El ciclo tuvo tres unipersonales femeninos que iban a poder verse el miércoles y jueves pero gracias a los cortes de luz que atravesaron/atraviesan a la Ciudad de Buenos Aires, se hicieron los tres el día jueves.
Los unipersonales fueron “Talvez eu me despeça” de Beatriz França, “No me rindo”, con Ludmilla Ramalho y “Carolina, de Lorca” con Carolina Correa. Los espectáculos toman temas de candente actualidad como la política, el embarazo, el matrimonio, la muerte y el trabajo. Es un mix que investiga el teatro performativo y la autobiografía en escena.
En el marco de un espacio dominado por la ropa tirada en el piso, la puesta tiene momentos conmovedores. Hay un lavarropas y una serie de vasos que servirán para constituir el espacio. La multimedia brindará la contextualización a través de la remembranza.
En cambio, en “Me rindo”, Ludmilla Ramalho es una novia fugitiva pero no al estilo de la postulada por Julia Roberts.
En este caso, se encuentra enfundada con el consabido vestido, detrás de un alambre de púas. De por sí, es una imagen por demás fuerte pero tocará a cada una de las personas, en su propia crianza/postura con la situación. Cómo se ubican frente a un contexto de violencia de género, #NiUnaMenos y reivindicación de derechos.
Amén de la caída de la institución “matrimonio”, plantea la relación que se tiene con ese “otro” con el que nos relacionamos. Además, será ese traje de novia en el que se asemeja a la metamorfosis de una mariposa. Un traje castrador en pos de mantener valores arcaicos de los que saldrá una mujer para volar libre al mundo. De esta manera, el título es toda una toma de posición a través de imágenes contundentes. Mujer encadenada a un momento tan “socialmente aceptado” como el casamiento donde se deja la identidad de lado en pos de ser un individuo aceptado. La anomia al poder con la complicidad de los propios damnificados. Un síndrome de Estocolmo avalado por la Matrix en la que vivimos porque “pertenecer tiene sus beneficios”.
Con una duración exacta y una creación de sentido elocuente y poética, “Me rindo” llama a la reflexión acerca de como nos paramos frente a la situación de las mujeres.
Con una iluminación sutil y la utilización precisa de imágenes para constituir un espacio donde la figura-fondo se manifiesta para la atención requerida, Correa se muestra activa y etérea. Da cuenta de las marcas y huellas (que no es lo mismo) que tiene su cuerpo. Su deseo de ser madre y dar vida (o no, lo cual sería absolutamente entendible y respetable), sus vaivenes emotivos al tiempo que se inquiere a un público tan atento como reflexivo ante lo que se escucha sobre tablas.
Vestida toda de blanco, su verba es contundentemente poética. Pregunta y describe al tiempo que no pierde su gracia en cada una de las ideas y certezas que va esbozando. En un punto, podría ser linkearse con lo que había escrito John Lennon en su himno feminista llamado “Woman is the nigger of the world”.
“Carolina, de Lorca” es una gema preciosa para ver más de una vez y reflexionar sobre lo que nos toca como individuos, seamos hombres o mujeres.El final llega con las tres actrices saludando al público y un cartel más que elocuente en su pedido, “Fora Temer”, despertando la adhesión inmediata de los presentes.
Este ciclo fue organizado por el Corredor Latinoamericano de Teatro, una plataforma de intercambio internacional que reúne a realizadores, espacios, festivales y centros de formación teatral del continente. Su misión es fomentar el intercambio permanente de creaciones y reflexiones teatrales latinoamericanas, contribuyendo al desarrollo de una identidad teatral y cultural regional, hacia el resto del mundo.
Foto Fuera Temer: Mauricio Borzone