Si, tomé el título de una canción de Christina Aguilera, pero para ilustrar un poco lo que viene a continuación.
En esas charlas de café/amigos, el tema de ¿que le pasa a las minas? es un «must» que siempre se aborda. Como bien habrán leído antes, soy bastante corrosivo al respecto pero para con mis colegas hombres.
Ante esta pregunta, razoné de la siguiente manera: al día de hoy, una mujer trabaja, se mantiene, vive sola. Todo esto gracias a su desarrollo personal con lo cual al hombre se lo desligaría de una serie de «obligaciones» que tenía décadas pasadas. ¿Cual sería la función del tipo ahora? «Simplemente», amar a la mina que tiene a su lado….porque ella hace todo lo demás.
¿Cual es el inconveniente? Que el hombre, por un lado se queja («Ehhhh, tengo que hacer todo yo!«) pero cuando se le soluciona ese «problema», tampoco sabe como seguir adelante. Si una mina encara a un tipo, es una trola; si se quiere dejar «seducir», el flaco no le tiene paciencia (más allá de lo -extremadamente- vuelteras que pueden llegar a ser muchas minas) y se va al carajo pero porque no tiene mucho para ofrecer.Veamos, los tipos que viven con la familia a la edad de 30 años y más. No jodamos, es un bajón absoluto e insostenible si tenes un buen pasar económico. El problema es que no se bancan una soledad que, de algún modo u otro, les va a llegar. Ese tipo es muy mañero porque no sabe arreglarse solo porque le hacen todo. Le tienden la cama, le cocinan, le lavan la ropa. Después, nos quejamos si una convivencia no funca.
Siempre se habla del «chamuyero», pero para tener chamuyo, hay que tener «vivencias». ¿Qué vivencia puede tener un tipo que su vida se basa en cuatro puntos: su laburo, su equipo de futbol, música y una minita con la cual descargar tensiones/buscando minita para idem…..? Cuatro puntos unidos forman un….cuadrado. Más claro, échenle agua. Los que viven una adolescencia eterna tienen una frontera muy fina con el famoso, conocido y nunca bien ponderado “pendeviejo”. Una cosa es mantenerse bien a través de los años y otra es querer verse igual que cuando se tenía 21 pirulos. Es muy decadente. Por querer ser siempre «copados», viven en un limbo de pelotudez extrema. Les preguntas de música y te responden «escucho de todo» porque no tienen idea o es una respuesta con la que dicen algo -casi nada- sin arriesgarse. Reconocen actrices si están buenas pero no van a un cine ni con orden judicial. Además, tienen un estereotipo femenino muuuuuuuy anquilosado. Tetonas, pelo largo y curvas. Angelina vence por KO a una Natalie Portman por cuestiones obvias. A esto hay que sumarle que el pendeviejo hace más notoria su condición cuando se van quedando pelados.
Pero ¿por qué surge esto? Porque nadie quiere romper un molde preestablecido sin sufrir las consecuencias de la decisión.
Por eso, suele suceder que hay gran cantidad de flacos que, a los 35 años, casados con hijos, por haber seguido el «libro de la vida» de llegar a cierta edad, sentar cabeza, tener un laburo «bueno» y hacer una familia, se hartan de todo esto y pueblan algún after officce, en el cual se sacan el anillo carcelero para ir a la pesca.
Si se elige este modelo, fantástico; bancatelo con todas las consecuencias que implica. No nos quejemos después de lo que pasa. Como dice un refrán, «no llores como niño lo que no pudiste defender como hombre«.El gran pero gran inconveniente….es cuando una chica elige por cuestiones de «crianza» o reloj biológico, a algunos de estos cráneos. Ahí es cuando surge la pregunta ¿Es necesario?
Para una gran mayoría, parece que es menester reproducir una forma de vida que no es la querida pero que te brinda una jubilación segura a futuro, cuando estés viejo y te tengan que cambiar los pañales. ¿De amor? ¡Ni hablar! ¡De felicidad? Menos que menos… porque parece que el disfrute siempre estaría condicionado por cuestiones sociales que vaya uno a saber quien impuso y que muchos, por comodidad, repiten y reciclan.
Por eso, si no supiste buscar o arriesgarte por algo o alguien que valga la pena porque fuiste un terrible cagón toda la vida, tendrás tu merecido en forma de insatisfacción personal y una carcel agobiante en forma de «comodidad», «vida seria» que será la envidia de nadie.
Como yapita, una señora hará un gesto por demás ilustrativo si sos, encima, de los que pregonan y predican un modelo de mierda del cual sos el primero que te gustaría enterrar y no volver más. O sea, jodete! Agua…y ajo!