“A un paso del tiempo”. Música para ver.

La dupla compuesta por Irene Goldszer y Pablo Potenzoni llevan adelante “A un paso del tiempo”, un espectáculo que combina sus distintas carreras artísticas. Goldszer viene de la actuación pero desarrolló su facete de compositora y cantante mientras que Potenzoni es un reconocido baterista que formó parte de, por ejemplo, esa gran banda llamada Todos Tus Muertos. Ahora, con la dirección de Vanina Falco, navegan en nuevas aguas creativas. Algo que los tres cuentan a continuación.

Fotos: Nora Lezano

– Antes que nada, quería preguntarles cómo es la concepción del nuevo espectáculo del dúo… aunque ya vienen tocando juntos desde hace un tiempo…

Irene Goldszer: Es un recontra nuevo espectáculo, que se llama “A un paso del tiempo”. Quizás la duda surge porque Poten viene como invitado desde el “Solo set” que eran las canciones de los últimos 10 años con alguna nueva cosita. Eran canciones que vengo haciendo desde hace mucho tiempo. Fue así que empezamos a trabajar juntos. Para este espectáculo tenía ganas de seguir trabajando con él. Como que le tiré ahí un muerto (risas). “Yo quiero como hacer esto con vos” pero, a la par. Si bien le presenté mis canciones nuevas en voz y guitarra, cuento un montón de cosas para ir creando el universo de la batería. Hay todo un concepto con muchas ideas que le fui manifestando y Poten fue interpretando. Obviamente hay cosas que cambié de las melodías…La última canción la hicimos juntos. Estaba viendo qué le hacemos. Quiero que sea de tal manera, que se baile aunque no tenía nada que ver con eso. Empezamos a probar varias cosas. Hicimos una jornada de improvisación y vimos qué iba y que no. Si bien la letra es mía, la hicimos juntos. Tengo esa sensación.

Pablo Potenzoni: ¡Si lo dice la Reina….! (risas). Trabajamos en equipo y las canciones son de ella, que las tiene cantadas, con su letra, sus acordes y sus formas. Complementando lo que decís, Ire, recuerdo la primera vez que la escuché. Estaba recién llegado al país –esto fue tres años y medio-, y te conectas con amigos, amigas. Ire estaba haciendo el “Solo set” y me envía un link de algo que había filmado. Quedé encantado y ahí ya me imaginaba ponerle baterías. Creo que esto ya se lo había dicho por whatsapp. Ahora, escuchando lo que ella decía, veo que hubo una especie de telepatía. “¿Te pareció que habría que poner tambores? ¡A mí también!”. Me imaginaba toda una cosa, como lo que está ocurriendo ahora.  Quería complementar esa idea que a mí me pasó eso también.

– Preguntarse cómo será con tambores.

PP: Si, si. Igual, para mi, no hay canciones en esta obra. Las palabras acaparan todo y se apropian de una melodía.  Lo dicen en forma de melodía o de tambores. De repente hay un silencio total y queda el parlamento. De repente, quedan tambores con una melodía sola. No encuentro en ningún lado canciones, tampoco creo que haga falta. Si me queda la sensación de que es como una obra de palabras que se disfrazan de lo que se le canta literalmente. La palabra se encapricha con “ahora voy a cantar con esta melodía”, “voy a usar estos tambores donde le voy a poner un coto” que es acorde al baterista. Es lo que ocurre en esta obra.

IG: El otro día lo hablábamos. Me decías que «había límites y límites». Pablo puede desplegar de todo porque tiene mucho para mostrar y yo era “Acá, menos”. Necesitaba cortar, o un silencio. Cada vez se hacía más finito.

PP: Igual estoy completamente de acuerdo con que haya que recortarlo. Todas las obras requieren eso sino sería un libre albedrío constante, que no tendría sentido. Sí me daba cuenta que, lo que pedías, era muy minimalista. Aquí, la batería no tiene tambor ni hi-hat.

– ¿No?

PP: Solo hay tambores. Esto es algo que me entusiasmaba. O sea, es una tribalidad permanente. Aún así, hay que cortarlo.

IG: Es tribal pero no lo que todos imaginan por “tribal”.

PP: No es un concierto de música tribal. Es más, no es un concierto de música. Tampoco sé si es una obra. Canciones no hay acá. Lo serán para vos y para mi, que las conocemos mucho pero alguien que viene o ve la obra, no se. No es la canción tradicional que tiene intro, estrofa, puente, estribillo…, que se presenta y termina como tal.

Vanina, vos ves esto desde afuera…

Vanina Falco: Me sumo al final. Me dan la alegría y el privilegio de sumarme en el final con algo que ellos venían laburando juntos hace mucho tiempo. Más de un año.. De hecho, hasta que Ire empezó a ensayar con Poten, no había leído ni escuchado nada. Me acuerdo que la primera vez -creo que fue como para que mordiera el palito-. Ire me hizo escuchar algo que habían grabado muy caseramente. Era algo que necesitaba para presentar en algún lado. “Necesito una escucha más para ver si se escucha bien” y la pregunta de “te parece que es un material como para presentarse?”.

¡Te enganchaste…!

VF: Me fascinó y le dije “Che, quiero escuchar más”. Me dice que tenían unas maquetas…Bueno, así fue que me empecé a meter. Si bien el “Solo set” está bueno porque muestra como viene investigando esto en la escena, con el recital “Pedazos”. El “Solo set” estaba buenísimo y te permitía la posibilidad de tocar en determinados lugares que no demandan, digamos, una sala. Ella ya había pasado por la experiencia de grabar el disco, y me dijo “no quiero tocar mis nuevas canciones en un lugar donde la gente se disperse”. Que esté comiendo o tomando algo…

-Qué tema ese…

VF: Necesitaba volver a la idea de espectáculo de formato escénico. Me pidió que la ayude con la dirección. Estaba “adentro” con Poten y necesitaba alguien que se sume desde la mirada. A mí me agarró pánico.

– ¿Por qué?

VF: Lo primero que le dije fue que me estaba poniendo con una responsabilidad enorme y que esperaba “estar a la altura”. Si bien tengo experiencia en producir música, esto no es igual pero bueno, podía aportar mi experiencia escénica. Igual estaba un poquito aterrada. La verdad, es que terminó siendo un privilegio y les agradezco a los dos por confiar, por haber pensado en mí. Está siendo una experiencia hermosa y nueva. El reencontrarme con eso que hacía mucho que no estaba como el armado de un espectáculo musical. El poder aportar desde mi lugar –chiquitito- a esta belleza, que es realmente un mundo hermoso de pasajes sonoros.

– ¿Cuántos temas serían? Al respecto, ¿serían “temas”?

IG: A ver…En un momento, hay como una secuencia que es una interpretación poética en Lengua de Señas Argentina (LSA). Para mí, eso es una canción también. O un tema. Con la descripción que hizo Poten, hay que anular la palabra “canción” de alguna manera, Podría haber un tema pero no hay sonido. Son todos temas. Hay como 15 o 16 momentos, algunos más sonoros que otros y en donde se va a modificando en todo caso esa sonoridad. Algunos se cantan, otros se relatan o se dicen. También hay silencio. Lo que se va armando es el entramado de una obra musical…

PP: Complementaría lo que estás diciendo que, más allá del nombre que le podemos poner, es que hay canciones. ¿Qué tipo de canción? No sé pero hay canciones. Tenés que ir a verlas porque están mezcladas.

IG: Es música para ver.

-Hay un concepto importante detrás de todo…

PP: El tratamiento escenográfico, de las luces especialmente interactuando con esa interpretación que hacemos da una resultante que no tiene el concepto conocido como “concierto”. Se transforma en otra cosa porque hay pequeñas interpretaciones. No digo “actuaciones” porque estoy delante de dos actrices y no soy actor pero me siento en una posición -como músico- en la que no hago las cosas que hago cuando estoy con una banda delante. Tampoco puedo decir que es una obra de teatro. No actuamos. Ni siquiera tengo parlamento. Hay mucho recitado por parte de la actriz

IG: Pero no hay personajes. ¿Cómo le diríamos? Hay un estar en escena, un estado. No es un personaje con características de drama o conflicto.  No hay eso.

VF: Es habitar. Lo estamos haciendo actuar a Pablo (risas). Pero es muy difícil lograr simplemente “estar”. Mucho más que montarte a armar algo.

PP: Eso lo aprendí con ustedes. Antes de debutar, estaba con un temor que no me paralizaba pero…Las chicas me quieren mucho y me están diciendo que “sí” cuando era “no”. No fue así, pero eran mis temores. No quería estropear nada de lo que hiciera ella, como actriz. Ahí comprendí todo. Además, haciendo esta nota, por lo menos de mi parte, nos estamos enterando, más o menos, qué clase de obra es (risas).

IG: Así y todo, no sabemos definirla. Si es de música, si es un recital o no.

Después falta la visión de los demás, del público, que es otro tema

PP: Ahí está la verdad en tanto es lo que a vos te pareció.

VF: En la visión de los demás, tenes un par de devoluciones muy precisas.

PP: Le puedo explicar mucho a cualquiera que es escena, que no es actuación. Es música pero no son canciones y el tipo me dice “me encantó esa canción”, listo, ya está.

VF: El corazón del espectáculo es la música. Después hay un entramado escénico que le da soporte, aunque vos dirías que es la malla donde se monta eso, pero el corazón es la música. Es ese devenir de paisajes sonoros, pero no dejan de serlo. Está todo eso en juego a la vez y es lo que, para mí, lo hace inclasificable. Como dijo Lore Vega “hay que ir a verlo. No se parece a nada”.

IG: Me gusta que no poder definirlo, aunque es difícil para el afuera. Personalmente lo tengo claro pero no la definición. Hay un guión, como hubo en “Pedazos” y en “Respirar”.

Al respecto Irene, ¿este sería tu proyecto final, en tanto condensaría tus propuestas artísticas anteriores en tanto amalgamas varias aristas…

IG: …diría “lenguajes”. La verdad, no sé. No es final pero si parte del proceso. Hay algo que se profundiza mucho más y se ve el recorrido anterior.

VF: Sería como una “síntesis” porque se ve una concreción de todo. Es como pasa con directores de cine o teatro que, aunque sigan trabajando en una misma línea, tienen un trabajo que es en el que todo se congregó, con la maduración correspondiente.

IG: También estuvo la necesidad de ampliar el equipo y dejar de estar yo sola. También empecé a comunicar un poco más qué queria, algo que, quizás, antes no podía. Esto lo pienso ahora, en retrospectiva. Quizás no podía comunicarlo a nadie, porque todavía tenía una confusión de ideas. Siento que había un concepto y entendía más por donde ir, lo cual me llevó a poder comunicarlo. Además, me permití decir “No sé”. Todo eso te genera un crecimiento en el sentido de, no solo apoyarme en mi idea, sino que ésta tiene que funcionar para el otro y hacerle sentido.

VF: Algo que fue fundamental fue empezar el diálogo con todos los engranajes que forman parte de una puesta en escena. Paola (N de R: Delgado, vestuarista y escenógrafa del espectáculo) vio un ensayo acá, sin sonido ni nada y Ricky (N de R: Sica, iluminador), en el estudio de Pablo. Fue hermoso como ver que los dos, después de haber charlado algo con Ire, comprendieron todo y empezaron a crear todo. Pao proponía algo, lo traía y era “si”. Esto también construía el relato porque tenía que ver con cosas que íbamos hablando. En el caso de Ricky, dijo “no quiero leer nada. Quiero estar ahí y escuchar”. Fue así que armó ese mapa lumínico maravilloso, que armó.

-¿Cómo es laburar en ese espacio tan grande?

IG: Me interesaba mucho por el tipo de material que teníamos. Hay algo del contenido que hace foco que me interesa más y nos pone más en jaque a todos, tanto nosotros como el público, porque está más expuesto.  Me interesa más esa situación que es más encantadora y te podés conectar de otra manera. Igual, achicamos un poco el espacio.

PP: Eso, me dio la percepción -que está buenísima- que, si querés percibir la nada, es justamente en un escenario que hay que llenar y no se puede, porque hay dos personitas con dos ojos luminosos que los enfocan y sus instrumentos. Nada más. ¡Y sobra espacio! El minimalismo se expresa más en un lugar con mucho espacio y no hay nada lleno. Hay un vacío, una oscuridad atrás que te da una sensación extra. Recién ahí también tuve mi resignificación propia. ¡Guau! Aquí hay vacío. En un lugar grande, con mucho espacio, se percibe el vacío, la soledad.

VF: Cuando empezamos a pensar todo y empecé a leer las canciones, el primer espacio que se me apareció muy claramente, como espacio que necesito o imagino para que esto flote, fue un galpón. Por eso, pensamos que el lugar era el Galpón de Guevara. Además, lo amamos y es casi nuestra casa. Algo de lo que tiene el espacio escénico del galpón era lo más cercano en formato sala teatral a lo que imaginábamos como espacio escénico para este espectáculo.

-¿Van a mantener el formato de la platea o van a cerrarlo?

VF: Nuestra idea original era cerrarlo y acercarlo, pero bueno, también hay un tema por toda una distribución de sonido. Si te pones fuera de eso, hay que hacer un nuevo armado. No es que lo hemos resignado del todo, pero para esta puesta decidimos hacerlo con este frente.

-Pregunta melómana, ¿van a grabarlo al espectáculo?

VF: Como el material es para verlo, lo ideal sería que el material tenga un soporte audiovisual. Ya hicimos un vídeo para tener algo, por si necesitábamos mostrarlo en otros lados. La idea es hacer después algo más como si fuese una peli porque, para mí, grabarlo por fuera de lo que ve, no sé si tiene mucho sentido. Podríamos hacer una grabación en vivo, sin imagen y ver que surge.

IG: Creo que, para pensar en grabar un disco, hay que trabajar de otra manera las canciones. Me interesa más la apuesta y si hacer otro objeto artístico, con este material, pero audiovisual. Ahí hay que trabajar también un guión particular.

VF: La filmación que hicimos, fue en vivo, con público. La idea es hacer un otro material en algún momento audiovisual como dice Ire. Que empiece a dialogar con el material desde otro lugar. Hacer una puesta y una grabación especial, pero eso está en los planes.

PP: Me quedé con la pregunta porque me decía “¿cómo haría para grabar estas canciones?”. Esto se transforma en otra cosa porque, al no estar lo visual, qué haríamos con esto. Siempre me imaginé con un productor que también entendiera los discos que, en su momento, hicieron Pink Floyd o inclusive, los de Manu Chao que, desde la sonoridad, te abre la imaginación. Escuchas un disco de Pink Floyd y tienes voces, sonidos cinematográficos, gente caminando. Pasa todo eso en estos discos que te digo. Sería un gran complemento. Como no está lo visual, voy a hacer ahora para que “mires el sonido”.

VF: Para mi, es un espectáculo, material o como se llame, que está mutando. Es un organismo vivo. Si el día mañana lo hacemos en otro espacio, probablemente la apuesta se modifique. La luz, digo, todo va a variar. Esa mutación es parte del proyecto. Por eso, tiene esa complejidad a la hora de buscar espacios. No lo imagino en un lugar chiquito ni en una sala teatral tradicional. Además, se dan otras situaciones, que surgen a su alrededor. Tal como la hermosa experiencia que tuvimos con las fotos con Nora Lezano, un nuevo diálogo sobre el material. Vio el espectáculo, tuvimos charlas con ella y se disparó todo lo demás. Todo, bien artístico, siempre girando alrededor de “A un paso del tiempo”.

– ¿Cuántas funciones van a hacer?

IG: Dos, jueves 6 y 13 de junio.

–Si en vez de venir el 6, vengo el 13, ¿veo otro material?

IG: Nunca se va a ver lo mismo porque algo que está en vivo. No se puede replicar. Dentro de todos esos paréntesis, es el mismo material.

PP: Tal vez ese sea el concepto más teatral que tiene esta obra. Es muy distinto a un concierto en el que hay cambios como el abrir con tal canción en vez de otra.

-¿Quedó material afuera?

IG: Quedaron algunas letras que ni siquiera tienen música. Fue del momento de empezar a escribir. Me quería centrar en lo que era la intimidad y lo público. Lo que lo que uno deja ver y lo que no. Lo que se escapa sin darnos cuenta y se ve igual, aunque vos no quieras. Me quería centrar ahí por lo que quedaron cosas afuera. No me gustaban como sonaban ni como se leían. Solo una canción le mostré a Poten y no había forma que entre.

Última pregunta, ¿qué instrumentos usan?

IG: Tengo una guitarra Martin. No uso pedales pero me gustaría. Tengo que aprender. Poten tiene y me va explicando pero pasa algo. Empiezo a probar algunas cosas más “raras” y siempre digo “hay que sacarlo”. Entonces, no sé si me copa tanto, pero me parece que estaría bueno introducir esa herramienta. Amigarme con otras sonoridades y otros mundos.

VF: Hay algo, para mí, de lo que hace y produce Ire, que es de otra índole. No necesita pedales. Cuanta menos intervención hay sobre eso que ella hace cuando canta o interpreta, mejor. Eso me pasa con pocas personas como Liliana Herrero, Chavela Vargas o como dijo Lore con P.J. Harvey o Laurie Anderson. Obviamente, salvando las distancias por las trayectorias y por los recorridos que tienen todas esas personas. Como público te diría que, cuanto más se intenta cierta intervención sobre eso, no suma. Entiendo que, cuando probás con esos chiches, te sientas ajena porque lo tuyo va por otro lado.

– Ni siquiera cambiar la afinación de la guitarra.

IG: ¡Por favor! Eso es un montón. ¡¿Qué me estás diciendo!? (risas).

PP: En mi caso, uso dos tambores. Uno principal, un base que todos conocemos como “chancha” de 16 “. A mi derecha, otra “chancha” de 18” y a mi izquierda, un Tom de 13”. Todo, madera de abedul o VIRCH que es una madera distinta del maple. Tiene calidez, no tiene tanto volumen, pero si tiene mucha profundidad. O sea, tiene más frecuencia que volumen que es lo que pasa con la madera de maple y un bombo de 20 pulgadas. La mayor parte de las interacciones vienen de los tambores. Ah! También tengo un bongó. Hay dos platillos, dos crashes de los que toco las campanas. Uno de los platos es más oscuro y otro, más brillante. Una tonalidad un poco más grave y otro, más aguda, pero son solo campanas.

Irene Goldszer y Pablo Potenzoni presentan “A un paso del tiempo”. El Galpón de Guevara. Guevara 326. Jueves 6 y 13 de junio. A las 21 h.

Ficha técnica:

Intérpretes: Irene Goldszer (voz y guitarra) y Pablo Potenzoni (batería). Vestuario y escenografía: Paola Delgado. Iluminación: Ricardo Sica. Letras y canciones: Irene Goldszer. Arreglos de bateria Pablo Potenzoni. Coach LSA: Natalia Tesone. Fotos: Nora Lezano. Comunicación: Sofía Etcheverry. Producción y dirección general: Irene Goldszer y Vanina Falco

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