Familia muy normal
Concepción y Dirección: Marcelo Savignone. Con Demián Candal, Natalia Cavallaro, Cesira Coniglio, Guillermina de Zabaleta, Mariana Estensoro, Laura Gubinelli, Andrea Guerrieri, Bárbara Lier, Selva Lione, Eric Londaits, Gisela Longo, Federico Ottone, Lucas Papa, Belén Robaina y Micaela Viviani. Vestuario: Guillermina de Zabaleta. Escenografía: Cesira Coniglio, Bárbara Lier y Gerardo Porión. Diseño de luces: Lucas Orchessi y Alfonsina Stivelman. Video: Federico Ottone y Belén Robaina. Entrenamiento corporal: Verónica Belloni. Asesoramiento escenográfico: Lina Boselli. Asistencia de dirección: Luciano Cohen y Dolores Lázaro. Colaboración coreográfica: Juan Martin Fernandez
Ciudad Cultural Konex. Sarmiento 3131. Viernes, 23 hs.
El comienzo es vertiginoso. Luces que se prenden y apagan, gente que entra y sale corriendo de los tres lados que conforman el escenario. ¿Será una comedia? Parece que sí pero…De a poco se empieza a ver lo que será el nudo y el desarrollo de la puesta.
Una familia ha perdido al padre y cabeza de la misma en la guerra. Finalizada la misma, su ausencia es notoria para una familia que ha quedado sin guía pero, ¿era realmente tan abnegado el general? Del Capitán solo queda una prótesis que es, prácticamente, el espíritu mismo del difunto, cuidado celosamente por Amanda, madre de la familia y esposa del difunto. La familia disfuncional cuenta con un ama de llaves llamada Antonia, severa como pocas y a sus hijas Elisa, Constanza, Flora, Carola, Nidia, Chiara y Rafaela. Obviamente que cada una será muy particular. Habrá solteronas, inteligentes, bastardas, borrachas y hasta un hijo varón adoptivo.
El dinamismo de la puesta no solo se aprecia en el vértigo que tiene en su desarrollo sino que “pasan cosas”. Lejos de ciertas puestas “naturales” que van “hasta ahí”, Marcelo Savignone ideó una puesta en la que lo que ocurre se ve y se siente. Más aún cuando el público es invitado a desplazarse a otro espacio del Konex para presenciar la cena de la familia, en uno de los momentos más desopilantes. Dentro de esas cosas que ocurren, aparecerá un estudiante de intercambio inglés, cacos que quieren apropiarse de la prótesis, una abuela inmortalizada en un cuadro con deseos non sanctos asi como un par de monjitas que compartirán esos deseos.
La puesta pasará por el grotesco y el melodrama y no dudará en utilizar multimedia pero siempre con exactitud y excelencia, en su justo lugar para lo que requiere la dramaturgia. De esta manera, habrá guiños al cine italiano al tiempo que se cruzará la ironía con el humor para hablar sobre las tan mentadas “relaciones familiares”, los flexibles límites de los principios morales, la infidelidad y hasta del axioma “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago” de la Iglesia.
El absurdo de las situaciones, excelentemente resuelta por un elenco de primer nivel, permite la diversión para todo tipo de público. La escenografía es amplia, descriptiva y responde a la época a la que realmente quiere referirse, dejando los “saltos de tiempo” para otra ocasión. Párrafo aparte para el vestuario exacto concebido por Guillermina de Zabaleta, que no dejó librado ningún detalle al azar. Como hemos dicho, las actuaciones son muy buenas aunque se destacan Cesira Coniglio y Gisela Longo. La primera como la ama de llaves que sabe (y hace) más de lo que dice mientras que la segunda es una borracha adorable que desarrolla un personaje excelente a nivel corporal y gestual.
“Detrás” divierte a partir de un rompecabezas exacto donde todo se amalgama de una manera sincrónica y precisa sin que se pierda naturalidad y frescura.