Gustavo Sala: “Lo importante siguen siendo las canciones”.

Reconocido historietista y humorista, Gustavo Sala da rienda suelta a su veta musical en la próxima presentación de Fiambre Moderno, dúo de música electrónica que tiene con Juampi Malvasio (aka Electrochongo) este viernes 17 en el Matienzo. Sala se refiere a este proyecto, su gusto por el rock, las bandas nuevas, los límites del humor, la publicación de discos y libros y más, en su más puro estilo.     

Foto: @barbarbru

– Gustavo, ¿qué es “Fiambre moderno”?

– Es el dúo que formamos Juampi Malvasio (conocido por muchos como Electrochongo) y quien te habla. Venimos tocando desde hace poco más de dos años y hacemos un tecno pop bailable y movedizo con algunos toques más oscurelis.

– ¿Cuándo surge tu etapa de “cantante”? ¿O es más “performer”?

– Es un poco las dos cosas porque me gusta darle a la interpretación un carácter teatral, digamos, o un poco grotesco quizás. Siempre fui muy fan de la música. En algún momento, se me ocurrió hacer mis propias canciones. Como no sé tocar ningún instrumento, no me quedó otra que ser el cantante y letrista de cada uno de los proyectos que fui encarando.

– Sacaron un EP con tres temas y después el disco “Demasiado viejos para el pop”. ¿Se viene algún otro disco o preferís más las actuaciones en vivo?

-Las actuaciones en vivo son lo más, porque pasa todo arriba del escenario. En cambio, los discos son el registro, lo que queda. Estamos trabajando en material nuevo para nuestro segundo disco, a ver que sale.

– Pregunta arcaica, ¿disfrutas del estudio de grabación? (¿el disco y el EP lo grabaron en estudio de grabación?)

– El disco lo grabamos en el estudio casero de Juampi, que es el alma sonora del dúo y productor del álbum. En mi caso, se trata de meter las voces, siempre intentando lograr la espontaneidad y el carácter orgánico de las actuaciones en vivo. Te diría que se sufre y se disfruta al mismo tiempo.

– ¿Cómo ves el rol de las redes sociales y diversos soportes para la difusión de la música? Melero nos dijo que no tenía mucho sentido grabar con alta definición porque después se comprimía para escucharlo en un celular. ¿Coincidís al respecto?

-Y…si lo dice Melero, debe ser así. No le voy a discutir al maestro del sonido y la producción. Las redes sociales son, o parecen ser, un elemento imprescindible. Casi una esclavitud digital. Es un tema delicado porque a veces uno termina hablándole a su propia burbuja. Siempre a la misma gente y nos quedamos ahí atrapados. Al mismo tiempo, las redes ofrecen muchas posibilidades que hay que saber explotar y usar para comunicar, crear y difundir. Estamos en eso.

– Eras de ir mucho a recitales de rock. ¿Qué te hizo inclinarte por la electrónica y no por el rock? Al respecto, ¿te cansó el rock con sus “rituales”?

– Mirá, hay muchos clichés de los recitales de rock de toda la vida que, después de muchos años ya aburren. Me he reído de éstos en mi trabajo como historietista en medios como el suple NO, Rolling Stone o Los inrockuptibles. Lo importante siguen siendo las canciones.

– ¿Crees que los “popes del rock” no se aggiornaron a los nuevos tiempos? ¿La autenticidad es hacer siempre la misma canción?

– Estoy pensando en quiénes te referís con «los popes del rock» (¿La renga? ¿Ciro y los persas? ¿Calamaro? ¿Fito? ¿El indio?). En todos casos, seguramente sus mejores discos ya los hicieron; en algunos casos hace décadas. Es difícil que un artista siga sacando discos buenos e interesantes después de muchas décadas de carrera, ¿no? Hay casos emblemáticos como Cerati que cada disco tenía un porcentaje de riesgo y novedad y proponía un concepto nuevo. Después en muchos otros casos, habrá discos que zafan, otros que serán interesantes y otros que serán malos y olvidables. O la repetición de todos los tics conocidos. Lo bueno es que siempre que queramos, podemos ir a poner «Clics modernos», «Superficies de placer», «Oktubre» o «Espiritango».

– En esta misma línea, algunos se volvieron medio de derecha. ¿Te sorprendió eso?

– Parece ser una corriente cada vez más en boga, el músico que viene del punk o de la contracultura o la izquierda y con los años se convierte en una persona grande y conservadora. Esperemos que no aumente la tendencia.

– ¿Qué banda nueva te gusta?

– Soy muy fan de los uruguayos «Alucinaciones en familia». Del rock independiente, de los últimos años me gustan mucho Viva elástico, Mi amigo invencible, Acorazado Potemkin, Los Besos, Buenos vampiros (que, además, son de Mar del Plata, como yo) y muchas otras.

– Al día de hoy, ¿el trap le arrebató al rock esa “voz de la calle” o de la gente que tuvo en otro momento?

-Puede ser. Al mismo tiempo y, quizás hasta como reacción a eso, apareció una nueva escena de bandas muy jóvenes con muchos links con el post punk y el rock de guitarras. Pareciera que estamos en un «nuevo-nuevo rock argentino».

– ¿Es para sorprenderse que, hoy en día, Lali, María Becerra y Tini sean las artistas más convocantes entre los jóvenes? ¿Son las voces de ésta generación?

– Sé que Lali, María Becerra y Tini son artistas súper famosas pero no puedo decirte ni una canción de ninguna de ellas. No me sorprende. Son las cantantes pop que siempre conectaron con el público masivo. No sé si hay elementos nuevos acá o es lo mismo de siempre con distintos nombres.

– ¿Coincidís con el mote de “generación de cristal”?

-Ahora mismo no recuerdo qué es «La generación de cristal». ¿Gente muy transparente? ¿Chicos y chicas que se si caen el piso se rompen en mil pedazos? Espero que no sea ninguna de las dos cosas.

– En el 2021, sacaste “Buenos Aires en pelotas”. ¿Qué cambió de esa Buenos Aires al día de hoy? Digo, pasaron tres años en los que pasó de todo.

-Bueno, más allá de la evidente inflación creciente de los últimos años, la pandemia hizo que muchos bares de Buenos Aires que estaban abiertos toda la noche ya no lo estén y los lugares cierren cada vez más temprano. Buenos Aires, a pesar de la mugre, los desastres políticos y el nervio de la calle, me sigue encantando.

– ¿Estas preparando algún material nuevo al respecto?

-Ya hice un libro sobre Buenos aires y otro sobre Montevideo (“Casi uruguayo”, 2019), podría hacer ahora uno sobre Mar del Plata, mi ciudad natal.

– Parece que hoy no hay una atmósfera/coyuntura para reírse. ¿Percibís lo mismo?

– El humor puede ser un lugar para refugiarse en este tiempo de apocalipsis político y ultraderecha creciente. Aunque a veces puede ser difícil, no hay que perder la risa.

– ¿De qué se ríe hoy el colectivo denominado “gente” –o aquellos que lo integran-?

– Supongo que la «gente» siempre se ríe de lo mismo, con pequeños matices de cada época. La risa es una descarga de libertad salvaje y brutal donde somos pura humanidad.

– ¿Tenes algún tema sobre el que no harías chistes?

– Sobre bocadillos de acelga jamás haría un chiste.

– ¿La corrección política limita al humor?

– Lo limita al norte, al sur, al oeste y al este.

-Si no eras historietista, ¿a qué te hubieras dedicado?

– De chico me imaginaba siendo biólogo marino, me gustaban los documentales sobre la vida submarina y leer libros sobre las distintas especies de peces. Después se me pasó.

– Te dan un formulario y te preguntan “profesión”. ¿Qué pones?

– Pongo dibujante y humorista gráfico

– Si por la puerta de tu casa, entrase el Gustavo Sala adolescente, ¿Qué le dirías? ¿Algún consejo o recomendación?

-Le pediría sacarse una selfie conmigo, es decir, con él.

“Fiambre moderno” en Centro Cultural Matienzo. Juan B. Justo 2959. A las 20 h.

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