le asigna una tarea cerca de su casa (a los que viven en CABA) para evitar el traslado. Y también hay tareas que se pueden realizar en forma remota, como llamados telefónicos a adultos mayores.
– ¿Se brinda alguna capacitación? ¿Cuál sería el equipo que cuenta para desarrollar su trabajo?
-La capacitación de los trabajadores/as se lleva adelante a través de la plataforma del Instituto Superior de la Carrera (ISC). Se desarrolló específicamente un entorno virtual para el programa con contenido de cuidados preventivos y herramientas de autodiagnóstico para acompañar el proceso de asignación, estos contenidos tienen el carácter de formación general. Luego, para cada iniciativa de apoyo COVID19, existe un espacio propio con contenidos específicos para la tarea a desarrollar.
-¿Hay distinción entre planta permanente y contratados? Pregunto porque los primeros tienen ART y los segundos cuentan con un seguro de vida por su carácter de monotributistas.
-Cada modalidad de contratación cuenta con la cobertura que le corresponde. En todos los casos se prima la salud y seguridad de los trabajores/as, brindando el material de protección personal indicado por el Ministerio de Salud para la tarea que se les asigna.
-Hay quejas de los voluntarios por asignarlos a lugares donde no corresponde y que no tienen los elementos necesarios para realizar el trabajo. ¿Tiene algo que decir respecto de estas quejas?
-Como decíamos anteriormente, desde el Gobierno de la Ciudad estamos muy comprometidos con el cuidado de todos los colaboradores. En todo momento se prioriza la salud y seguridad de los trabajadores. Para eso se pone a disposición los insumos de protección personal necesarios, conforme lo recomendado por el Ministerio de Salud, además de brindar la capacitación específica. No estamos al tanto de esas quejas, pero si las hubiera nos ocuparíamos de resolverlas.
-¿Cómo es el trabajo de aquellos que desarrollan sus tareas en la calle si no tienen poder de policía en relación con los ciudadanos? ¿No se los arriesga al contagio y también, al maltrato de los transeúntes?
-El trabajo en calle tiene el objetivo de concientizar a las personas en relación al distanciamiento social y uso correcto del tapaboca. El objetivo de esta tarea es acompañar a los ciudadanos, en el marco de la política sanitaria Covid19. Para eso se pone a disposición los insumos de protección personal necesarios, conforme lo recomendado por el Ministerio de Salud, además de brindar la capacitación específica.
-Nos han contado que se los convoca de manera continua e intempestiva a formar parte de este voluntariado, por diferentes medios hasta que aceptan. ¿Es así? ¿Es esa la forma?
-No se los convoca de manera intempestiva. El mecanismo de aplicación es que desde cada Ministerio, los propios líderes / jefes hablan con sus equipos y ellos ponen a disposición a las personas a este programa, donde se los recibe y se tienen conversaciones para asignarles tareas en función de su perfil y de sus habilidades. Incluso, una vez asignados, se les hace acompañamiento y seguimiento. Hay mucha gente de todas las áreas de Gobierno que está participando y que se sienten muy útiles en este momento tan difícil que nos toca atravesar.
-Si alguno de los convocados para el voluntariado no puede realizarlo por ser una persona de riesgo, vive con adultos mayores o hijos de corta edad, ¿qué pasa en esos casos?
-Toda situación expresada por el/la trabajador/a es evaluada a fin de preservar la salud psico-física del mismo y de su entorno. Se prioriza en todo momento la salud y la seguridad de los/las trabajadores/as. En el caso de los trabajadores que vivan alguna de las situaciones planteadas en la pregunta, se los escucha y asigna una tarea que la tenga en consideración, buscando siempre preservar su salud psico-fisica así como la de su entorno/ familia.
-¿Qué ocurre si un trabajador se contagia de Covid-19? Esta pregunta surge teniendo en cuenta que si, de un principio, dice que no y después se termina enfermando por mantener su trabajo aceptando ser voluntario.
-Todos los trabajadores cuentan con los insumos de protección personal necesarios, conforme lo recomendado por el Ministerio de Salud para realizar su tarea, además de ser capacitados en términos de protección personal. En todo momento se prioriza la salud y seguridad de los trabajadores.
En caso de que algún trabajador presente síntomas, como cualquier ciudadano, se activa el protocolo sanitario correspondiente.
-Tras conocerse los casos de Viviana Cantoni y Alejandro Gómez de contraer Covid-19, ¿se hizo el hisopado correspondiente a quienes estuvieron en contacto con ellos? ¿Se informó a los trabajadores del contagio o se tuvieron que enterar por los diarios? Pregunto esto teniendo en cuenta que se comentó que varios funcionarios afectados, no hacían uso del barbijo correspondiente.
-Como en todos los casos, si algún trabajador o funcionario presenta síntomas, como cualquier ciudadano, se activa el protocolo sanitario correspondiente.
-Al respecto, ¿se le hace testeo y/o hisopados a los “voluntarios” teniendo en cuenta su trabajo?
-En caso de que algún trabajador presente síntomas, como cualquier ciudadano, se activa el protocolo sanitario correspondiente.
-Tengo entendido que algunos trabajadores se les ha rescindido el contrato por haber solicitado mejores condiciones laborales. ¿Es así?
-No estamos al tanto de esta situación. Si pudiera especificar el caso, podríamos evaluar esta situación en particular.
Despidos en La Usina del Arte
Hace una semana, se produjeron dos despidos en La Usina del Arte. Los mismos son contratados y tienen a su cargo niños menores. Hicieron el trámite de la licencia y los despidieron. Los llamaron para avisarle que no los van a necesitar más y les van a rescindir el contrato.
María Sol Copley –ATE Capital- afirma que, “en uno de los casos, se había pedido que le brinden el equipo que le correspondía para desarrollar su tarea -un traje- y que no se lo quisieron dar. ‘Si me dan el traje, voy’ pero nunca se lo dieron. En ambos casos, les comunicaron por teléfono que les daban de baja su contrato (los cuales eran hasta diciembre de este año). No medió ninguna comunicación oficial. Paralelamente a esto, y a pesar de las restricciones, siguen mandando gente a las esquinas. Inclusive, muchos trabajadores de provincia continúan trasladándose a CABA”.
Copley cuenta que llamó a Romina Marson, de la Gerencia Operativa de Logística del Área Festivales iniciando un “bicicleteo” que no llega a ningún lado.
“No me pasó nunca en la vida. Llegué a hablar con Romina que me dijo ‘dejame que me ponga en tema y te vuelvo a llamar’. Nunca me devolvió el llamado. Intenté de nuevo llamarla y no me atendió. Delegué todo a otro delegado de Cultura que la volvió a llamar y la respuesta fue la misma. ‘Después te llamo’ y nunca lo llamó”.
Pero esto no termina aquí. “La contactamos a Silvia Tissenbaum, Directora de Festivales y Eventos Centrales y pasó exactamente lo mismo. No sé si se hacía la que no me escuchaba bien. Le dije quien era y le propuse ‘Cortemos y te vuelvo a llamar’. Cortamos y apagó el celular. Nunca más me atendió. Esto no me pasó nunca que un funcionario atienda para contar lo que pasó.”.
Finalmente, de acuerdo a lo dicho por Copley, “los compañeros despedidos volvieron a hablar y les dijeron que ya era una medida tomada. No hay vuelta atrás al respecto. Echan gente y no dan ningún tipo de explicaciones”.
Al día de hoy, se está evaluando realizar presentaciones en la Legislatura Porteña y en la Defensoría del Pueblo