Esta nota es de hace un año pero, sinceramente, queríamos compartir con los lectores la posibilidad que tuvimos de hablar con el querido Riverito. Su nombré está ligado a la radio. Escuchar sus recuerdos es una pequeña clase sobre la historia de dicho medio. En su oficina de Palermo, donde reina un cálido retrato de Juan Carlos Altavista, nos recibe Roberto González Rivero.
– La primera pregunta que le queríamos formular y típica para este tipo de reportajes es como surgió en usted la vocación por la radio.
– Aunque a usted le parezca que es una pregunta habitual, no lo es. No le hago un cumplido. Para nada. Se lo digo con total sinceridad. De pronto, será la segunda vez en cientos de reportajes que me llega como interrogante. Mire, yo era de familia muy pobre. Nací en un barrio muy tanguero, en Guardia Vieja y Medrano. Curiosamente, está ahora enfrente, La Casa del Tango. Todo frente a los conventillos más grandes de Buenos Aires. En realidad, nací en el Hospital Rivadavia pero es como si hubiera nacido ahí. Mi mamá y mi papá apenas sabían leer y escribir. Vinieron por la década del 20, y se casaron en el 30. Yo nací en el 32. Mi vieja trabajó de mucama y mi viejo primero fue boyero en el campo, después fue obrero. Viví en un inquilinato con gente era muy tanguera.
-Es cuando se engancha con el tango…
-¡Si! Eran hinchas de Ignacio Corsini, el Caballero Cantor. ¿A cuento de que viene esto? A que yo siempre escuchaba tango, inclusive sobre el final de la primaria. Después me mudé a Flores Norte y escuchaba “El Éxito de cada orquesta”, una audición de un pionero de la difusión de la música ciudadana como Julio Jorge Nelson. Me gustaba todo lo que tenía que ver con la radio y tuviese connotación con el tango. Después se dan hechos fortuitos que contribuyen a esto.
-También sus estudios y su pasión…
-Terminé la primaria y entré al Vieytes. Era muy lector de diarios y ví un aviso que solicitaba auxiliar para la agencia de representaciones artísticas “El Espectáculo”. Estaba en Rodríguez Peña entre Corrientes y Lavalle y tenía al elenco de Radio Belgrano y las orquestas de tango y jazz. Necesitaban a alguien para cada orquesta y debía encargarme de Ebe Bedrune “La Mujer Tango”. Era una mujer que se vestía de hombre algo que, en aquél entonces no era muy común. Imagínese, le estoy hablando del año 47. Mi tarea era decirle “Mire, le va a pagar el señor tanto”, “El micro va a salir a tal hora” y la agencia percibía un porcentaje de los bailes. “Usted tiene que hacer cuatro entradas, típica y jazz”. Al tiempo, la señora me dice que, si podía vender su show, ganaría el 10%. Yo tenía un saquito sin solapa y un pantalón.
-Era su indumentaria…
-…y me hacía la ilusión de comprarme un traje…Ml tío era un gallego, cortador de Gatti & Chaves, que vivía en Tacuarí 1426. No me pregunte que tengo que hacer mañana pero de todas estas cosas me acuerdo! (risas). Fui al Richmond de Constitución diciendo que era el representante –¡un atrevido yo!– de Ebe Bedrune y ofrecí su show por $ 1.600. El día del debut no vino el animador y la señora me pidió que la anuncie. Después lo hice siempre. Un día, me presentó a Alfredo Gobbi “El Violín Romántico del Tango” porque necesitaba a alguien que lo presente en el Café Nacional. Comencé a trabajar con él y me recomendó para hacer frases comerciales para la audición “La Revista, La Música y el Deporte” en Radio Callao.
-¿Frases? ¿Cómo eran?
– Eran frases que hacían varios locutores. Ahora va todo grabado. Me acuerdo como si fuera hoy el primer aviso que hice, aunque no me recuerdo el número de la calle “¿Va a la playa? ¡Lleve la malla! De olímpico sport. Vicente Ceresetto en Lanús”. Sé que todavía la casa está porque me lo dijeron. Radio Callao pasó a ser Radio Libertad y hoy es Radio Del Plata. Estaba en Ayacucho, entre Arenales y Juncal, en el sentido vehicular de Ayacucho, sobre mano izquierda. Así, empezamos a buscar avisos con un amigo para hacer una audición en Radio El Pueblo que se llamaba “Peña al Tango”.
-Usted ya estaba en la radio, ¿no?
-En Radio del Pueblo hice suplencias y en el año 50 hago unos carnavales en Huracán. Allí conocí a Cacho Fontana, entonces Norberto Palese, que presentaba a una orquesta de jazz que imitaba a Glenn Miller. Me dijo “Vos estas trabajando en la radio ¿Me podes enganchar?”. Trabajó con nosotros y le sacamos su primer permiso de radio. En el 54, era locutor-redactor del informativo de Radio Belgrano. Con la Revolución Libertadora, me dicen que voy “a estar más cómodo con un traslado a otra emisora sin perder el puesto”.
-Cambió de trabajo….
-Si, ya estaba trabajando en televisión en Canal 7. Fui a Radio del Pueblo y me puse de novio con Elda Moreno, la locutora de “Escala Musical”. Nos fuimos a Brasil de luna de miel. Allí ví a la gente que escuchaba por radio el “Jogo do Bicho” que era una especie de quiniela. En esa época acá era clandestina. Pensé en transmitir los resultados ya que la quiniela clandestina se manejaba con los resultados de las loterías provinciales. Me dijeron que no había prohibición de transmitirlo. Un gerente comercial me dijo: “Hacelo y tratá de venderlo. Metelo como flashes”. Logré el auspicio de una casa de Cangallo y Maipú. Así nació «La Danza de la Fortuna».
– Ahí empezó todo….
– Exacto. Se llamaba “La Danza de la Fortuna” y salía como flashes, desde el 61. Hoy debe ser el programa más antiguo de la radiofonía argentina. No hay ninguno que haya nacido en el 61 y se mantenga al aire. Nosotros ya trabajábamos en televisión. En el 68, éramos locutores de turno de Radio del Pueblo. En el gobierno de Onganía, aparece un contador, Rodolfo González, que se hace cargo de la radio. Me pregunta “¿No le interesa hacer con el nombre de ‘La Danza de la Fortuna’ un programa periodístico-musical?” Concretamos de 12 a 17. Poníamos los resultados de los sorteos, números de tango y lo que llamamos Radio Servicio (perdida de personas, extravío de documentos, robo de autos). Fue el primer radio-servicio argentino. Debido a esto, tenemos cuatro Martín Fierro, de la primera etapa de APTRA.
-Se ve que todo estuvo de primera….
-El programa funcionó muy bien y en el 71, se privatizan un par de radios siendo una de ellas Radio del Plata. Me llaman para hacer el programa ahí y estuvimos del 71 al 76. Mientras tanto, hice un año en Radio Belgrano, el radioteatro de Juan Carlos Chiappe con mi mujer. En una de las novelas, “Por las calles de Pompeya, llora el tango y la Mireya” estaba Juan Carlos Altavista haciendo de Minguito….
– ¿Es cuando lo conoce…?
– En realidad, ahí nace Minguito. Ya lo conocía de antes pero no con tanta confianza. Después Fernando Marín nos llevó a hacer una audición a Radio Belgrano pero aparece el Proceso Militar y en el 76 lo prohíben a Altavista. En Radio Mitre hicimos “El Clan del Aire”, una audición que tuvo varios animadores y yo estuve el último año. Estaban Bernardo Neustadt, Horangel como columnista y Altavista como Minguito. El capitán de marina Adamoli, el director de la radio me llamó… Es como si lo estuviese viendo ahora, todo con su traje blanco de la Marina, y me dijo “Le doy un mes para que eduque al personaje”. Si usted se acuerda, lo corregíamos de manera didáctica. Le respondí que si lo educamos, pierde la gracia. “Cosa suya, en un mes lo quiero educado”. ¡No entendía nada este tipo! Al mes terminamos.
-¡Terrible anécdota que cuenta! ¿Cómo siguió todo con Altavista después de esto?
-Le dije a Juan que si se traía unos avisos lo hacíamos en Colonia porque acá no podía trabajar. El Ejército también lo había prohibido pero por otra razón. El personaje, cuando ya estaba con Sofovich…en la época de «Polémica en el Bar», decía “Entre pecho y espalda, Perón!”.
Intermedio: Roberto González Rivero nos recibe en su oficina. Es respetuoso y cálido con sus apreciaciones. Muy generoso para dispensar sugerencias a su interlocutor. Su humildad es una de sus características. Dice «Tengo 63 años de profesión y no soy el más viejo de edad ya que tengo 78. Está el Flaco Carrizo con 82. Soy el más antiguo en actividad. En televisión era Roberto Galán pero ahora no me acuerdo tanto…De ahora, no conozco a nadie. Es más, ni artistas hay de esa época. Nelly Omar quizás. Si sabe quien es del 56 pero no está trabajando es María Aurelia Bisutti».
– Usted se popularizó por el tema del «oooooocho». ¿Cómo surgió eso?
– Un poco como consecuencia del tedio. Exageré varios números. No jugaba porque tuve un golpe muy feo. Juego alguna vaquita para tener una motivación en la tarea. Fuimos de vacaciones y le digo a mi mujer “Otra vez a cantar los números…”, que a uno no lo motivan. Es como relatar fútbol y que a vos no te interese. Por momentos pienso que le debe pasar eso a Victor Hugo ahora que está con la música clásica. Pensé que tenía que ponerle una música a los números…como el oooooocho, el s-seis, s-seis un poco dubitativo o tgresss, destruyendo la fonética un poco. También el uuuno, nueve-nueve. Ese tipo de cosas, esas exageraciones…mordieron. Me hicieron ser el locutor de la Lotería Chaqueña, la Lotería del Sur.
– ¿Cómo era la relación con Altavista?
– Una maravilla. Pensar que murió a los sesenta años…Juan fue mi mejor amigo. Un tipo que, después de tantos años que ha muerto, cuando hablo de él, me conmuevo. Él era Mingo en bondad. No en el personaje porque era un tipo instruido. Curiosamente había que interpretarlo ya que Mingo era peronista y de Boca y Juan Carlos era apolítico y no le gustaba el fútbol. Sus deportes preferidos eran la náutica y el arco y flecha. Era un tipo macanudo, bárbaro. La señora vive y es como de la familia. Miguel Ángel Rodríguez es el yerno y somos amigos.
– Usted hablo de la palabra “tedio”. ¿No piensa que con la Danza de la Fortuna quedó encasillado?
– Si. Una vez, me dijo Victor Hugo que aunque me guste la música clásica, me contraten del Colón para una presentación y sea el mejor, la gente va a decir “¿Por qué no vas a cantar numeritos?”. Es muy difícil. Volviendo a los refranes, como decía mi vieja, “genio y figura, hasta la sepultura”. Este tipo de cosas hay que asumirlas con las consecuencias que tiene, buenas y malas. Es así. Uno es un poco artífice de lo que ocurre. Voy caminando por la calle, después de tantos años y mucha gente me dice “Maestro!” y por otro lado, me dicen “Boludo”. Usted tiene que hacerse a la idea que ese tipo de cosas despiertan un poco una suerte de personaje. El que no lo entiende así y se toma a pecho ese tipo de cosas, va a sufrir mucho. Si sufro es por la salud y eso.
-Hay tantas cosas por las que preocuparse…
-La gente pondera y escucho a economistas que dicen que Brasil y Chile son ejemplos de procederes económicos. Yo digo que es cierto económicamente pero Brasil tiene uno de los salarios más bajos de América del Sur al igual que Chile. Ambos inferiores a los nuestros. Ponderan que les va bien pero ¿y la gente? Será que me quedó la herencia de la raíz de gente pobre e inmigrante. La otra vez una señora decía era una vergüenza ver chicos pidiendo en la calle y preguntó dónde estaban los padres, que había que meterlos presos. Un chico que no terminó la primaria no tiene acceso a ningún trabajo. Los mozos se manejan con computadoras….Tengo memoria y sé las limitaciones que tuve cuando era chico.
-Da mucha bronca cuando la gente no entiende este tipo de cosas.
-Es cierto. Vivimos en la ciudad y parece que todo nos resbala como la miseria que sufre la gente. Uno se calienta mucho y le da mucha bronca con la frustración de no poder hacer nada para solucionar todo el problema. Y le digo que, con el advenimiento de Perón -a quien yo no voté nunca- se creó la ley de jubilaciones, aguinaldo y etc… Cuando era chico era antiperonista, después medio que lo acepté y finalmente adherí al 50% de las cosas que hizo con sus conquistas sociales. Hoy en día, el mundo, hasta hace muy poco, EE.UU tiene esclavos ¿cómo puede ser? ¿Como puede ser que un ser humano trate tan mal otro ser humano? Es inconcebible….
– Roberto, le hago las dos últimas….¿cómo ve usted a los locutores de hoy?
– Me parece que, lamentablemente, el ISER, sin que nadie se lo proponga, es un estafa. Soy cuatro años anterior al ISER y mi mujer es de la segunda promoción del instituto. Le otorgan un carnet que, si usted no lo tenía, no podía trabajar, lo cual era lógico. Era un profesional. No puedo trabajar de contador si no lo soy. Resulta que ahora uno muestra el carnet y lo menos que le dicen es que se lo meta en ya sabe donde. Llamo a aquél muchacho o aquella chica que es más lindo y mejor vestido que usted y hacen el mismo trabajo. Entonces ¿cómo es el tema? No critico que cualquiera vaya a trabajar a la televisión o a la radio sino que se siga llamando para hacer cursos de locutores que nunca van a tener acceso al medio de difusión a menos que tengan una relación.
-Increible….
-Me parece fenómeno que el instituto venga y le diga: «practique, estudie, cultívese, agregue conocimiento y nosotros le damos un carnet que le va a servir» pero eso no es verdad. El carnet que se le da no le sirve para nada. Es decir, lo que le sirve es la instrucción. Todo eso, fenómeno. No lo pongo en duda porque los docentes son muy profesionales y serios. Antes el tipo salía, se presentaba en una radio con el carnet, gustaba o no, en una radio si y en otra no. Iba según el oído de quien lo juzgara. Pero tenía las posibilidades que no tenía el que no había hecho el curso. Esa era la realidad.
– La última, después de todos estos años, si usted tuviera la chance de hablar con el joven Roberto González Rivero cuando recien empezaba, que le diría?
– Y…cambiaron los tiempos. Cuando se abrió el ISER, me pareció excepcional. ¡Y nace con el peronismo! Muchas veces y hago un mea culpa criticamos al peronismo y gobiernos populistas pero posibilitó la creación del ISER, el manual 23B que era un compendio de todas las exigencias de radiodifusión. Usted sabe que estaban prohibidas las cadenas. Sería difícil…el consejo que le daría es que luche mucho por lo que es su ilusión y sobre todo, hay algo indispensable, el buscar ávidamente. El tener estilo, personalidad. Eso desnivela. Lo hacen distinto. Uno podrá ser muy capaz pero si no se distingue, el camino es mucho más difícil. Por eso uno tiene en cuenta los detalles y lo que sobresale. Hay que pensar, ¿por qué imitan a alguien? Pueden imitarlo porque se destaca por algo…