Bobby Flores: “La radio puede congeniar con internet, pero es diferente”.

Referente ineludible de la radiofonía argentina de los últimos treinta años, abrió los oídos a una gran cantidad de oyentes con artistas de variados estilos. En una charla rica y extensa, Bobby Flores repasa su carrera y da sus impresiones sobre el periodismo de rock, el rock en si y la función de la radio.

-Bobby, ¿crees en los periodistas de música?

– Conozco a muchos. A algunos les creo y a otros no. Como en todo. Lo que pasa es que estoy en esto desde hace treinta y cinco años. Sé que algunos son unos delincuentes y otros, buenísimos.

– ¿Cuál sería la diferencia entre un periodista y un fan que cuenta lo que ve?

– La verdad, ante todo, el periodista debería separar al fan. Pero acá, tenemos una escuela de periodismo que viene de hace unos años. El periodismo deportivo es igual, el periodismo político es igual. Ahora trabajo en Turner y veo a los periodistas de afuera y no se usa en otros lados. Acá siempre son amigos del entrevistado y si no lo son, se hacen amigos un minuto antes. Cuando el periodista le sonríe y le toca la rodilla al entrevistado, ya deja de ser una entrevista para ser una charla televisada, que puede interesarte o no. Deja de ser una nota periodística porque no vas a hablar mal de él. No le vas a decir que es un estafador al tipo al que le acabas de tocar la rodilla.

-Y…es medio complicado.

– Este estilo me parece una mierda pero hay gente a la que le gusta. Hoy, a las personas les cuesta mucho tener amistades por lo que le interesa ver una charla de amigos. No es mi caso. Si alguien entrevista, ponele, a Dante Spinetta (soy amigo de Dante), no quiero que venga otro “amigo” y se ponga a hablar. Agarralo desde otro lado. Ese es el punto. Pero ese estilo anda y acá funciona mucha mierda, sino fíjate lo que es la televisión. No me parece que el periodismo de rock esté exento de toda la mierda que hay.

-Pusiste el caso de Dante. Vos tenés amigos músicos.

-Soy amigo de los músicos pero no soy periodista. Nunca fui periodista.

– ¿Cómo se podría hacer la crítica de un disco si es amigo del músico?

– En mi caso, paso música de mis amigos. Cualquiera que escuche mi programa sabe de quien paso música y de quien no. No soy periodista, no pontifico. Es mi amigo y no se los recomiendo a nadie. Son mis amigos. Tengo amigos a los que a mi mujer no le digo “hacete amiga de”.

– ¿Cómo te definirías?

– Musicalizador de radio. Lo que pasa es que trabajo en radio y puedo conducir, producir, coordinar. Trabajé en Rock and Pop y en los shows de los músicos de acá y de afuera, pero periodista nunca fui.

– ¿Crees en la diferencia entre el periodista y el crítico de música?

– Podes ser periodista sin hacer crítica sino desde la antología, la percepción. El crítico es más preciso; desmenuza una obra, un disco o una carrera. El periodista puede no hacerlo sino agarrar la periferia, meterla en la carrera del tipo y hacer una nota. Lo hacen revistas como Q o el periodismo inglés y europeo. La “Rock y Folk” de Paris hizo una nota sobre un músico sin charlar con él. Hablaron con los amigos, la gente que lo vio, el vecino de al lado y armaron una visión del tipo, que no es crítica ni nada. “Se levantaba a las ocho de la mañana…”. El crítico tiene que ir a la obra. El disco tiene tantos temas, es así, asá. Pero no tiene que ser músico. Es como si un periodista de fútbol debió haber sido futbolista. Tiene que ver con lo comunicacional y si sabes transmitir una idea.

– ¿Debe tener formación académica?

– Si pero más importante que eso es que tenga oído, buen gusto y sepa discernir. Una educación mínima, como una academia de periodismo te puede encajar y poner los límites. Para donde ir y para donde no. Eso si, el contenido no te lo va a dar. Lo que noto es que hay mucha gente que habla de música y no sabe una mierda. Directamente no sabe. Fíjate algo, acá no hay crítica de radio y si hay, son horribles. Cuando hicieron una nota sobre Radio Bangkok, en Clarin, el diario más groso del mundo y todo eso, empiezan diciendo que Bangkok eramos “Lalo Mir, Elizabeth Vernaci y yo”. Empiezan asi, imagínate como termina. Entonces no es tan serio y tenés que estar mínimamente informado.

– ¿Qué diferencia ves en radio de como empezaste a lo que ves hoy en día, a nivel contenidos?

– Empecé en el 77 y ya con tener los discos hacías una diferencia. La Rock and Pop funcionó dos años pasando música nada más porque los cuatro musicalizadores éramos disc-jockey. Pusimos todos nuestros discos en la radio por lo cual teníamos una discoteca que no tenía nadie. Ya, con eso solo, fuimos una revolución. Hoy, con la música, todos tienen acceso a todo. Se ha democratizado todo, desde el poner la obra a disposición de todo el mundo a tomarla. Entonces, la diferencia ahora, pasa por otro lado. Ahora si, hay que pelar. Yo empecé a ser disc jockey en el barrio porque tenía los discos de los Doors. Sólo con eso era disc jockey porque no los tenía nadie. Hoy, con eso mismo, no haces nada.

-El musicalizador debe tener ese sexto sentido para poner la música en el momento exacto.

– Claro. De eso se trata, sino no durás en esto.

– Se aprecia eso en la radio….

– Esto es como un restaurant. Laburé mucho en restaurants. Si haces una buena polenta, la haces hoy, mañana y vengo en seis meses y la polenta sigue ahí, entras en mi Top10 de los restaurants. No lo vas a hacer en una semana…Cualquier idiota pasa buena música una noche. He trabajado con modelos, con una lista que les había hecho un amigo, que era DJ pero era gordo y pelado. Pero la traía la modelo y la pasaban. Daniela Cardone es DJ. La había anunciado una noche…si, ok…todo bien pero ahora, hacer una carrera de eso, es otra historia. Como todo.

-Tu actividad de musicalizador ¿es de educador, en cierto punto?

– Antes difundía música, ahora la gente ya no necesita eso sino alguien que le direccione. Que tenga un concepto lo que está escuchando y no que escuche música a lo pavote. ¿Viste el Blockbuster que, al lado de una película, estaba el CD? Si te gusta Barry White, te van a poner a otro por ahí. Asi vas armando la pirámide. Ahora no podes tocar los dos extremos. Tenes que empezar por algún lado, por acá y vas abriendo. No se va cerrando porque sino es al pedo. Ese es el punto. Antes había que demostrar lo que sabías y lo que tenías. Si te gustaba, después llegabas al principio. Ahora todos tienen el origen y hay que abrirse a distintos lugares.

 -Recién contabas que, con tener los discos elementales, podes musicalizar un programa. ¿Cómo influenció que las multinacionales se hayan metido en la programación de las radios?

– Eso fue el principio del fin de la artística en FM. Cuando empecé en la FM, eramos todos amigos. Llamaba al musicalizador de Laser o la 100 y le decía “¿Te llegó el nuevo de Neil Young?”, “Si”, “Ok, ¿qué tema vas a usar?”. El de Laser usaba el lento pero el de la 100 usaba el 8. Entonces decía “Dejame el 9 a mi”. Después, los sellos empezaron a sacar el tema de difusión y le daban el mismo tema a todas las radios. Ahí la cagaron, de puros brutos y avaros. Para no repartir el disco entero, te daban solo un tema y no se dieron cuenta que así arruinaron todo. Antes te mandaban el álbum y cada uno elegía de acuerdo al horario que tenías, la radio en la que trabajabas, que locutor tenías. Después, cuando teníamos todos el mismo tema, no hacía falta hablar con nadie.

– Además, podía ser un tema buenísimo pero lo pasaban tanto que lo terminaban quemando

– ¡Obvio! Ahí la cagaron. Me llaman de los sellos y me dicen “Está todo mal. No vendemos nada. Es todo una mierda”. Mirá este CD de Florence and the machine, el Unplugged. ¿Cuantos discos puede vender en Buenos Aires? ¿Cuánta difusión tuvo? ¿Cuánta gente lo conoce? ¿¡Para que lo editas, pelotudo!? Sacá un clásico de David Bowie si querés vender. Esto es un laburo de posicionamiento de acá a cuatro años, que vas a editar todo. No pretendas vender esto. (N de R: Bobby empieza a mostrar los discos que le mandan) Todos discos nuevos. David Garreth, con un violín ¿Quién carajo es este tipo? El otro día me trajeron un disco de Chris Brown, un tipo que es negro. Viene un amigo y me pregunta “¿quién es?”, “No se” y me dice “Si es negro y no lo conoces, este tipo cagó acá. Tenes treinta años en esto y no lo conoces”. ¿Y si no lo conozco yo, quien va a comprar el disco de Chris Brown?  No lo conoce nadie pero ¿cuál es el problema?, ¿que vos editas mierda o que la gente no conoce?

-¿Esto también pasa porque de los sellos mandan todo el material empaquetado para que digan eso?

– Si, seguro. De hecho hay periodistas que hacen eso, al igual que hay otros que no hacen eso. Yo jamas leí una gacetilla. Es más, agarro un disco y trato de no leer. Si no se quien es, lo pongo y no quiero saber nada. Si leo que acá canta Joss Stone, ok, está buenísimo. Prefiero ponerlo y sorprenderme en vez de buscar el librito para que me diga que toca Sonny Rollins. Que mi oído se de cuenta y no que alguien me lo venga a contar, sino no tiene gracia.

– ¿Se salteo al periodismo en esto de la homogeneización de los cortes y la difusión de la música por parte de las multinacionales?

– El periodismo se puso del lado de la multinacional que le pagaba el aviso de una página en la revista con “salió la nueva mierda de Duran Duran”. Lo recibías, no lo escuchabas pero después decías que es buenísimo. Son los cinco de siempre, tocan bárbaro. Hay un mercado que está dominado…mejor dicho, un movimiento que está dominado por un mercado manejado por ineptos. La verdad, lo hicieron mierda. Si hubo algo que se hizo mierda de la humanidad, fue el mercado discográfico. ¡Y lo hicieron mierda ellos! Que se jodan. El crítico de rock más lúcido que hay hoy es Capusotto. Si querés saber que es el rock hoy, mirá a Capusotto.

 -Hablamos sobre la irrupción de los sellos en las radios. ¿A partir de qué momento pudiste identificar esta irrupción?

– Fue…en el 86, 87, cuando empezaron a venir artistas internacionales importantes como Sting, Tina Turner e Iggy Pop. Es cuando el rock comienza a ser popular en serio. Ahí es cuando los sellos empezaron a poner énfasis en la difusión. No se si una cosa tiene que ver con la otra pero, en todo caso, fueron contemporáneas las situaciones.

-En radio, ¿hay más libertad de elección musical en AM que en FM?

– No. La AM está muy atrás. En realidad, la que cambió todo fue la Rock & Pop. En la medida que la Rock & Pop empezó a funcionar y ser un éxito, todos se empezaron a meter en el asunto. Pero como yo estaba en Rock & Pop y con nosotros no se metía nadie, no estaba muy al tanto de todo eso.

-Viviste ese período de cambios de mediados de los 80, con una mayor manipulación de los sellos

– Si, pero Rock & Pop era donde menos injerencia tenían. Éramos más grandes que cualquier discográfica. O sea, no se iban a meter con nosotros pero se metían en radios más chicas en las que presionaban con eso. Trajimos nosotros a los Rolling Stones y no EMI. Grinbank trajo a Sting, no Polygram. La relación era inversamente proporcional y nosotros presionábamos a los sellos. Pero no era la situación habitual de todas las radios. Eramos la radio número 1 y nadie se metía con nosotros. Para ellos era peor que nosotros le cortemos la pauta. Digamos, nos pedían por favor que pongamos tal música pero nosotros nos olvidamos. Pero también sabíamos que si no teníamos el apoyo de los sellos, se nos complicaba traer artistas internacionales, el tema de los seguros, los derechos. Ese es otro negocio.

-Con el tiempo, ¿cambió la relación de Rock & Pop con las multinacionales?

– No me voy a meter en eso pero te puedo decir que cuando se fue Grinbank, se acabó la Rock & Pop. Después fue otra cosa. Vinieron mexicanos….otra cosa. Quedó solo el nombre. Lo que te estoy contando era porque estaba Grinbank que tenía los contactos. Era el que -ponele- se comunicaba con Bono. Digamos, cuando hablo de Rock & Pop, hablo de Grinbank y no la radio en si. El grosso era Daniel, que era el dueño de la radio.

-Después estuviste en Spika…

-Si. Te puedo decir que Kabul fue la última radio de rock que hubo. Ya después, no hubo más. Se hizo lo que se pudo hacer.

– Volviendo a los periodistas, en una entrevista a Bebe Contepomi, decía que no sabía cuántos discos sacaron los Beatles. Entonces, ya está. Bajemos la persiana y listo.

– Bebe es un divino. Lo adoro pero cuando no está Bebe, las crónicas de rock de ese canal las hace Catalina Dlugi. La vi a Catalina presentando el disco de Metallica. “Este cuarteto inglés….¡que fuerte toca!”. Hablemos en otro plano, no de canal 13. Santo Biasatti la mira a Catalina y le dice “Lindo Metallica…”. “Si si”.

-Pero siendo la señal más popular, de mayor visión, los receptores terminan tomando esta información y se forman su propia visión…

– ¡Por eso mismo! Si sos medio pelotudo, entrás como un caballo. Jodete. Te vas a morir joven. No hay otra. No vas a entender a Miles Davis. Vas a ir a una oficina pública porque te cobraron tres veces la misma boleta y te van a convencer. Encima le pedís disculpa y te vas con cara de culpable. Si sos boludo, ves a Marley y pensas que es un gran conductor de la televisión argentina. ¿Qué culpa tengo de todo eso? Es asunto de cada uno. A ver, no quiero pensar que hay una maquinaria maléfica de gente oscura…pero, la verdad, no se está educando al pueblo. De ninguna manera. No hay subsidios para cosas que serían buenísimas. Museos….¿te enteraste de algún subsidio para museos? Ni a palos. Después viene Ravi Shankar y lo ponemos como si fuera el que toca…

-Hubo gente a la que le tuve que explicar que no era el Ravi Shankar que le enseñó a tocar el sitar a George Harrison…

– Si…se podría haber cambiado el nombre el hijo de puta. Es como que yo me llame David Bowie. Si, pero no soy el cantante.

-¿Qué pensas de los referentes del rock de los 90, que han mermado su influencia y su protagonismo?

– No habrán sido tan sólidos.

-¿Se quedaron en el tiempo, en una visión retro de la música?

– No, creo que estaban preocupados por otra cosa. Hay tipos que van y sobreviven. Lisandro Aristimuño es un pibe que crece y crece. No para de crecer y no tiene nada a favor. No tiene difusión, nunca dio una nota, pero después hace tres Gran Rex. Es bueno.

– ¿Internet es el presente y el futuro de la radio?

– Es diferente. La radio sigue siendo el medio más eficaz. Es agresiva y veloz para difundir una música porque tiene la ventaja de tener calle. El otro día me pasó de entrar a una ferretería para comprar el candado para una valija. Estuve esperando a que me atiendan y escuché una radio de música paraguaya. Pasaron una canción que me quedó dando vueltas en la cabeza por cuatro días. Muy linda canción. Fui a mi casa, busqué la radio y me quedé escuchándola. Todo porqué se dio que fui a comprar un candado y hubo uno que programó ese tema en la radio. Eso es la radio. No es como internet que la tenés que prender, sentar. La radio, vas en un taxi, pasas por una calle y lo escuchás por una ventana. Te emboca la radio. La internet no tiene eso.

-Ahora hay radio por internet y aquella que tenía el alcance muy acotado de antena, se incremente por la web.

– Soy de escuchar radio de otras partes del mundo por internet pero es diferente. La radio es una cosa y la internet es otra. Son cosas diferentes como el show en estadio y el show en pub. Los Stones son los mismos cuatro de siempre. Los ves en River son una cosa y los ves en un pub en Chicago, es otra. Pude ver a Iggy Pop, en un boliche para doscientas personas, en Nueva York y es una cosa. Ves al mismo tipo, con la misma banda y el escenario de River y es otra cosa. Son cosas diferentes. La previa, el post y el durante. La radio es una cosa y la internet es otra. Pueden congeniar…

-…pero…

– …son diferentes. La radio es un aparato que podés comprar y te sale siete pesos. Con cuatro dólares, te comprás una radio. Por mi laburo, tengo que viajar mucho. A veces, estoy cuatro horas, esperando una filmación y me fui a comprar una radio. No podés comprarte una Mac de cinco dólares.

Intermedio: Llegamos a la sede de Turner Group, donde Bobby dirige para América Latina los canales de música MuchMusic y HTV. Subimos hasta su oficina, del primer piso, que está decorada por fotos de variados tamaños. Un Bobby más joven con Keith Richards, junto con retratos de Miles Davis y Bob Dylan, llaman nuestra atención. Bobby habla e intercala pensamientos con anécdotas. Imposible no recordar cuando uno lo escuchaba con su “Guardias a mi”.

 -¿Internet no requiere una mayor competencia de aquél que la va a utilizar? Digo, voy a buscar esto…

– Si, son diferentes. La radio es más rápida. Si estuviese al aire en la radio, matan a una persona en la esquina y hay un amigo que está…y ya salió. Ya está. Esa ventaja no la tiene nadie. Ni la tele, ni los diarios, ni internet. La radio tiene calle. Por ende, en la radio fracasa la gente que no tiene calle. El que habla desde lo académico y pontifica en la radio, cagó. La Rock and Pop demostró eso.

-Dijiste una palabra por la cual discuto mucho. A los periodistas ¿les falta calle hoy en día?

– ¡Más vale! Viven todos en country. Mirá lo que tengo de Bangkok. (Bobby muestra un mural de vidrio con dos notas, una más grande y otra más chica). Cuando empezamos, esta fue la primera nota que nos hicieron. Creo que era de revista Gente. “Hay unos locos en la radio” y una foto nuestra. Veinticinco años después, este articulito. Los locos resultamos ser la madre de todo lo que vino después. Uno de los dos estaba errado, ¿no?

-Primero se los trata de locos y después se los acepta….

– Si pero ya es hora que no pase más, chango! Que la gente se de cuenta. ¡Basta boludo! El hecho de que no entiendas lo que se está haciendo no implica que sea una mierda. Ese es el punto. Cuando no tenés calle, pasa eso. La “calle”, no ese código de barrio que ahora se dice. Ya no existe más el código de barrio. Nadie lo tiene. El punto de estar en la calle es….

-Caminarla.

– ¡Exacto! Date cuenta de lo que está pasando. Vos ves los discursos de la Presidenta y decís “¡Qué bien estamos!”; después ves los discursos de TN y decís “¡me mato!”. Andá, caminate siete cuadras, hablá con la gente y fíjate vos mismo que pasa. Andate a Plaza de Mayo, tomate el tren, camina, comete un par de pochoclos a ver que pasa. La gente cree que está informada porque mira televisión todo el tiempo o porque lee noticias en internet.

-Siempre digo que, hoy por hoy, que un taxista tenga GPS, nos tapó el agua….

– ¡Y si! Es muy boludo…Te cuento una. Tenía un amigo que tenía un negocio y había comprado veinte martillos. Fue a ver a otro, que tenía una imprenta y era de las primeras que habían empezado a imprimir. Compró unas bolsas y empezó a vender el martillo con un manual de instrucciones de tres páginas. Lo cobraba más caro ¡y la gente lo compraba! Había pelotudos que le decían “démelo con el manual de instrucciones”. ¡Y era en Belgrano! El chiste era “mirá lo que facturo”. Si vos comes mierda, bancatela.

– ¿Como ves a los periodistas de rock que dicen tener “calle”?

– Te voy a decir una frase que se la escuché a Jacobo Winograd, pero no es de él. La había oído antes. “Algunos tienen noche y a otros se les hizo tarde”. Ese es el concepto. Tener calle no es estar callejeando todo el día. Es entender la diferencia entre Corrientes y Suipacha, Cabildo y Monroe y Av San Martin y Platanos en Lomas de Zamora. No digo de estar todos los días en los tres lugares sino conocer los tres lugares. Es eso.

-La cuestión de saber donde meterte y como, que decir y que no…

– Más bien. Vivencias. No es que San Telmo es más seguro que Lanus. Que haya más policías no implica que la gente viva mejor. Si ves las noticias, pareciera que Lanús es un desastre y San Telmo, la cuna del turismo. No es asi. Si te metes en la calle equivocada en San Telmo, cagaste. A eso voy. Los periodistas confunden eso y creen que, yendo a ver diez grupos por semana, saben de rock. Intentar transmitir eso es al pedo. Vos fuiste a ver al grupo y a vos te pasó eso.

-Tu propia vivencia.

– Ahora está bueno si vas un día a ver a Richard Coleman, y te retrotrae al Robert Smith de los 80, Soda Stereo de los 90, Joy Division, genial. Pero si me vas a contar el concierto de Coleman, voy mañana y lo veo yo mismo. Contame qué genera, qué hizo y no que cantó ocho canciones y la gente lo aplaudió. Veo mucho de eso. Ahora en la radio, hay gente que va, pasa música, googlea, dice diez cosas de la banda, manda el tema y cree que hizo un programa. No es así. Dentro de unos años vamos a poder hablar de esto, cuando ya no estén más. De estos vi pasar noventa mil. Tipos que, aparentemente, sabían mucho de música pero estaban con la revista Billboard, anotando en que puesto estaba Fulano y hoy son predicadores.

– ¿Qué música estás escuchando ahora?

– Estoy escuchando mucho R&B aunque siempre lo escuché. Es donde se ha avanzado más, está todo más variado y se busca mucho. Gente como Q-Tip, D’Angelo, que están haciendo cosas muy grosas. El tema es que el R&B tiene otra postura respecto del rock. Veamos. El rock ha querido cambiar al mundo desde la música, la sociedad y expresar los que los jóvenes quieren y demás; en el R&B, los jóvenes quieren garchar. Nada más. Es una música más precisa. «Es eso, queremos esto». Lo ves al tipo vestido así, lo dejas solo con tu mujer y se la garcha. Y si te quedás, te garcha a vos también. Me parece bien. En ese sentido, Bono me rompe un poco las bolas, de sentarse a hablarle de igual a igual a Obama.

-Además, se termina hablando de lo que hace Bono y no la obra de U2.

– ¡Si! Por eso. Bono ya superó todo y se recortó toda su obra en él. El rock comprometido no me interesa mucho. Siempre me chupó la verga. Me interesa más Lou Reed que está disconforme con todo. Con el Gobierno, con él mismo, con el bajista, con la gente, con la ciudad. Pero nunca lo vi sentado al lado de Obama, diciéndole “¡Bien, che! ¡Vamos bien!”. Termina siendo poco creíble. ¿Que va a decir Obama? Flaco, ¿quien sos? El periodismo de rock es eso también. Habla un tipo por la radio y ¿quien sos?  Valoro mucho la gente que hace una carrera. El fogonazo mediático, granhermanezco, me chupa la verga.

-Hace poco, leí “Retromanía” de Simon Reynolds…

– ¡Muy buen libro! Es cierto lo que dice. No hay nada nuevo. Hay una revisión permanente al pasado. La Naturaleza, todos los días, te da una lección. El sol llega al cenit, para después empezar el ocaso. Todos los días es así. Creo que el rock ya ha tenido un cenit y ahora estamos viviendo el ocaso. Este puede durar, como el ocaso de la cultura cristiana, que ya van por 2012 años que se va cayendo. Va planeando pero no termina de caer. Quizás le queda mucho al rock pero el cenit ya lo tuvo. No va a haber una época en la que en el mismo show tocaban John Lennon, T-Rex, David Bowie, Elton John y en el público, estaba Paul Weller. Con eso, ya esta todo dicho.

-En el rock argentino pasa lo mismo.

-Si. Me acuerdo de una noche del año 86, estaba pasando música en un boliche de Libertador y Olazabal. Tocaban Virus, Soda y los Abuelos y pasábamos música Cattaneo, Poppy Manzanedo y yo. Ya los había visto muchas veces y me llaman del Stud, a un par de cuadras. Le pregunté quienes estaban allá y me dijeron Los Redondos. ¿Venis? ¡No! Ya los vi como diez veces. Después hablé con el de Latex, que estaban los Violadores y Alerta Rojo. Por otro lado tocaba un tal Fito, un rosarino que tocaba con Baglietto. Hubo una noche, en Buenos Aires, donde en veinte cuadras a la redonda estaban tocando todos. Soda, Virus, Abuelos, Los Violadores, Los Redondos, García, Fito, Spinetta…..

-Los Ratones…

– Si, ellos eran pendejos y recién empezaban. Sin nombrar a Sumo o los Decadentes y los Cadillacs que estaban comenzando. Ni hablar que en Obras estaba tocando Iggy Pop. Esa noche fue el cenit. Después empezamos a bajar. Puede durar hasta treinta años pero estamos planeando para abajo.

-Vicentico dijo hace poco que “no se puede hacer rock and roll a los 40 años”.

– Conceptualmente, tiene razón. Es bastante lógico. Ya es otra cosa. Tengo una hija de diecinueve. Mi vida y mis conceptos de los veintipico…me sentiría medio pelotudo hablando con mi hija desde ese lugar. Es la vida, no es el rock. Podes tener una actitud contestataria toda la vida, pero esa es otra historia.

-Rockeros de más de cuarenta años….Hay de más edad!

-Si pero lo que hacen Neil Young o Bob Dylan hoy no es rock. Mirá, el rock es lo que me formó. A mi generación, todo nos llegó a través del rock. De ahí llegamos al soul, al blues, a la literatura negra francesa, al cine de Polansky, al jazz. A todo se llegaba por el rock y cuando llegabas, te forma otra cosa dentro tuyo. No podes involucionar escuchando Chuck Berry. Ya está. Es buenísimo Chuck Berry pero no lo escucho más porque lo escuché mil años. Eso si, si no lo escuchaste sos un terrible imbecil. Estas como los Danger Four arreglando “Love me do”.

-Con respecto al periodismo, a partir de los cuarenta, ¿empieza a despegarse de la cuestión del fanatismo?

– No creo que sea tan cuarenta. Igualmente, uno es joven hasta que tiene un hijo. Podes tenerlo a los veinte, a los treinta, a los cuarenta o a los cincuenta. O como yo que tuve hijos a los treinta, a los cuarenta y a los cincuenta. Hasta que vos no tenes un hijo, sos joven. Cuando ya lo tenes, dejas de ser joven y sos otra cosa. No podes ir a emborracharte con tus amigos o salir de putas porque está el pibe. Tenes que ayudar a la madre, si está cagado, tiene fiebre y hay que llamar al médico, después de pagar la prepaga.

-O quedarte escuchando música hasta cualquier hora….

– ¡Obvio! Cuando era soltero, mi casa era un desfile. Llega un momento que…el otro día, me llama un amigo que tiene un restaurant y me dice que está tal persona –otro amigo, semi famoso- con su nueva novia de veinte y está chuponeándose como si fuera un pendejo. ¡Da asco! La gente se levanta y se va porque, si bien es un rocker, tiene cincuenta años. El problema no es la novia sino que estaba en un restaurant en una situación..y había gente con pibes. “¿Que es eso, mamá? ¿Es el padre o el abuelo?”.

Hay cosas que ya no podes hacer…

-Y no. Por más que te encante, hacelas en privado y no en público. Es un papelón. Cuando era pendejo, vivía en musculosa. Tengo fotos asi pero si hoy me pongo la musculosa, voy en cana por idiota. Tenes que darte cuenta. Iba así en ese momento porque me cagaba de calor ya que me tomaba cuatro bondis por día. Ahora tengo dos autos –el de mi mujer y el mio- y no voy a andar en musculosa. Aparte ¿para que? Si veo esa foto y digo, “me voy a vestir así porque quedaba barbaro”, si pero hace treinta años.

-Peter Pan….

– Si, el síndrome. Es eso. No es cuando pasas los cuarenta sino que, en determinado momento, ya está. No podes hablar más las boludeces que hablas. Ya las hiciste a los treinta, ¿vas a seguir escabiendo y las mismas cosas de siempre? Cambiá de whisky, de bebida ¡o probate un ácido! No seas el mismo. A algunos les pasa a los veinte y a otros a los cuarenta.

-Si te pasa a los veinte es peligroso…

– Si, pero si tenes que crecer de golpe es por una situación desgraciada. Tengo un amigo que se le murieron los padres trágicamente, uno detrás del otro y se tuvo que hacer cargo de su hermano más chico. A los veinte pensaba como si tuviera cuarenta y cinco. La vida lo puso en ese lugar.

-También están los que tienen veinte y eligen pensar como uno de cuarenta porque es más cómodo.

– Si, seguro. Hay muchos síndromes. El otro día, estaba escuchando a Smokey Robinson que tenía una lectura muy interesante sobre Michael Jackson y las cagadas que se mandó de grande cuando era genial de pibe. Él decía –que lo conoció toda la vida y es muy lúcido- que “de chiquito, lo hacían compartarse como un hombre. Entonces, cuando fue un hombre, empezó a comportarse como niño”. Ahí es la cagada, por no haber quemado etapas.

-¿Da para ir con tu hijo a un recital? Digo, en el sentido que si no es todo lo mismo…

– Si. Mi hijo disfruta mucho el rock. Le encanta AC/DC pero le entró por Iron Man. Le conseguí la banda de sonido de la peli y le gustó. Lo llevo a ver una banda de rock asi, fuerte y medio cuadrado y le gusta mucho. No se si disfrutaría a Tom Waits. Asi como le gusta Abel Pintos porque se le pega una canción y lo llevás a verlo. Nunca fui cerrado, de los que dicen que “el rock estaba por encima de todo”. Siempre supe que Miles Davis, Piazzolla y Jobim eran más importantes que, no te digo Lennon pero si que Bruce Springsteen. Lo que pasa es que crecí en una radio de rock y me desarrollé ahí. Ojo, me parece bien ir detrás del pibe y no llevándolo a ver lo que a mi me gusta.

-Fijate que le gusta y llevalo…

-….no decirle “esto es buenísimo” y lo llevás de prepo. Esta lleno de esos boludos y es una mierda. Lo llevan al chico a ver a Roger Waters a los siete años y el pibe ya está dormido al cuarto tema. Vi tipos que querían que el pibe disfrute y el chico estaba en su mundo, escuchando otra cosa. Si escucha reaggeton, cagaste. No lo podés pasar del reaggeton a Pink Floyd en una noche. A mi hijo le gusta la cosa más bailable, como Jamiroquai. Lo llevé a pocos lugares porque el sonido es medio pedorro y le duele la cabeza. No lo llevaría porque no lo disfrutaría a ver…no te digo Waits, desde ya, pero Radiohead seguro. Ahí si lo llevamos porque no teníamos con quien dejarlo y se echó una siesta terrible. Después no durmió por dos días. Capaz lo disfruto durmiendo pero ese es otro disfrute.

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