Escritora reconocida y respetada, Ana María Shua participó de la Feria del Libro Judío realizada hace unos días en Hebraica. Con esta excusa, fuimos hasta la casa de Ana María para hablar de escritura y también de su relación con la cole.
– Escritor ¿se nace o se hace?
– Las dos cosas. Si, tal como cualquier actividad artística como la pintura, la música o la escultura. Algún talento hay que tener para empezar, que es algo que viene con uno, que no se adquiere. Después, el talento hay trabajarlo con esfuerzo y disciplina porque sino queda trunco.
– De niña empezó usted….
– Si, de chiquita. En la escuela ya escribía poesía, por encargo, para las fechas patrias y también por placer y diversión.
– Es al revés el proceso. Primero defino que género. Después empiezo a pensar de acuerdo a ese género. Si quiero escribir un cuento, una poesía o una novela. Después viene la idea del cuento, por ejemplo. Si escribo minificción, el cerebro piensa en brevísimo. En novela ya planteo todo desde otro lado.
– En estos tiempos de Internet, ¿el libro está yendo contra la corriente tecnológica?
– No, no esta yendo contra la corriente. Creo que ahora es el momento de mayor florecimiento de la industria editorial en la historia de la humanidad. Pero si creo que el libro en papel va a ser desplazado por el e-book. No creo que sea algo inmediato sino que van a poder convivir simultáneamente como lo hicieron la radio y la tele, el teatro y el cine, el dinero en billete y la tarjeta pero va a ganar el e-book. Ocupa menos lugar. En mi caso, tengo todas las habitaciones de la casa ocupada por libros. No tengo paredes para poner cuadros. Por supuesto que mi generación amo al libro en papel y nos va a gustar más que el e-book pero en el largo plazo les va a resultar más conveniente a las generaciones venideras.
– Además, uno está acostumbrado, a tocarlo, mirarlo, como si fuera un disco.
– Si, por supuesto, el libro tiene eso, de leerlo y tocarlo, manosearlo. Cada libro tiene su forma pero el e-book se lleva en la cartera, ocupa poco lugar y tiene todos los libros que necesita ahí. Ahora también se puede subrayar, agregar comentarios al costado. Se va a ir haciendo cada vez más amigable la lectura para esto.
– ¿Tuvo momentos de crisis a nivel creatividad?
– Si, seguro! Y los sigo teniendo todo el tiempo. Si, seguro. No hay receta. Si vos querés escribir de verdad, no hay receta. Cada vez que te tirás a la pileta no sabés si va a haber agua.
– ¿Hubo algún libro que usted deseo reescribir?
– No. Cada uno de mis libros fue escrito y reescrito muchísimas veces y llegué a lo mejor que pude hacer con ese material, que nunca es lo que realmente hubiera querido pero tampoco querría reescribirlo porque no podría. Cada uno de los libros representa ese momento en particular. Ya no soy esa persona que escribió ese libro con lo cual tampoco podría retocarlo. Hay escritores que reescriben constantemente su obra todo el tiempo. No se como hacen. Yo no podría hacerlo.
– ¿Cómo se dio la posibilidad de participar dentro de la Feria del Libro Judío que se va a hacer en Hebraica dentro de poquito?
– Se dio como algo natural porque soy judía y tengo muchos libros que tienen que ver con el judaísmo de alguna u otra manera. Creo que mi primer libro que tuvo que ver con los judíos fue “Los amores de Laurita”. Esa fue la primera vez que me invitaron a un Congreso de escritores judíos. Después los “Recuerdos”, “Las emociones de la cocina judía”, “El pueblo de los tontos” y el que voy a presentar ahora (que en realidad es una revisión), que se llama “Cuentos con fantasmas y demonios de la tradición judía”.
– La convocatoria fue, dentro de todo, pluralista….
– Tiene que ser una convocatoria pluralista porque la misma responde a la Sociedad Hebraica Argentina y nos incluye a todos. La institución no va a hacer distinciones de ningún tipo.
– ¿Cómo ve a la comunidad judía hoy por hoy?
– No la veo. No tengo relación con la colectividad. Estoy muy alejada a nivel instituciones salvo que tengo una hija que trabaja en DAIA que es la que trae las novedades al respecto. Lo que pasa es que la comunidad judía argentina es un poco como la clase media. Le pasó lo mismo que a la clase media. Tenía una revista maravillosa como la Davar. Soñar hoy con una revista asi para Hebraica es imposible. La institución no es la misma, los socios no son los mismos y la comunidad judía, que se destacaba por su interés por la cultura, le pasaron los diez años de menemismo por encima.
– Me ganó de mano porque le iba a preguntar si la cole se menemizó
– Si, como todo el país y toda la clase media y fue en todo sentido. Cuando se vino la debacle y la mitad de la población cayó por debajo de la línea de pobreza, a la cole le fue un poco mejor pero la cuarta parte también cayó ahí. Charlé con gente del Joint en ese momento y estaban ayudando a 64000 personas. La cole sufrió un poco menos pero lo sufrió.
– ¿Como ve que el rabino Bergman, a través de su exposición mediática, pareciera que representa a la colectividad?
– A mi el rabino Bergman no me representa en lo más mínimo. Está una posición política completamente diferente a la mia y no me representa para nada. Lo lamento mucho por él pero no representa a la totalidad de la comunidad sino a una posición política determinada con la cual no coincido. Es más, hay una campaña ahora al respecto que dice “Conmigo no, Bergman”. Yo me adhiero a esa campaña.
– ¿Cual es la sensación que se tiene cuando termina de escribir un libro?
– Esta llega después de infinitas correcciones pero cuando esta llega, después un arduo trabajo en el cual escribe y reescribe, es cuando no se puede modificar más. Es como cuando armas un silla y esperas que se seque. Una vez que se seca no la podés modificar más. Esto es parecido con la última palabra y asi quedó. Ahí uno siente una mezcla de alivio y vacío. Es una sensación muy fuerte y más aún con una novela en la cual uno está metido por mucho más tiempo conviviendo con los personajes y a través de sus diálogos. Es como cuando uno termina de dar un examen. Tenés ansiedad, miedo y por más que te haya ido fantástico, te queda una sensación de vacío en la que no te terminás de sentir feliz plenamente. Te quedas con la sensación de vacío en la que no sabés que hacer.
– ¿Cómo ve a la literatura argentina?
– Me gusta lo que está pasando, con mucha gente escribiendo cosas muy interesantes. Hay un montón de chicos nuevos. Cuentos si, los argentinos somos muy buenos cuentistas. Hace poco estuve en un concurso de cuentos del Fondo de las Artes y los tres primeros cuentos que ganaron fueron excelentes. La primera fue una señora grande, Sonia Catella, de Santa Fe, con un libro de cuentos maravilloso. Espero que consiga una buena editorial para que se lo publique porque lo merece. En segundo lugar, es un escritor poco conocido que se llama Germán Mayore, con “Poesía estupefaciente”, con un mix de sexo, drogas, rock & roll, violencia y conurbano que es explosivo y después un muchacho que se llama Juan Manuel Porta y su libro es “Malos pensamientos”, de historias sórdidas y terribles. Estaba convencida que lo había escrito una mujer porque los cuentos en primera persona, de personajes femeninos, que están muy bien armados. Esto fue simplemente por darte un ejemplo. Fue un placer ser jurado de este concurso. A nivel novela, nos cuesta un poco más a los argentinos y es lo que el mercado quiere y pide en este momento pero también hay novelistas jóvenes como Hernán Roncino que es muy bueno. Hernán Vanoli y Florencia Abbate….
– Hace un tiempo, en una nota con Alejandro Vaccaro (http://elcaleidoscopiodelucy.blogspot.com/2011/04/alejandro-vaccaro-la-vida-por-borges.html) , él decía que Borges fue un problema y una solución al mismo tiempo porque es muy difícil llegar a un nivel como el que tuvo. Que siempre se está buscando un nivel al respecto y quien lo supere.
– Si pero por suerte lo tuvimos a Borges para que nos ponga el listón muy arriba y nos de ganas de saltar. Está muy bien. El mejor continuador de Borges fue Manuel Puig porque lo traicionó. Hizo algo completamente diferente y también fue un genio con su literatura.
Es importante hacer una nueva generación de escritores.Hoy en día a los chicos no se les enseña a pensar, sinó a repetir.
Justamente hay que aprovechar la juventud de la cole por que el potencial está, las aspiraciones también, pero tenemos que darles el ejemplo y ser inspiración de los demás, como asi cuando nosotros lo necesitamos pudimos contar con gente que supo ser ejemplo nuestro.
Saludos.