Daniel Melingo, Fernando Samalea, Willy Crook, María Eva Albistur, Patán Vidal y Luis Ortega se juntaron para formar este grupo y reversionar temas de cada uno. Las seis puntas de la estrella denominada “Los Quietos” dijo lo suyo en la siguiente nota.
Fotos: Dina Cantoni
Son seis personajes grosos, cada uno en lo suyo. Algunos más jóvenes que otros, pero todos con una importante trayectoria a cuestas. Y aunque se hacen llamar Los Quietos, sus nombres provocan por sí mismos.
Los integrantes de esta superbanda son Daniel Melingo (guitarra eléctrica, clarinete y voz), Willy Crook (guitarra eléctrica, saxo tenor y voz), Luis Ortega (guitarra eléctrica y voz), Patán Vidal (piano y teclado), María Eva Albistur (bajo y voz) y Fernando Samalea (batería). Se presentarán este viernes 26, a las 22, en Boris Club de Jazz (Gorriti 5568).
¿La premisa? Versionar entre todos temas de cada uno de los integrantes. Y como dirá Melingo en esta nota, «no vale hacer covers de otros».
El puntapié inicial de esta unión lo dio Luis Ortega, cuando llamó a Samalea para grabar percusiones para su film «Verano maldito». Dice Luis, “No recuerdo bien cómo fue, pero un día nos encontramos con Samalea, Willy y Melingo en un estudio. Allí les pasé la película mientras ellos tocaban. Por otra parte, yo estaba grabando una serie de canciones con producción de María Eva Albistur, por lo cual todo se fue dando naturalmente”, cuenta el director de cine y músico.
“Sí, cuando Luis me llamó –se prende Samalea–, también quería sumar un saxo, por lo que el nombre de Melingo surgió instantáneamente. Cuando sugirió que fueran dos saxos, el de Willy no se hizo esperar. Así –continúa– registramos varios temas incidentales, tocando los tres delante de la pantalla instalada en su propio estudio. Al terminar quedó una linda sensación que nos hizo querer compartir más cosas a futuro. A los pocos días, participé con algunas baterías en las canciones que María Eva le produjo a Luis. Fuimos todos al estudio Los Pájaros, en Luján, donde pasamos un par de días memorables”.
Se escucha una voz aguardentosa e inconfundible: habla Melingo. “Empezamos haciendo música incidental, pero para el show vamos a hacer canciones incidentalmente”, bromea. “Es que es muy difícil que volvamos a juntarnos en vivo, por las ocupaciones de cada uno. Aunque nunca se sabe”.
María Eva, a su vez, señala: “Todo fue una de esas casualidades impulsadas por las fuerzas de atracción que ejerce la alegría y pasarla bien entre nosotros, con la música como excusa. Queríamos reírnos y hacer música desde un lugar despreocupado, más allá de nuestros caminos solistas, aportando cada uno desde su lugar e instrumento”, puntualiza la bajista.
–¿Y vos, Patán, cómo llegaste al grupo?
Vidal: –En mi caso, la invitación surge de parte de Samalea.
Samalea: –Yo acompañé a Willy Crook en una de sus presentaciones televisivas y Patán también era de la partida. Ahí fuimos uniendo piezas y dándole forma a esta especie de encuentro amistoso-musical, que no tiene otra pretensión que la de pasarla bien, versionar composiciones de cada uno e improvisar en plan de banda sonora.
Vidal: –Para mí, esta formación es sorprendente y muy interesante, ya que todos venimos de estilos y proyectos diferentes. Aunque todos, salvo yo, trabajaron en la música de la película de Luis.
“Es una alegría volver a tocar con Patán, a quien conozco desde hace veinte años, para hacer temas que nunca habíamos tocado.” Quien dice esto no es otro que Willy Crook, el mismo que a principios y mediados de los 80 hacía vibrar su saxo en Los Redonditos de Ricota. “Este –define– es un grupo unido por las diferencias y la naturaleza inquieta de sus integrantes”.
“Con Willy toqué en su banda, Los Funky Torinos, en los 90, y ahora, con su nuevo proyecto: Willy Crook & Royal We”, explica Patán. “Y yo –dispara Samalea– a Melingo lo conozco desde principios de los 80, cuando Los Abuelos de la Nada despegaban hacia la popularidad y él, además, brillaba con Los Twist en cuanto antro under se presentaba. Hemos compartido giras de Charly, varias estancias madrileñas inolvidables en tiempos de Lions in Love y, también, con sus Tangos Bajos de fin de siglo.”
–¿Qué esperamos del show?
Melingo: –Vamos a hacer versiones de temas que cada uno de nosotros compuso a lo largo de nuestras vidas. No vale hacer covers de otros.
–¿Y por qué “Los Quietos”?
Samalea: –El nombre surgió espontáneamente cuando, en las pausas de las grabaciones, bromeábamos acerca de esos clásicos personajes que aparecen en los camarines y, aun entre el bullicio general, suelen quedarse silenciosos en un rincón. Verdaderos exponentes de la inmovilidad que nosotros hemos visto desfilar durante años. Este sería nuestro homenaje.
Pedigres de lujo
Las carreras de este miniseleccionado del rock argento van en varias direcciones.
Daniel Melingo participó de Los Abuelos de la Nada, Los Twist, Lions in Love, así como en la banda de “modernos” de Charly García, allá por los 80, junto con Andrés Calamaro. Ya para finales de los 90, empezó a incursionar en el tango y editó cuatro discos con gran éxito, que le permitió girar muchísimo por el exterior. Está a punto de sacar una nueva placa que se llamará «Corazón y hueso».
Willy Crook es otro gran nombre de nuestro rock. Como saxofonista, participó en discos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Los Abuelos de la Nada y Lions in Love. Fue líder, voz y guitarra de Los Funky Torinos. Colaboró con artistas como Charly García, Los Fabulosos Cadillacs, Pachuco Cadáver, Sumo y Los Encargados, entre otros.
Por su parte, María Eva Albistur formó IMAN con Alejandro Franov, Fernando Kabusacki y Santiago Vázquez y fue luego convocada como bajista y cantante de Joaquín Sabina para su gira mundial de 19 días y 500 noches. Cuenta con tres discos solistas editados y colaboró como bajista, guitarrista y cantante con Javier Malosetti, Fernando Samalea, Intoxicados y Fernando Kabusacki, entre otros.
Carlos “Patán” Vidal tocó con músicos históricos del rock y el blues argento, como Alejandro Medina, Javier Martínez, Pajarito Zaguri y Pappo. Formó parte de Los Funky Torinos y sigue con Crook en su nueva banda: Willy Crook & Royal We. También acompaña a la ex Blacanblues Deborah Dixon y a la cantante Luz González. Además, desde hace diez años es el pianista de Gillespi. Suele tocar jazz por su cuenta con el Patán Vidal Quinteto, que lidera.
Luis Ortega es, además de músico, cineasta de origen. Dirigió Caja negra, Monobloc, Los santos sucios y Verano maldito. Además, tiene grabado un disco en inglés, en el que canta y toca la guitarra.
Fernando Samalea, a su vez, es un músico multifacético que tocó en ambos lados del Atlántico, ya sea con la batería, otros instrumentos de percusión o el bandoneón, a las órdenes de artistas de los kilates de Charly García (fue parte de la mítica banda Los Enfermeros), Gustavo Cerati, Andrés Calamaro y Melingo. También tocó junto a Illya Kuryaki and the Valderramas, Los Gauchos Alemanes, Joaquín Sabina, Clap y Fricción, entre otros. En su última gira a Perú, Charly lo volvió a convocar como invitado.
Los Quietos. Viernes 26 de agosto. Boris Club de Jazz. Gorriti 5568. A las 22.
-La presente nota salió en Noticias Urbanas el día 25-8-2011. Se agradece a Enrique Colombano la posibilidad de publicarla en ECDL-