En el marco de la presentación de la 19° edición del BAFICI, tuvimos la chance de charlar con Javier Porta Fouz, director del Festival. Hete aquí, el diálogo que tuvimos con varios puntos a tener en cuenta como el rol del Bafici, el concepto de “independencia” en el cine y mucho más.
-Javier, ¿Cómo te sentís al día de hoy como director del Festival?
– Muy bien, contento. También un poco cansado. Como soy obsesivo, me meto con todo. El lunes estaba metiendo películas en la grilla habiendo dormido casi nada. La verdad estoy muy contento con la programación. Viene con una potencia tremenda esta edición. Traten de ver todo lo que puedan.
-Se te notó más cómodo este año en la presentación. ¿Fue porque no estuvo atravesada por la cuestión política del año pasado, con la presencia de Darío Lopérfido?
– El año pasado hubo algunos “chispazos”. Yo siempre centré todo en el cine. Este es mi segundo año y, sinceramente, debería estar más nervioso ahora. El año pasado no se cayó ninguna película. ¿Cuántas chances hay de que vuelva a pasar? Tenemos un record de pocas cancelaciones que tiene poquísimos festivales en el mundo. Fui a Toronto varias veces, a Locarno, Suiza y Canada y se caen. El año pasado tuvimos cero cancelaciones. Salió en algún lado? No.
-¿Lo difundieron?
– No. Había terminado el Festival y pasó. El año pasado vino Bogdanovich y funcionó a las mil maravillas. Se vieron seis películas y brindó unas charlas que la gente quedó muy enganchada. El año pasado tuvimos mucha suerte en muchas cosas pero también puede fallar cualquier cosa.
-Llama la atención que se va a ver a directores quizás no tan independientes, tal como el caso de Michael Mann.
– Creo que Michael Mann es mucho más independiente que otros que tienen el «sellito». Por ejemplo, no negocia un plano. Dice que cambiar minimamente el encuadre, cambia todo el sentido de la película. Cualquier película que veas de él, sobre todo la que vamos a ver en este Bafici, vas a ver que está pensada al milímetro, desde la luz, el encuadre. La política del autor comienza defendiendo a los autores dentro de la industria. Pensá que los primeros autores son nombrados por los franceses. Hitchcock, Minelli, los que trabajaban en la industria. Michael Mann es un autor que hace cine firmado y no solo filmado.
Por otro lado, como las cosas están cada vez menos interesantes en la cartelera comercial, hoy en día, hablar de una película de Michael Mann, es hablarle a un nicho. Por más que estén De Niro y Pacino. La última película de Michael Mann no se estrenó en salas. Cuando te das cuenta que la última de Michael Mann no se estrenó en salas, decis “Hummm”. No se estrenan policiales como tampoco comedias. La última película de Linklater no se estrenó acá. El Bafici tiene que llamar la atención sobre un estado de cosas que, año a año, es progresivamente peor. “El sabor de la cereza” llevó acá 130 mil espectadores. Si a un distribuidor que compra hoy una película iraní, le decis que va a llevar 13 mil espectadores, ya está descorchando un champagne. Las cifras no tienen nada que ver a lo que era antes. La circulación de un cine variado en sala no tiene nada que ver con lo que era hace quince años. Por eso, dar una película como “Heat”, es dar una película de autor restaurada y creo que hay generaciones que la tienen que ver por primera vez en pantalla grande. Lo que puede aprender un director de fotografía en formación viendo “Heat” es enorme.
-También está “Terminator II”
– Otro autor! Más independiente que James Cameron no hay. Es el tipo que le dijeron que no había un peso más para financiar, dijo “Ok, yo no cobro”. La independencia no siempre tiene que ver con la cantidad de dinero. No le iban a decir como hacer “Titanic”. Creo que Cameron es verdaderamente un autor….millonario y que ha generado los más grandes records. Las grandes distribuidoras de Hollywood también distribuyen películas independientes. Es más, Sony nos dio algunas películas que no van a estrenar acá. Entonces hay algunas combinaciones que se producen. Pero si me ofrecen “Guardianes de la galaxia” en premier, no. Estamos hablando de otra cosa. Si bien la primera me pareció buenísima, estamos hablando de otro tipo de cine. Cuando se estreno “Terminator II”, si bien fue megataquillera, no era el cine de desembarco bestial que hacen hoy los grandes tanques. Si bien fue gigante y era la película más cara de la época y todo eso, al analizar el porcentaje de las salas que ocupaba, no tiene nada que ver con el porcentaje que ocupa hoy “La bella y la bestia”. Nada que ver.
-¿Crees que hay que revisitar el concepto de la palabra “independencia” y “cine independiente”?
– Cuando me dicen que una película porque tiene actores caros ya no es independiente, dudo. “Elle” es una película que costó sus buenos mangos y no fue hecha para agradar a nadie. Acá la distribuye Sony. Cameron hace cine como él quiere. Ahora está haciendo la secuencia de “Avatar” en Nueva Zelanda y la va a hacer como él se le cante. Es una secuela que la está haciendo muchos años después. No te voy a dar “Rio II” o “La era de hielo”. Quiero películas hechas por gente con deseo. Si me dicen que atrasan el estreno de “La bella y la bestia” para hacerlo en el Bafici, digo “No, gracias”.
-¿Se ha prestado atención al tema del costo de las entradas?
– Mirá, la entrada más cara vale $ 45, que es casi un cuarto en cualquier sala. Además, con descuentos a jubilados y estudiantes sale $ 30. Después tenes “Rescates”, “Baficito” y “Retrospectivas” a $ 30. También tenemos mucha oferta gratuita. Dos “aire libre” en diferentes barrios. Incluso algunas películas con charlas serán gratuitas. En el Bafici podes estar muchas horas por día, todo el día yendo a proyecciones y actividades gratuitas.
-El cine de hoy está más volcado a los superhéroes o clásicos como “La bella y la bestia”
– Hay algo tremendo que me asusta y es que el cine se ha convertido en las quince o veinte películas que se enteran que se estrenaron en el año. Como periodista y ahora como director del festival –que es un trabajo de política cultural en un punto y también artístico-, estoy muy tranquilo, por haber dejado por escrito esto muchas veces y hace muchos años. Si no trabajas sobre la variedad, empobreces el consumo. Esto es lo que viene pasando hace quince años. Tuve una entrevista con Jorge Coscia cuando asumió el Incaa en la que le pregunté si iba a haber algún tipo de apoyo a los productores independientes (ese cine que no es Hollywood ni cine argentino pero es con el cual hay que dialogar, ya que es la forma de construir públicos), me contestó de una manera… “Los demás que se ocupen de su propio cine” me dije. Le respondí que era para “favorecer al cine argentino”. Fue una entrevista por demás intensa. ¿Quiénes tienen grandes proyectos de cine nacional? Francia y Corea del Sur. Francia tiene una política cultural que es un plan a largo plazo. Si querés que llegue al toque, no. De hecho, hay algo muy interesante en el 2002, con crisis, el cine argentino tenía un market share impresionante y no por dos películas que se destacaron en término de espectadores sino que había muchas medianas. Ese 2002 es el último año en que la variedad –que había empezado en el 98-, se siente en el consumo. Entonces había un consumo variado en el Cine Argentino. Había 200 mil espectadores, algo que se puede recuperar ahora, de a poco. Pero no es lo mismo que ese momento. Fue una oportunidad perdida. Había que apuntalar al cine independiente. No se lo hizo. Hay que ir por ese lado.
-Tampoco hay muchos canales…
– La vieja deuda de la Ciudad de Buenos Aires que tiene a medias, un circuito que incluye al Arte Cinema, Malba. No está bien diseñado. Buenos Aires tiene un potencial cinéfilo tremendo que no debería perderlo. Está muy circunscripto a determinados barrios. “El sabor de la cereza” se hizo fuerte con el público en la calle Corrientes. Hoy en día, no se podría hacer esto. Entonces perdiste un lugar, una circulación. Por eso insistí tanto el año pasado con el Gaumont. Para mi es fundamental tenerlo.
-El año pasado se cerró el Bafici en el Gran Rivadavia con la película de Miles Davis.
– Claro! Y este año vamos a llevar las dos películas de Hong Sang Soo que es una idea por demás extraña. Si lo llegamos a llenar, seremos absolutamente felices. Demuestra que se puede hacer eso pero hay que cambiar ciertas lógicas. Es un trabajo a largo plazo. Saber que las cosas no van a funcionar en el momento. El Bafici es un oasis.
-Dijiste “oasis”. ¿En eso se convirtió el Bafici del cine?
– Si porque lo que se da acá es mucho más variado y rico que lo que se estrena en todo el año. Hay películas muy buenas que se estrenan después. Los distribuidores dicen “En el Bafici le fue muy bien y después, no”. El Bafici la sostiene una lógica de programación. No es lo mismo que ir al cine de todos los días.
-Si alguien te dice eso, se equivocó con “La larga noche de Francisco Sanctis”
– Si. Le fue muy bien. Nosotros hacemos lo posible para mover la película. Igual hay veces que eso no pasa. Es la excepción y no la regla.
-La última, ¿te imaginabas estar sentado en este sillón de Director del Bafici?
– La verdad, no se….Era el programador desde hacía tiempo. En algún momento soñas con dirigir el festival de tu ciudad pero tampoco hice mucha proyección al respecto