Irene Goldszer: «Mi música sigue sin poder enmarcarse en un género o un estilo».


Cantante y actriz de curiosidad artística constante, cierra el año este viernes 10 de diciembre, en Quetrén Quetrén. Con Pablo Potenzoni (exTodos tus Muertos) como invitado y un Solo Set exquisito y poderoso, presentará parte de su proyecto «A un paso del tiempo» junto con un recorrido por sus trabajos anteriores. Irene Goldszer se hace un rato para charlar sobre su próximo concierto y reflexiona sobre la creación musical, el teatro y la irrupción del streaming en el arte.  

 

– Irene, contame qué vas a estar presentando en Quetrén Quetrén el próximo 10 de diciembre.

-Voy a estar estrenando algunas canciones de mi nuevo proyecto «A un paso del tiempo» y presentando canciones de mi disco «Respirar» y otras clásicas de mi repertorio, algunas de «Pedazos» espectáculo de música, teatro y poesía y otras que no fueron grabadas. Viene Pablo Potenzoni como invitado en batería.
 
-¿En qué consiste tu proyecto “A un paso del tiempo”?
-Es un trabajo sobre el tiempo y su relación con lo cercano y lo lejano, con las posibilidades de moverse entre lo íntimo y lo público y con los recorridos que se producen en ese vínculo entre la intimidad y lo ajeno. El foco está puesto en la voz y aún estoy componiendo. Intento crear una escena sonora y musical haciendo uso y jugando con las herramientas de los diferentes lenguajes hasta lograr una obra musical que atraviese distintos estadios mientras avanza un relato sonoro, poético y temático.
 
– ¿Cuándo creaste el material para “A un paso del tiempo”? ¿Cómo fue el proceso de composición?
-En “A un paso del tiempo” van apareciendo diferentes formas de composición a lo largo del proceso de creación que aún continúa. Empecé escribiendo textos, reflexiones, frases sueltas. Eso me fue llevando a entender por dónde quería ponerme a trabajar. Entender es relativo. Me generó entusiasmo, incertidumbre, ganas de buscar por un lugar. Tenía ganas de trabajar con el tiempo, lo cercano, lejano, la intimidad, lo público pero no sabía cómo iban a ir apareciendo esas historias en las canciones, los textos y la música. E incluso en el cuerpo, que es quizás una de las particularidades que tiene mi producción musical. Como todo proceso, es necesario un orden pero inevitablemente es caótico. Mientras escribía me puse a escuchar a quienes fueron mis referentes en una época más lejana, de mis comienzos diría y que lo siguen siendo hoy como Laurie Anderson, Alberto Muñoz, Einstürzende Neubauten y también a referentes más actuales como PJ Harvey, Nick Cave, Radiohead. Allí, en donde existe una obra musical no sólo como un conjunto de canciones, sino que hacen partícipe de una canción y un disco, estados, personajes, historias, hilo conductor temático y/o sonoro. Performatizar la música, el decir y el cantar.  Así fue que seguí escribiendo y empecé a improvisar, a componer, y sigo en ese proceso que se mezcla todo el tiempo. Ahora, empezando a pensar en los arreglos y la instrumentación que precisa el material.
La voz es el instrumento principal en “A un paso del tiempo”. El seguir trabajando, improvisando, puliendo, fortaleciendo, estirando mis cuerdas hace que pueda ir buscando por lugares más sensibles y extremos.
 
– A nivel estilístico, ¿se lo podría relacionar con “Pedazos” y “Respirar” o es una nueva búsqueda diferente?

-«Pedazos» y «Respirar» son bastante diferentes entre sí y a la vez tienen una misma esencia. «Pedazos» es, si se arrima una definición, más amable, más relajado. «Respirar«, la performance en Teatro Bombón tenía un aire de ensueño, denso y el disco, con la formación de baterías, bajo y guitarras se volvió más oscuro aún. «A un paso del tiempo» está encontrando su lugar, por las composiciones y los textos que ya están. Puedo decir que es diferente a «Pedazos» y a «Respirar» pero hay algo en mi producción que viene siendo trabajado -y creciendo- en un mismo camino. De alguna manera comparten la semilla, el origen, pero también siempre es distinto. Mi música sigue sin poder enmarcarse en un género o un estilo.
 
– ¿Cómo se dio la participación de Pablo Potenzoni para tu presentación?
-Con Pablo nos conocemos hace muchos años. Fue baterista de Todos Tus Muertos y luego formó su banda X.X. en donde fui invitada a cantar una canción que se llama «Nada es perfecto», que puede escucharse en su disco «Música para sonámbulos». Pensando en invitadxs e instrumentos, y por intercambios que veníamos teniendo con él, me tomé el atrevimiento de preguntarle si quería venir a tocar unos temas. ¡Y me dijo que sí! Lo que hace es muy dedicado a la necesidad de cada canción. Es delicado, contundente y suma al relato. En general armo el recorrido de la presentación en relación a quien venga de invitadx. Es decir, el orden de las canciones, las sonoridades, los relatos, cuándo es su intervención. Me interesa que sea un momento importante, con su recorrido propio. Agradezco la entrega, en este caso de Pablo, pero sumo a todxs lxs invitadxs, de ponerse a crear y a escuchar lo que le pueden aportar a cada canción.
 
-Hace poco tocaste en la Casa del Bicentenario. ¿Cómo estuvo esa experiencia?
-Mirá, me aclaró y puso en evidencia algo obvio pero que no estaba pudiendo trasladar a un streaming ya que sólo pensaba en el “presencial”.  Fue una gran conjunción para mí realizar mis canciones y ser filmada, porque mi propuesta es visual, no sólo musical.
Durante el confinamiento pensaba en que tenía que hacer algo, pero no le encontraba la vuelta. No me tentaba la idea de hacer algo casero y me guardé. Me puse a trabajar con mi voz, a escribir, a leer, a mirar y volver a descubrir algunas presentaciones de conciertos, videos, para ver si algo era posible dentro del contexto y de las posibilidades económicas. A principios de este año, me presenté en una convocatoria de una plataforma de España y me seleccionaron para hacer un streaming y ahí me puse a averiguar concretamente precios. Todo era muy caro para mí y desde la plataforma, no aportaban más que su propio soporte, y yo seguía sin querer hacerlo en el living de mi casa. Le puse freno y me frustró un poco pero también siento que algo se movió. Así fue que apareció el llamado de Mariano Sayavedra, de la Casa Nacional del Bicentenario para invitarme a hacer el streaming en la Casa. Ya veníamos hablando con él para hacer un concierto presencial pero obviamente todo se cerró. Mariano propuso a Martín Berra para que filmase y entre los tres fuimos definiendo el color del recital. A mí me interesaba que fueran planos cercanos y que la cámara se quedara conmigo acompañando el relato. Martín tuvo una sensibilidad enorme para filmar y editar el material, respetando los tiempos, los silencios, las respiraciones. Esta presentación fue super importante para mí. Los hermosos comentarios que recibí son un abrazo y un aliento a mi trabajo y a mi propuesta.

-Si bien estás presentándote como música, ¿tenes algo pensado a nivel actuación?
-Estoy con muchas ganas de actuar, por ahora no generé ni surgieron propuestas que me convocaran a hacerlo, pero deseo que aparezca alguna posibilidad que me entusiasme y estimule. Si el deseo está, en algún momento se concreta.

-¿Cómo viviste la cuarentena por el covid?

-Estuve bastante guardada. Pasé gran parte del tiempo en una casa en Tigre con mi pareja. Por momentos inquieta, angustiada, asombrada. Momentos de enojo y otros en calma, asumiendo lo inevitable.

 
-¿Compusiste en ese momento? ¿Influyó en tu trabajo artístico?
-Intenté mantener una rutina de trabajo, escritura, composición, investigación, trabajo con la voz y la guitarra, profundizar en mis instrumentos y fortalecerme en relación a ellos. Ahí fui pensando también el nuevo proyecto, cuando empezaron a aparecer los primeros estímulos.
Si bien venía pensando en ese recorrido entre lo cercano y lo lejano, el contexto lo intensificó pero el nuevo material no habla para nada del confinamiento.
 
-¿Cuál es tu opinión respecto del streaming como forma de acercar el arte al público? Te lo pregunto tanto desde la música como desde la actuación con las diferencias que podría llegar a implicar.
-Es muy personal la mirada sobre el streaming como forma de acercar el arte al público. Todo es posible y todo es viable según lo que se quiera acercar. Hay tantxs artistas como público, y cada quien va a generar un material para determinado público.
Particularmente creo que el teatro vía streaming no es teatro. Es otra cosa, ni mejor ni peor, ni buena ni mala; otra cosa. En el teatro la mirada de cada persona es la que va haciendo la edición. Lo que elige mirar sobre lo que ya está puesto en escena. Hay una totalidad que, en el video, no se ve porque inevitablemente hay un recorte. Insisto, puede estar muy bien hecho pero no tiene que ver con el teatro. Sí con un relato filmado, tiene más que ver con el cine que con el teatro. El teatro para mí es la respiración de la sala, los silencios, la risa, los ojos en la oscuridad, los olores. Es lo que sucede en ese instante y que nunca volverá a repetirse tal cual. Es la ceremonia previa, el encuentro, la ansiedad.
Con la música siento que hay más cercanía. Después depende de lo que quieras hacer y mostrar pero hay un lazo más habitual. La música ya se veía en pantalla, en videoclips, en documentales, en películas como «Stop making sense» de Talking Heads de 1984 o en «Ánima» de Thom Yorke, incluso en entrevistas o en programas de TV con distintos estilos y formatos. La música viene ganando un espacio en la pantalla. Muchas veces los videoclips son más vistos que escuchadas las canciones que los vieron nacer.
 
– ¿Qué pensas respecto a que, pareciera que ahora, se cortan y promocionan más los “singles” que un “álbum” entero?
-Estoy lejos de pensar la música como singles o álbum. En ese sentido soy más teatral. Pienso en la obra, en la totalidad pero hay fragmentos que pueden tener un carácter individual. Es un vaivén constante entre la dinámica de la actualidad y lo que me interesa más producir, generar e incluso mirar y escuchar.  
 
-Si Irene Goldszer no era artista, ¿qué hubiera sido de su vida?
-La jardinería me entusiasma.
 
-Si por la puerta de tu casa llegase la Irene que tenía quince años, ¿qué le dirías? ¿Algún consejo, alguna recomendación?
-Paciencia y entusiasmo. Disfrutar y no nublarse tanto.
 

Viernes 10 de diciembre. Irene Goldszer en Quetren, Olazábal 1784, Barrio Chino. A las 21 hs.
Entradas en www.alternativateatral.com/obra75593-irene-goldszersolo-set

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