Líder brujo bailarina (Teatro)

Las vueltas de la historia, sobre tablas


Dramaturgia: Rolando Pérez. Con María Forni, Enrique Dumont y Cristian Sabaz. Trailer: Vagabunda Films, Lucía Kearney. Voz en Off:  Osmar Nuñez. Vestuario: Jennifer Sankovic. Escenografía: Grupo LBB, Daniel Hernández. Diseño y realización de objetos:   Daniel Hernández. Diseño de luces: Francisco Varela. Diseño sonoro y música original: Silvia Vives. Fotografía: ValerIa Meneguzzi. Asistencia de iluminación: Lia Bianchi. Asistencia de dirección: Raquel Albeniz y Daniela Martínez. Diseño de coreografia: Marina Svartzman. Dirección: María Forni.


Teatro Anfitrión. Venezuela 3340. Vienes, 23 hs.


Hay situaciones en las que la realidad supera la ficción al transformarse en un set televisivo con el caldo de cultivo de una hoguera de vanidades. La política es un buen ámbito al respecto. Más aún si hay un triángulo amoroso –sin que esto implique sexo o relación de pareja-, un fantasma dando vueltas por ahí y toda la presión de un pueblo puesta en quien es el depositario de las expectativas (y los odios) de toda una población.

Al respecto, no en vano “Líder brujo bailarina” abre como si fuera un concurso de preguntas y respuestas que apuntan directamente al contexto de los años 70, con un guiño a la actualidad  -prejuicios de por medio-.


Se corre el telón y se aprecia un escenario lleno de objetos, entre los cuales se moverán los tres actores los cuales tomaran cada uno de ellos en una construcción de sentido. Cintas de grabación, un corset, un maniquí, una cajita musical y los actores hablando, reflexionando en directa sintonía con un público atento. Se construyen escenas con alusiones varias al tiempo que la fábula que tendrá ribetes de comicidad aunque no cause ninguna gracia. Siempre habrá una sonrisa irónica y triste para quien recuerde los acontecimientos que se narran o si los ha presenciado. Alguno se enojará –lo cual está perfecto-, otro lo tomará como una puesta con guiños históricos, de ponzoñoso humor. Lo que ocurre es que pase desapercibida sin ningún tipo de decodificación. En otro orden de análisis, la brecha generacional es fundamental ya que, para unos será digno de estudio, para otros será de dolor.


Otro de los puntales de la obra es la concepción de un texto muy rico en tanto navegará en las aguas del sarcasmo, la ironía y la fina crítica sobre el triángulo compuesto por Juan Domingo Perón, María Estela Martínez y José López Rega -y el fantasma de una tal Eva, dando vueltas por ahí-. Es ilustrativo pero no pedagógico ni didáctico. Para quien quiera oir, que oiga y también tenga la mente abierta para encarar algún tipo de (auto) crítica con respecto al paso de los años y el desenvolvimiento de los hechos.

Pero para que el texto llegue a buen puerto, necesita de una dirección exacta asi como muy buenas actuaciones. María Forni toma la dirección bajo su control y lo hace con precisión, al dotar a la puesta de un ritmo sostenido y atrapante asi como mantener una duración exacta. Logra que cada uno de los personajes –incluido el suyo propio- descollen en su labor pero siempre en pos de la puesta. Tanto Enrique Dumont como Cristian Sabaz se destacan en sus roles a los que dotan de ese tipo de humanidad cercana al espectador pero con una decodificación tan personal como intrigante.


Este tipo de puestas permite no solo analizar al hecho teatral sino a quienes van a presenciarla y sus respectivas reacciones asi como el diálogo con la coyuntura. Es menester aclarar que la polémica no será por un regodeo banal sino con el fín de replantear ideas asi como de debatir conceptos.


“Líder, brujo, bailarina” molesta, irrita, se ríe e interpela. Por estos motivos es, casi una obligación, ir a verla.

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