Quiso el destino que llegue al pasado viernes a la Oreja Negra para presenciar el concierto de Palo Pandolfo. Era de mucho interés volver a ver a Palo, más aún después de haber hablado con él hace un tiempo atrás.
Llegué puntual a la cita y esperé a mi colega Matias Manuel Rodríguez para ingresar. El ambiente era calmo, tranquilo pero no amargo. Simplemente, con ganas de ver a un muy buen músico haciendo su show. Edades que iban de los 25 años para arriba conformaban un público heterogéneo pero con amplio conocimiento de lo que iban a presenciar.
La Oreja tiene un amplio salón con mesas en las que el escenario se encuentra sobre el nivel del piso por lo que todo el mundo puede ver, sin que nadie te tape. Buena música de fondo que intercala tema de los Kinks y los Smiths, da cuenta que el buen gusto es una premisa del lugar.
A las 22.40, sube Palo para iniciar un show de dos horas y más de veinticinco canciones en el que repasará toda su obra. Para empezar, “El leñador”, una canción que da cuenta que Palo está en un 100% a nivel compositivo e interpretativo. Ni que hablar cuando el tercer tema es “Tazas de te chino”, un clásico inoxidable de Don Cornelio y la Zona. El público estaba caliente y los brazos se levantaban al ritmo de “una vitrola a go-go”. Palo habló lo justo y necesario, agradeciendo al público o cuando presentó a la banda pero no se fue en algún ataque de verborragia. Solo se dedico a cantar y expresar su arte con un repertorio elegido con exactitud.
Suenan “Todos somos el enviado” y “Carnavalonga” y el clima entre la gente va llegando a su punto justo. Ya se ve a muchos levantándose de sus asientos para acompañar a Palo; otros, más cercanos al escenario, le piden temas y bailan o cantan cuando el tema lo amerita. “Milonguita” suena al ritmo de lo que pide la gente.
El show va de momentos de excitación a otros de mayor intimidad. Tal es el caso de “Karma Policia”, el cover de Radiohead que realizó para su disco “Antojo”, que Roberto hace solo con su guitarra. La tómbola gira y gira, va y viene, con consistencia y pasión. Asi es la seguidilla que abarca canciones como “Las nenas”, “Siete vidas” (ambas del disco “Ritual Criollo”) y “A través de los sueños”, del disco homónimo.
Vuelve la banda para interpretar “Las chicas alegría”. La temperatura se levanta con un set que incluye temas como “Afrodita”, “Virgen” o “Te quiero llevar” y cuando se empiezan a escuchar los primeros acordes de “Antojo”, el público se levanta para ir a bailar delante del escenario. A continuación del clásico visitante denominado “El ente”, Palo presenta un tema nuevo llamado “Soy del Sol” para dar punto final al show.
Empiezan los bises con gente bailando en el pasillo que separa una fila de mesas pegadas a la pared (donde estamos ubicados) del resto de las mesas. Se corea el “Estaré, estaré” de los Visitantes para después engancharla con “Tapa de los sesos” y “Sapo”. Después de esto, ¿se puede pedir algo más? A punto de convertirse en un pogo, suenan “Ella vendrá” y “Pi pa pú”, con la mixtura Cornelio/Visitantes en su apoteosis. Cuando parece que todo concluye al fín, suena como un reggae “Canción Cantaro” para terminar, ahora si, con “La misma suerte”. Termina el recital. La gente comienza a irse mientras suena Garbage con “Only happy when it rains”.
Cuando fuimos a cubrir el retorno de La Sobrecarga, ya habíamos comentado con alegría la participación del público en el show, con respeto y ganas de pasar un buen momento. Tal como era la “ceremonia” de ir a un recital, allá por los 80 y principios de los 90. Hay una necesidad palpable de que la gente busca lugares donde escuchar a sus artistas favoritos, sin necesidad de patovas, saltando y bailando al ritmo de canciones de calidad. Este fenómeno ¿se dará solo con artistas de culto y de renombre como Palo o la Sobrecarga o también con grupos más nuevos?
El 17 de diciembre, ya está anunciada la vuelta de Palo a la Oreja Negra. A todos aquellos que no lo pudieron ver, vayan anotando la fecha y a los que fueron a verlo a Palo hace siete días, ya hay otra cita para encontrarnos nuevamente con uno de los grandes trovadores e innovadores de nuestra música popular llamado Palo Pandolfo