Flopa Lestani: Universal e inclusiva.

Es una de las cantautoras más reconocidas y respetadas de la escena under del rock. Tras un ciclo de presentaciones “a oscuras” por demás interesantes al finalizar el 2019, inicia sus presentaciones del 2020, este viernes 17 de enero en el Teatro Tai. Flopa Lestani se abre a un rico diálogo donde no quedó tema sin tocar, desde los cantautores hasta la composición, pasando por la reformulación de las relaciones con los varones, #NiUnaMenos de por medio.

-Flopa, ¿cómo surgió la idea de hacer los conciertos “a oscuras”?

-El primero lo hice en junio del año pasado (2019) con Muhammad Habbibi Guerra, guitarrista que tocó en mi primer disco. Hicimos muchos temas de ese álbum. Incluso pensé en hacer el recital más corto porque no sabía si la gente (y yo) nos lo íbamos a bancar. Estuvo muy lindo y duró una hora. Hacía diez años que no tocaba con él pero se acordaba de los temas. La segunda tanda de shows fue en agosto. Ahí me mandé sola para ver que pasa y probar distintas cosas. Después metí el ciclo de noviembre, de cinco viernes que todos fueron distintos. Se produce algo diferente de acuerdo a cada grupo de gente, más allá que cambie algunos temas. Es medio obvio pero llamaba la atención la reacción de la gente frente a la oscuridad. Hubo algunos en los que la gente estuvo callada hasta el sexto tema. Un par de veces entré con una pequeña luz, dije “buenas noches” y apagamos la luz; en otras, completamente apagado, con la gente charlando como si fuera la sala de cuarto año de la secundaria. Algunos se ponen más extrovertidos con la oscuridad y otros más tímidos. Hay quien se pone nervioso, que no soporta el silencio, si hablan o lo rozan. Me pareció muy rica la devolución por parte del público de lo que le pasa en esa situación.

-Cuando fui a verte, preguntaste si había gente que te venía a ver por primera vez y hubo varios “si”.

-Me sorprendió mucho. Pensé que iba a ser un show para gente que ya me conocía o me seguía de antes, pero no.

-¿Cómo te sentiste con eso?

– Muy bien. Es gente curiosa la que se acercó. Arriesgarte a ir a ver a alguien que nunca viste, a oscuras, que es como si fuera una obra de teatro. En el cine te podes levantar e irte pero en teatro no tanto…está el artista ahí adelante. Me gusta mucho el riesgo que toma el público. También me produce una satisfacción muy grande el saber que viene gente que eligió estar ahí, que no se lo machacaron por la radio con un tema. No es que vienen hoy y en dos meses, están en otra.

-Recuerdo que, para el sexto tema, mandaste un “¿están ahí?”. Recién en ese momento, la gente se olvidó de todo y se permitió aplaudir.

-Una chica me dijo “no quiero romper ese momento con un aplauso”.

-En un momento, escuché sollozos.

– ¡Si! Hubo gente que me dijo que lloró así como también chapó y bailó o se acostó en el piso. Lo siento y me doy cuenta que le pasa eso al público. Con la luz, se está en pose. Me pareció muy interesante el descansar la vista. No tener estímulos visuales por una hora, algo que, al día de hoy, parece imposible. Vi a alguno con el telefonito y le mandé un “shhh” al estilo Robert Fripp. Lo apagó al toque. Es poner la atención a algo que no estas viendo por una hora. Un viaje interior lleno de imágenes. La imaginación te lleva a un recuerdo o lo que sea..

-Dejas un cuadernito al final del show para que la gente escriba. ¿Qué ponen?

-No me escriben tanto. Me dejaron mensajes pero no tanto en relación a la gente que viene. Me escriben por las redes o me agarran y me dicen “prefiero decírtelo asi”. En la situación de concierto, me gusta la cercanía. Tocar en lugares pequeños me permite dialogar con la gente. No porque sea de las que hacen cantar y aplaudir sino que es un espacio de total libertad.

-¿Hay posibilidad de que edites alguno de los conciertos a oscuras?

– ¿Sabes que lo pensé? Para la próxima tengo que idear un sistema para meter los micrófonos y sacar los cables por algún lado porque el coso para grabar, por mínimo que sea, te mete una luz y se ve todo. Es muy loco que apenas se apaga la luz, el público dice “Uh!”. Además, la gente del lugar te ayuda si tenes problemas con el tema de la oscuridad. Por suerte, nadie pidió salir ni se sintió mal. Hubo un momento de confusión y adaptación en los primeros tres temas pero salió todo genial.

-¿Vas a retomar en el 2020 el ciclo “a oscuras”?

-Tengo la idea de volverlo a hacer. Me gustó mucho y me sorprendió.

Sobre cantautores y otras yerbas.

-¿Hay menos cantautores hoy en día?

– Para mi, hay más cantautores pero dividamos cantautor y solista. Charly, Spinetta, Fito, Calamaro, Cerati, son gente del mainstream. Lo que siento es que no hubo renovación desde el mainstream. Por ahí tenés un Raly Barrionuevo, un Coti, pero veo más bandas. En el under lo veo al revés. Hasta los 90, no había solistas. ¿Cuál sería el primero? ¿Palo, cuando se disolvieron los Visitantes? ¿Leo García? ¿Bochatón después de los Gorriones? Rosario Bléfari vino para los 2000 después de la separación de Suarez….

-¿Y vos…?

-Para el 2000 también, porque antes estaba en banda. Entonces me parece que ahí hubo un cambio. Lo que pasó en un lado, dejó de pasar en el otro. Tenes un Aristimuño por ejemplo.

– Al pobre le tiraron el ser el nuevo Spinetta…

– Eso es una pavada eso. Spinetta hubo uno solo y también habrá un solo Aristimuño. Son etiquetas que los artistas tratamos de dejarla pasar. Con algo tenes que relacionarlo pero si te cabe el poncho, te lo pones vos, pero es una cuestión más personal de cómo lo lleva cada uno.

Creo que se ha generado un nuevo mainstream. Es la independencia llevada al mercantilismo. La independencia rentable. Fijate que se hace a gran escala como teatros. Aristimuño hace un Luna Park y es independiente. Los Redondos también eran independientes. Podes tener un indie que va a seguir siendo eternamente under y otro que no. Un indie de culto, que no convoca tanto y no entraría dentro de la lógica comercial –y no lo digo como algo malo- pero tenes que hacer determinadas cosas de exposición para ocupar un lugar. Algunos lo hacen y muy bien como Aristimuño o Gabo Ferro. No me veo en esa ya que no me interesa hacer algunas cosas. Me cuesta un huevo llegar a fin de mes pero son elecciones. Después está la respuesta del público que es eso que no podes imponer.

-¿Te consideras una artista de culto?

-No sé. Una cosa es tener en cuenta a lo que se ve internacionalmente. Un artista de culto como Lou Reed y Tom Waits, que son recontra mainstream y los escuchamos a través de compañías multinacionales. Acá, se llama “de culto” a lo que no termina de explotar comercialmente. Entonces sigue siendo “el secreto a voces”, el diamante sin pulir”, “la joya mejor guardada” y todas esas frases que usan los periodistas. Lo que hago es para un público más curioso pero también es porque trato de no exponerme. Lo pienso y parece ser la vocación equivocada porque al no exponerme es medio difícil que camine el carro. Pero, por otro lado, tengo la pulsión de hacer canciones y no la voy a dejar porque no lo pueda comercializar como lo hace el medio en general. Ahora, con las redes, está más acelerado. Levantas seguidores con Instagram y llenas un lugar.

-¿Pasa eso?

-A algunos les pasa eso y a otros, no. Una cosa es lo que pasa en las redes y otras, en la realidad. Pero se crea una imagen alrededor de ésta. Hay un montón de gente que no va a ver un determinado artista pero lo conoce. No lo van a ir a ver nunca ni le van a comprar un disco por más que lo escuchen –con suerte- por Spotify. Lo conocen en base a lo que se muestra. Todo eso que se llama “vidriera” porque antes los medios de comunicación eran muy lentos. Antes era el papel o ver un video el que tenía cable. Va cambiando el sistema de exposición o de recorrido. Lo que si veo es que lo independiente cobro un status de pequeño mainstream.

-En You Tube le dan a “5 finales para el mismo cuento”, tu EP mucha movida…

-No soy muy de You Tube. Me interesaría editarlo en físico pero son muchos los costos. En realidad, para editarlo en físico, era grabar otro disco para juntarlo con el EP, cuestión que el gasto valga la pena. Sacar los dos discos y sea una especie de edición de lujo o especial.

El artista y su contexto

-¿Se puede escribir canciones sin tomar en consideración la coyuntura en la que vive?

-Definamos coyuntura….

-Lo que ocurre a nivel político, social…

– Si y no. En un punto te atraviesa y te ubica en determinado lugar. Es la manera en que filtras las cosas en relación con lo que te ocurre. También depende de la temática que abordas para escribir. Soy muy del “inside” o de algo más universal que no tiene que ver con el hoy en sí. Pueden ser más coyunturales y sonar a lo que pasa hoy pero también cincuenta años atrás y quizás, los próximos treinta.

-Tus letras son actuales y permiten la interacción con lo que a uno le ocurre o sucede.

– Mirá, muchos de los temas que grabé tienen que ver con lo coyuntural pero no con la inmediatez. Del EP que grabé el año pasado, solo uno fue compuesto en ese momento. Los demás venían de hace rato. No tengo un canción que habla de la Ley del Aborto, por ejemplo. Está bien quien lo hace; a mí no me sale. Por ahí, los temas están ahí pero enmascarados de algo más general. Hay códigos que son más inmediatos. El otro día estaba escuchando un tema de Melero que hablaba de MySpace, algo que ha pasado en el tiempo. Quizás ocurra lo mismo dentro de veinte años si una canción de hoy habla de Instagram. Está bueno porque, en algún momento va a ser material de arqueología en el que alguien se va a preguntar “¿Qué carajo era Instagram o My Space?” o “¿Qué quiere decir ‘dame tu like’? En general, soy más universal e inclusiva. Antes del lenguaje de la “e”, trataba de hacer las letras para que las pueda cantar cualquier persona. Por ahí, como mujer (a vos como varón, te debe haber pasado otra cosa), veía que todas las canciones de rock estaban en masculino. De alguna manera, logras identificarte con eso pero tenes que hacer alguna jugarreta más para hacerlo. Siempre me interesó tratar con el lenguaje sin definir un género. No digo que vos estas cansado o yo estoy cansada sino el “cansancio”. Busco desde el lenguaje algo que no te impida la identificación. Ojo, cada uno escribe desde uno. Es más, hoy en día hay muchas chicas que escriben desde lo femenino. Puede ser que les cueste la llegada al público masculino y que no les importe. Pero es la época, la coyuntura y lo aplaudo de pie. Esto no quita que esta época también va a pasar y las canciones van a quedar.

-Se van a reformular.

– Es buenísimo que las pibas se apropien de los sentidos propios femeninos. Me dijeron que escribo desde un universo femenino pero, ¿desde donde queres que escriba? Soy mujer y me autopercibo como mujer. Esto es inexorable pero también me doy cuenta que tengo más llegada al público masculino que otras colegas.

-Vos tenes una trayectoria importante, de muchos años…

-Si pero vengo de otra época. Hay una cosa marcada hasta los treinta y pico y cuarenta, tanto para arriba y para abajo. Después hubo una eclosión de músicas que van desde veinticinco hasta treinta y cinco, como Paula Maffia, Lucy Patané, Lu Martínez. Las Kumbia Queers…algunas porque Pat Pietrafesa es más grande que yo. Sara Hebe es más chica…De hecho, de mi edad, están María Ezquiaga, Florencia Ruiz, Mariana Bianchini. Rosario Bléfari y Andrea Alvarez son más grandes.

El rock, la coyuntura y la endogamia

-¿La cumbia y el reggaetón tomaron el lugar del rock respecto a lo que hablaba?

– Si. La cumbia villera y esas música más de barrio bajo, en sus letras, se relaciona con el tango. Veo una línea directa. Después vendrán los jueces que te van a decir que “antes había una orquesta, con músicos de verdad”. Ok. Lo que vos quieras. Es otro tiempo. Había otros medios y recursos. Era otra forma de hacer música, la información circulaba de manera diferente pero el concepto es similar. El reggaetón y la cumbia no me gustan pero con los que hacen trap o Freestyle, me saco el sombrero. Son los payadores del día de hoy. Tenes desde los misóginos y nazis hasta los progres y copados pero a nivel conceptual la improvisación, es jazz con palabras. Igual pasa que uno tienda a quedarse con lo que ya conoce y es de su época. Cuesta relacionarse con los códigos de los pibes de veinte pero hay que estar más abierto. Esto no implica que te guste todo. Lo que no está bueno es el salir con el dedito de “esta música es una mierda”. Toda expresión musical me parece maravillosa. Para mí, no hay música de mierda. Te podrá gustar o no, te llega o no pero no sé que sería la vida sin la música. Mis viejos tenían su canción que tenía que ver con momentos de la vida.

-Se los puteó a los Kuryaki cuando recién empezaban y después se los aceptó.

-Ahí está la cosa que se va adquiriendo con la edad y los procesos de maduración que se van teniendo. Empecé a abrir mi mundo musical después de los veintiocho. Había empezado a los veintipico con Caetano Veloso. No todo es música dark. De adolescente necesitas identificarte con algo, lookearte y encontrar un lugar de pertenencia. También tenés eternos adolescentes y nunca se salen de ahí pero bueno. Todo te va nutriendo. Hay gente que es mas abierta y otra que no. A Crosby, Still and Nash no le daba cabida cuando era chica. Es música que empecé a escuchar a los treinta años y me gustó. Lo escuchas desde otro lugar, con menos prejuicios. Si a vos te gusta Stevie Wonder, ¿por qué no te gustan los IKV? Esto más allá de la identificación con las letras….

-Sacando a Pil –que en una charla en FSoc se manifestó a favor del movimiento feminista– o Miguel Cantilo que sigue sacando discos de calidad…

-Cantilo siempre fue muy coyuntural. Temas como “La gente del futuro”…..

-…más allá de los nombrados, ¿se volvió conservador el rock?

-Si, pero creo que todo movimiento, a través del tiempo, se vuelve conservador porque aparece otra tendencia que lo viene a romper. Es histórico. Primero vino Bill Haley, un embole y después vino el rock and roll, el sinfónico, el punk y así. Pedirle la eternidad a un género musical es imposible. Vas a tener referentes que serán clásicos pero es por acumulación. Entonces, lo que no es parecido lo miramos de otra manera. Todo se fue diversificando con los subgéneros por lo que tenes que decir algo más. Rock ¿qué? Rock es Chuck Berry, la Beriso y yo y no tenemos nada que ver uno con el otro

-El rock sigue con la endogamia mientras aparecen artistas como Chocolate Remix.

-Lo que se ve en esta época es que cambian las temáticas porque cambia el sujeto que enuncia. Estábamos acostumbrados a chabones que canten “nena-nena”. Bueno, ahora viene una flaca que puede cantar “nena-nena”, un chabón que diga “nene-nene” o algo más de denuncia que atraviesa al movimiento feminista. Los tipos se quedaron afuera de lo que está pasando y siguen con la fórmula del rock de siempre. Hay algo que vi muy claro, al sentarme con músicas mujeres. Históricamente no tenía muchas colegas con las cuales compartir algo. Me hubiese encantado nacer veinte años después y compartir asambleas, festivales, etc. Lo hubiera encarado todo de otra manera. Tengo una formación rockera postpunk y me relacionaba con quien tenía afinidad musical. Con mis amigas no la tenía. El año pasado hicimos varios shows con Paula Maffia y Rosario Bléfari y se da la casualidad que hay una diferencia de nueve años entre todas. Rosario me lleva nueve años y es lo que le llevo a Paulita. Lo que noto es cierta “shakirización”. Las agarró Shakira a las de treinta y pico por lo que podías escuchar punk, rock y…Shakira. Esto se relaciona a como circula la información. Antes había una polarización mayor en las radios. Era Rock & Pop y Aspen. Ahora está todo más mezclado. Además, no digo que la Shakirización sea algo malo. En mi época, escuchar Duran Duran era de putos para mis amigos varones. La mujer siempre tuvo más abierta la cuestión pop, algo que los chabones nunca se permitieron.

-Retomo algo que dijiste. ¿Escribirías una canción sobre la Ley del Aborto?

– Lo haría a pedido expreso, si viniese la Campaña Nacional, pero en general no me gustan las bajadas de línea. Apoyo la Ley y voy a las marchas. Colaboro en todo lo que puedo pero no se si tengo el talento para hacerlo y si la canción estaría buena. Por otro lado, hablo desde mi experiencia si bien mis canciones no son autorreferenciales. No pasé por aborto ni violencia de género. Tengo mucho respeto por eso. No lo voy a hacer como un panfleto porque está de moda. Tampoco sería genuino. Me ha pasado dando talleres de canciones en los que venían las pibas hablando del patriarcado. Me llamó la atención porque estaba pasando algo y lo tenían en la cabeza. Ok pero démosle un poco más de vuelo. Es una canción y no un manifiesto, aunque hay canciones que lo sean. Está bueno explorar todo esto porque es un paradigma de época.

Esto también pasa con la grieta en la que se le habla a los del mismo palo. Tenes que convencer al otro pero lo que estás haciendo, en realidad, es “enguetarte” con los que están convencidos. Si bien me hace ruido, a la vez entiendo, sobre todo si son pibas más jóvenes que están tomando las riendas de un asunto y que, por ahí, la parte lírica o el contexto en el que se mueven (de armar cosas solo de chicas), es necesario. También creo que va a haber una instancia superadora pero en estos momentos, está bien.

-¿El tema #NiUnaMenos y feminismo te trajo complicaciones con amigos hombres?

-Si. Puntualmente con lo de Pez, gente con la que no tengo punto de contacto. Más que nada, tiene que ver con tomar posición y donde se queda parado cada uno. Lo que no se dobla, se rompe. Sentí que no estaban entendiendo el contexto en el que estamos viviendo. Tengo una sensación general que quedé en el medio, a dos aguas. Para muchos chabones, soy una feminazi y para muchas feministas, soy la amiga de los machos. Obvio que nadie lo expresa así pero lo percibo. Escuché colegas varones que dijeron “me mandé muchas cagadas en la vida”, con una intención de autocrítica. Eso, para mi, es un montón.

-Está bueno eso…

-No se puede patear ese tablero de la noche a la mañana porque todos fuimos criados de esa manera. El tema es que a nosotras nos atraviesa de una manera fuerte. Nosotras tenemos la capacidad de empatizar con eso, algo que no se ve en los chabones. Algunos lo intentan. Les podes creer o no. Cada uno lo hace al grado que puede. Hay algunos que lo hacen para quedar bien, otros son bastante sinceros y después están los que se sienten aludidos y te dicen “feminazi”. Me parece bárbaro que les tiemble el orto. Festejo porque es una cuestión que nos atraviesa a todos.

-Lo de «feminazi» se tira al toque sin evaluar ni analizar nada….

-El feminismo no es la contraparte del machismo. No están bien hechas las categorizaciones. El feminismo es otra cosa. Fijate que hay muchísimas mujeres que son más machistas que los hombres. Ésta es otra batalla que hay que dar. Además, los hombres tendrán que sentarse a hablar de su masculinidad. Me da risa cuando los chabones hablan de feminismo. Hablen entre ustedes de lo que les toca. Que hay un punto donde se junta, fenómeno, pero no me vengas a decir “las feministas tendrían que hacer esto”. Me cago de risa. Se hacen los “deconstruidos” pero ¿por qué no vas a hablar de la masculinidad con tus amigos? Te haces el deconstruido pero cuando te juntas con tus amigos en un asado, se siguen cagando de risa de que te cogiste a tal mina, etc. Estamos en una buena época para estas discusiones. Hay algo que está temblando pero va a tardar en caer. Me divierte mucho cuando los chabones dicen “ahora no se puede decir nada”. Y no…tenes que pensar lo que vas a decir. Está perfecto. Es lo que nunca hicieron.

-Es cierto.

-Igual, a las mujeres nos toca una parte de la deconstrucción. A las jóvenes les cuesta menos pero más grande son, más arraigada tenes esa cultura. Lo veo en mis sobrinas de 17, 19 años y vienen con otro bocho al igual que sus compañeros de generación. Esto me parece muy alentador.

-¿Que viene ahora en tu actividad?

-Tengo un montón de canciones pero no soy de grabar mucho. Las voy testeando con el público en las presentaciones en vivo. Me da pánico el estudio de grabación. No estoy relajada porque no es mi ámbito. Hay gente que entra al estudio y se pone en situación creativa. A mí me pasa todo lo contrario. No me crié ahí. Vengo tocando genial y el día que voy al estudio, hago la peor toma de mi vida y es la que queda grabada.

Flopa Lestani. Viernes 17 de enero. Teatro Tai. Charlone 1752. A las 21 hs.

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