Un sainete físico
La plasticidad del elenco dota de frescura a una puesta que aborda varias temáticas sociales. De esta manera, podemos apreciar el racismo, la violencia, el machismo, las relaciones de poder, entre tantas otras que no han pasado de moda. Por el contrario, son de actualidad constante.
Con un vestuario e iluminación fundamental y creativa y la ausencia de escenografía, todo queda en manos de los actores y del texto. Allí, la riqueza de Vaccarezza y la puesta y dirección de Starosta engalanan la obra, descontando la participación de un elenco de primer nivel. Sanguínea y visceral, la puesta tiene un ritmo vertiginoso y atrapante que hace que no pierda en ningún momento la atención obtenida.
Termina y el público espera más. No es que no entiende su fin sino que desea, pide aún más de lo que vio. Es lógico en un punto con la excelente adaptación del sainete de Vaccarezza a cargo de Diego Starosta.