Por Leandro Korol (Comunicación -UBA-). TW: @LeanKorol; IG: @lean.korol
En una película donde se destacan la representación de época, la puesta en escena y el uso del montaje que se complementan con grandes actuaciones, Argentina, 1985 es una trama completa de un proceso complejo que muestra llamativas ausencias y fisuras a la hora de representar esta etapa histórica.
Argentina, 1985 centra la historia en la investigación previa y el juicio contra las Juntas Militares llevado a cabo por los fiscales Julio Strassera (Ricardo Darín) y Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani). El film realizado por Santiago Mitre condensa varios géneros clásicos que van ocupando distintos segmentos de la cinta. En una primera parte, nos encontramos con un clásico thriller de investigación en el que los fiscales conforman su equipo y deben recolectar las pruebas. Por otra parte, la segunda mitad del largometraje gira en torno a la recreación del juicio mismo con las tensiones que llegó a generar dentro del recinto. Todo, con una combinación de escenas dramáticas con toques de comedia para descomprimir las más de dos horas de duración, sin que se sientan como tales.
La cinta cuenta con dos elementos por demás destacables: la representación histórica y el montaje. Con respecto a la construcción de época que hace Argentina,1985 hay un extremo cuidado en los detalles más diminutos. Esto se complementa con una estructura de montaje que provoca una acción vibrante en este proceso de investigación que genera que la primera hora de la película pase rápidamente captando la atención del espectador. Desde la conformación del equipo que recolectará evidencias y testimonios, las tomas del calendario avanzando hacia el deadline final para el comienzo del juicio y la entrega de las pruebas, la platea se encuentra sumergida en una secuencia que nos va guiando hacía ese cierre de lo que puede considerarse el primer acto del film.
Digamos también que la configuración espacio-temporal concebida por Mitre es tan precisa que deja la vara alta tanto para el cine argentino como para sus próximos trabajos cinematográficos.
Estamos ante un largometraje que basa su espíritu en la contundencia y la emoción. Cierta adrenalina que busca presentar el Juicio a Las Juntas con un espíritu épico. De ahí que el guión se centre en la figura del fiscal Julio Strassera, personificado por un Ricardo Darín de muy buena actuación, dentro de un rol en el cual se siente cómodo: el padre de familia con inseguridades, que debe tomar decisiones trascendentales para su vida y de quienes los rodean, expuesto por su rol de fiscal de la Nación.
El dibujo de los personajes se encuentra bien desarrollado. A Darín lo acompaña Peter Lanzani, que ha desarrollado una de las mejores actuaciones de su carrera con su interpretación del fiscal Luis Moreno Ocampo. La dupla con Darín funciona a la perfección. Los diálogos son certeros y, con algunos guiños humorísticos, descomprimen el dramatismo y la tensión que se había generado. Como Silvia Strassera, la esposa del fiscal, se destaca Alejandra Flechner en la mejor performance de la película. En tanto, Norman Briski brinda un aire de frescura y comicidad a la historia al tiempo que su presencia es la que permite conocer mejor los sentimientos y las sensaciones del fiscal mayor de la Patria.
En la segunda parte de la historia, ya centrada en el juicio, estamos presentes ante quizás el punto más flojo de Argentina 1985. Si bien el guión hace incontables esfuerzos por alejarse de la “Teoría de los dos demonios” no deja de dar cuenta de los líderes militares de la dictadura como el mal personificado, reduciendo la complejidad histórica de este proceso a esos personajes (Videla, Massera, Agosti y compania) y omitiendo la participación civil, a través de la economía y el clero.
Justamente en este punto, se ignora la importancia de las luchas sociales y el papel de las organizaciones políticas y de derechos humanos para llegar a la misma instancia del juicio. Según la lógica planteada, éste es producto de un sistema judicial que busca llevar justicia por todo acontecido durante la Dictadura. Si bien hay menciones a los grupos de derechos humanos, la aparición de las Madres de Plaza de Mayo es la de espectadoras secundarias, como si fueran ajenas a lo que se estaba juzgando en el tribunal.
En varios fragmentos hay algún cuestionamiento al rol que cumple la clase media en los grandes temas y la importancia de lograr su convencimiento induciendo su complicidad. Sin embargo, las críticas no van más allá del maquillaje de las buenas costumbres del discurso social imperante. Sin desearlo, el largometraje peca de un reduccionismo que sólo se compensa con la puesta en escena de los testimonios de las victimas, principales protagonistas de este segundo acto.
El alegato final del fiscal Strassera recupera un poco la mística que se generó en esa lograda primera parte. Tras la palabra final de Strassera, nos encontramos con la mejor escena de la película. A través del montaje con el uso de un silencio preciso y la entrada de la banda sonora, llama a los espectadores a interactuar con lo que ocurre en la escena, a estar presentes frente al estrado como un participante más del juicio.
La cinta de Santiago Mitre ejecuta una tarea muy difícil de condensar en 140 minutos en tanto testimonios y personajes históricos. Aunque quedan muchos aspectos afuera, el guión coescrito con Mariano Llinás tiene un flujo matemático para una producción de mainstream que funciona con la precisión de un reloj suizo. Al respecto, lo más importante es leerlo desde nuestro presente.
Así como Camila de María Luisa Bemberg (1984) expresaba los miedos y la vivencia de la sociedad argentina en ese momento posdictadura a través de la figura de Rosas y la restauración, Argentina,1985 nos trae un pasado a nuestro presente representado por las luchas actuales de las fuerzas democráticas y sociales contra un neofascismo en auge que se vive cada día con más fuerza en la actualidad.
Ficha técnica
Título original: Argentina, 1985. Con Ricardo Darín, Peter Lanzani, Alejandra Flechner, Carlos Portaluppi, Norman Briski, Héctor Díaz, Alejo García Pintos, Claudio Da Passano, Gina Mastronicola, Walter Jakob, Laura Paredes, Paula Ransenberg, Susana Pampín, Héctor Díaz, Natalia Olabe. Año: 2022. Duración: 140 mins. País: Argentina. Dirección: Santiago Mitre. Guion: Santiago Mitre y Mariano Llinás. Música: Pedro Osuna. Fotografía: Javier Juliá. Productora: La Unión de los Ríos, Kenya Films, Infinity Hill, Amazon Studios. Distribuidora: Amazon Prime Video.