El Centenario según Catalinas Sur
De Adhemar Bianchi, Eduardo Martiné y Ricardo Talento. Vestuario: Elena Dressler y Florencia Feijó. Diseño de escenografía y utilería: Omar Gasparini y Ana Serralta. Música original: Gilda Arteta y Gonzalo Domínguez. Asistencia de dirección: Nora Mouriño y Verónica Sabán. Producción: Cecilia Ortelli. Dirección musical: Gilda Arteta y Gonzalo Domínguez. Dirección: Adhemar Bianchi y Ximena Bianchi.
El Galpon De Catalinas. Benito Pérez Galdós 93. Viernes y Sábado, 22 hs

Emotivo e histórico, el humor y la ironía conviven en pociones iguales, con un despliegue de energía pocas veces visto, con la gran cantidad de gente de distintas edades sobre el escenario. Circo, murga, clown, títeres, canciones y acrobacias se entremezclan para llevar a cabo un espectáculo excelente, en el que no falta nada. El trabajo creativo es sublime, a partir de la utilización de todos los recursos posibles. Desde la utilización de los balcones que hay a ambos lados del escenario hasta la interacción entre títeres y actores para momentos en los que la acción se desdobla en dos planos simultaneos y complementarios. Tal es lo que ocurre al momento de retratar las invaciones inglesas en el primer caso o la muerte de Mariano Moreno en el segundo. Justamente, los títeres serán fundamentales para retratar a personajes como Sarmiento, Mitre o Roca.
El trabajo concienzudo de cada momento histórico logra momentos superlativos tanto a nivel contenido como emotivo. La guerra del Paraguay, el genocidio de los pueblos originarios y el exodo oriental son instantes que conjugan la emoción y la tristeza ante lo ocurrido. Se podrá sentir plenamente como una lágrima pugna por salir del ojo al tiempo que llama a la reflexión.
El trabajo del coro también es otro punto a destacar asi como el vestuario y el maquillaje de los más de cien actores que toman parte de la puesta.
El texto no se priva de realizar una fuerte crítica al devenir de los acontecimientos pero sin dejar el humor de lado. Por eso, el clima de fiesta no le quita seriedad a la puesta. Al contrario, lo refuerza con el fin de alejar a la solemnidad de los confines de Catalinas.
“Carpa quemada” emociona y conmueve pero sin perder de vista lo acontecido a través del tiempo, con una puesta para ver más de una vez.