Barajar y dar de nuevo: Se postergó el proyecto de reforma de los Premios Municipales.

Hace una semana, el martes 7 de diciembre, los artistas nucleados en distintas agrupaciones, salieron a la calle para protestar contra la intempestiva presentación del proyecto de ley que modificaba los premios en Cultura en CABA por parte del ministro Enrique Avogadro. La calma llegó ante el retiro del mismo para que sea tratado en la última sesión del 2021 de la Legislatura. A pocas horas de finalizar el jueves 9 de diciembre, llegó el siguiente comunicado que certificaba esto.
 
Finalmente, y gracias a la rápida reacción y presión de las distintas organizaciones vinculadas al quehacer cultural de la ciudad, el Proyecto de Ley PDLEY 2021-30GCABA-AJG, con Referencia: S/EX2021-36597557-GCABA-DGDCC sobre Concursos y Premios Anuales a la actividad Artística de CABA, Premios Municipales, Premio Trinidad Guevara, enviado a la legislatura por el Ejecutivo porteño y que vulneraba derechos adquiridos por la comunidad artística desde hace décadas, no fue tratado.
Agradecemos el apoyo de distintos referentes de la cultura, que en estos días han  manifestado su repudio en la calles y en los  medios. Estamos unidxs y este logro se debe a la fuerza de todxs.
De todas maneras, no debemos bajar los brazos, dado que se prevé su tratamiento a inicios de 2022.
Y asimismo, queremos repudiar enérgicamente que, dentro del presupuesto anual aprobado en el día de hoy para el 2022, Cultura ha recibido la menor participación de los últimos 10 años, con tan sólo un 1,5%.
Este porcentaje no sólo representa un monto nominalmente menor que en años precedentes, sino que debe considerarse también el impacto generado por la inflación.
Por todo ello, seguimos unidxs, seguimos alerta.
#laculturanoseachica
 
ARGENTORES, ASOCIACION ARGENTINA DE ACTORES, APDEA, GETI, UNIMA, ESCENA, GREMIAL FACIO HEBEQUER, ARTEI, LA COLECTIVA DE AUTORAS, ATTIA, APPEAE, APA
 
El anuncio trajo alivio pero, tal como manifestaron varios artistas en sus redes sociales y de manera personal con este periodista, la desconfianza sobre la postergación de su tratamiento y la conducta del ministro Avogadro se visibilizaron de una manera que no había ocurrido antes. Como si el velo invisible de credulidad eterna e inocente, se hubiese caído con no poca decepción al respecto.
 
Hagamos un poco de historia. Apenas conocida la presentación del proyecto de ley, hubo una serie de corrillos y rumores varios por lo polémico del mismo. Con fecha del 30 de noviembre, no pasaba desapercibido que Avogadro había estado presente en la entrega de los Premios Trinidad Guevara, en los que volvió a hacer referencia al “apoyo” de su cartera al teatro independiente omitiendo cualquier mención a la presentación que había realizado.
 

La idea de Avogadro era que sea tratado el pasado 9 de diciembre en la última sesión de la Legislatura. La Comisión de Cultura, en ese momento, estaba compuesta por Roy Cortina (presidente), María Bielli, Carolina Estebarena, María Patricia Vischi, Natalia Fidel, Marcelo Alejandro Guouman, Mercedes De las Casas, María Cecilia Ferrero, Matias Barroetaveña, Guillermo González Heredia y Lorena Pokoik.
 
Cuentan las paredes de la Legis que el proyecto de Avogadro no habría caído bien en el recinto por la repercusión negativa que tuvo. La reacción de los artistas, a través de algunos comunicados de distintas instituciones y la importante movilización que llevaron a cabo el 7 de diciembre desde la Casa de la Cultura a una vallada Legislatura (ltodo una postal de lo que es la democracia para Larreta) habría sido fundamental para que sea dejado de lado.
Esas mismas paredes cuentan que, en la última sesión de la Legislatura, podrían pasar algunos «deseos» del oficialismo que tienen más dudas que certezas y serían aprobados porque cuentan con la mayoría propia. Esto no habría impedido que algunos aliados del PRO manifiesten su disconformidad con Avogadro por no coincidir con su propuesta general como por la imagen negativa que despertó. Muchos legisladores de perfil bajo no habrían visto con buenos ojos el tener la obligación de levantar la mano para aprobar algo que ya venía mal barajado y los exponía de una manera que no deseaban. Además, el proyecto –a diferencia de otros- no era un “si o sí” que venía con el aura de una semi obligatoriedad en su aprobación en tanto la relación entre partidos que conforman el gobierno de CABA. Aquí, aquellos/as que no venía del riñón PRO podrían gozar de cierto derecho a veto. Inclusive algún que otro legislador PRO deslizaba en voz baja que esta presentación era “inoportuna”. Obviamente que, dentro de estos, no figura Roy Cortina, un socialista que vota todo lo que le pide la derecha.
 

Frente a esta situación por demás complicada, quedó en medio de la trifulca el ministro de Cultura Enrique Avogadro. Con su perfil de sonrisa telefónica y diplomacia vacía de contenido, se encontraba en el ojo de la tormenta. Durante la pandemia, lo único que hizo fue adelantar partidas presupuestarias mientras distintas agrupaciones pedían por una Emergencia Cultural que nunca se sancionó. A esto, hay que sumarle los “voluntariados obligatorios” en su sector haciendo gala de un concepto de democracia muy propio de JxC en el que “se acepta todo menos lo que esté encontra de nuestros intereses”.

Contó Ladislao Magyar (secretario de Artistas Premiados Argentina –APA-, que nuclea a artistas plásticos, teatro y música) que la reunión con Avogadro había sido “muy amable, muy cordial en la que le planteamos nuestros problemas. Nos escuchó pero también hay algo erróneo: quería que para el jueves 9 de diciembre le acerquemos nuevas propuestas, algo que es imposible. Nos hubiera gustado juntarnos antes. Las reuniones que tuvimos no eran de estudio sino informativas. Le pedimos que retirara la ley, que así no la íbamos a aceptar ya que tiene un montón de errores”. Frente a la reacción del ministro ante este planteo, Magyar fue claro. “Tiene una forma muy especial de absorber los golpes y las cosas que vienen. La reunión terminó muy amable pero que el Legislativo iba a decidir todo”.
 
La campaña de difusión que se realizó, con videos que incluían a personalidades como Cristina Banegas, Pepe Soriano, Ingrid Pelicori, Santiago Doria y Eleonora Wexler, las certeras publicaciones de Roberto Perinelli en Argentoresy en el diario Perfil y los discursos que hicieron alusión a esta situación en la entrega de los Premios Konex (como el de Marilú Marini) visibilizaron la gravedad de la situación, algo que no hicieron los medios masivos de comunicación. 
Al día de hoy, es bochornoso el tratamiento de este tipo de temas en la televisión -abierta y cable- asi como portales de noticias, ya sea por omisión o por ignorancia. Mucha Wanda Nara y poca cultura, con demasiado pochoclo y purpurina en la información. No pasó desapercibido el despliegue que hubo en la programación de la cartelera federal de la temporada 2022 “Argentina Vive Teatro y Música” en plena calle Corrientes. Visibilidad y omisión de dos hechos que son noticia. Tampoco dejamos de mencionar como algunas entidades realizaron un estruendoso silencio frente a lo acontecido, inclusive tras la marcha a la Legislatura del 7 de diciembre. Las mismas que se “cortan” solas para lo que el GCBA necesita y apelan a las más “pequeñas” para firmar aquello ya acordado de antemano.
 

Una vez conocida la noticia de la postergación del tratamiento del proyecto, Alfredo Martín (APDEA) dio su punto de vista. “Salió la noticia, que tranquilizó un poco. Creo que este es el puntapié inicial de lo que después deben ser las mesas de negociación para la intervención de todas las partes. Acá hay un viejo intento del GCBA de quitar este premio. Hablan de una puesta en valor pero cada vez que dicen algo por el estilo uno empieza a inquietarse. La primera idea que hay que empezar a desterrar es que un premio tiene que homologarse a una especie de subsidio previsional. Entonces que tiene que ver un premio con una dádiva, un subsidio o una jubilación. Esta idea es errónea pero al GCBA, en su intento de ajustar, le viene bien. Nosotros creemos que no tiene nada que ver. Un premio es un reconocimiento a un trabajo artístico y creativo. Un premio lo puede tener alguien de 20, 30 u 80 años. No tiene nada que ver con la generación sino con el trabajo”.

 
El ministro de Cultura se la pasa hablando loas del teatro independiente, visitando varias –y seleccionadas- salas del circuito pero de hacer una política determinada en pos del sector, «bien, gracias». La “Semana del teatro independiente” no es una política en sí, abarcativa a todo el sector. Es como confundir al Metrobus –carriles exclusivos para colectivos- con una política de transporte.
Su bonhomía se contrapone con propuestas que conspiran contra su cartera, en caso de ser cierto lo que dicen algunos que se estaría tragando un sapo comparable a la Muralla China con este proyecto por presiones de Economía. ¿Tan obediente es el ministro que estaría borrando con el codo lo que dice con la boca? Más de un artista querrá aferrarse a esta idea ya que si fuese cierto que tendría 100% su firma, sería una decepción enorme para aquellos/as que siguen creyendo en su palabra.
A todo esto, no puedo dejar de pensar qué sería de la vida del ministro de externa empatia sin la protección mediática que brinda la pauta publicitaria de Horacio. Salvo excepciones, no hay medios masivos o alternativos que pregunten seriamente más allá de tirarle centros para que cabecee al mejor estilo Gabriel Batistuta. No olvidamos que el Teatro Presidente Alvear sigue cerrado. La excusa será la pandemia para justificar el cierre aunque durante la misma, los trabajadores de Cultura hayan sido los primeros afectados sobre los “voluntariados obligatorios” para hacer frente al Covid. Algo que muy pocos medios de importante alcance cubrieron. Justamente, si es necesario hacer algún tipo de recorte, ¿por qué no se lo podría hacer en un sector como el de Publicidad y Propaganda en vez de Cultura?
 
Hete aquí que surge una pregunta. ¿De qué manera podria ir Avogadro a un teatro independiente si se llega a sancionar este proyecto? Más que nada, por el pavoneo que se hace al respecto -foto incluida obviamente- porque “apoyamos al teatro independiente”. De ahí que su actitud sea desconcertante. Por momentos, hay un festejo como el de la entrega de los Premios Trinidad Guevara, una predisposición a acompañar y festejar junto con la comunidad artística y a los dos días (o menos) explota una noticia de la cual no se tenía conocimiento. Este doble juego hace que pierda credibilidad en torno al “diálogo” que propone cuando en realidad, ya está todo decidido de antemano, sin que haya ningún tipo de modificación al respecto
 

Aquí es donde entran otras variables. Una sería el mencionado «blindaje mediático» pero otra es la que toca a algunas asociaciones que nuclean a artistas relacionados al quehacer teatral cuyos integrantes no pasan de la indignación en las redes sociales –por eso, sorprendió gratamente la marcha del 7 de diciembre- siendo de los que tocan el timbre para ir a espiar… La tibieza con que han reaccionado frente a algunas medidas (y ausencia de las mismas) con las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires es exasperante. Pareciera que en nombre del respeto y la investidura, aceptan mansamente cada una de las excusas y postergaciones a sus pedidos. Desde un silencio atroz frente a un “Volvió el teatro” que no incluía a una mayoría de espacios hasta el ninguneo a voces contestatarias frente a una pandemia que se llevó teatros y artistas, la política de “mentime que me gusta” que se lleva adelante debe llegar a su fín. En consonancia con el espíritu zen de pasteurizada espiritualidad y sensibilidad extrema que no acepta intercambio o debate alguno, se termina siendo cómplice de quienes están destruyendo la cultura de la ciudad. Más aún cuando es más que obvia y previsible la política de Avogadro de convocar a distintas reuniones por sectores o instituciones («divide y reinarás»), siempre con el ofrecimiento de alguna “mejora” parcial a lo que sea pero nunca con una solución definitiva que conforme a TODAS las partes.
Frente a esta situación de tibieza constante, ¿de qué sirve dudar a quien no puede decidir? ¿Se animaría el sector a declarar persona no grata al ministro por sus acciones, tal como estuvo circulando un flyer que –oh casualidad- apareció sin firma?
 
La ley debe ser discutida junto con las organizaciones representativas del sector con seriedad y sin ningún tipo de prisa. Algo que es, nada más y nada menos que llevar a cabo lo que dice Avogadro constantemente. Analizar, dialogar y consensuar, sobre todo esto último, ítem que estaría faltando en los encuentros que se realizan.
 
Las cartas están sobre la mesa en tanto las posiciones en pugna alrededor de un proyecto que trajo mucho disgusto. Sería una verdadera pena ver como uno de los más preciados tesoros de la cultura es nuevamente atacado por las políticas de recorte del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y su ministro de Cultura, Enrique Avogadro, frente a la atenta y “correcta” mirada de quienes son los primeros damnificados de estas decisiones.
Dicen que “cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, deberá pasar al ataque”. Veremos qué pasa en el 2022, con el inicio de las sesiones de la Legislatura. A estar atentos y no confiarse de palabras que, a la postre, se las lleva el viento.

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