Autor artesanal de dos biografías de Charly García y Luis Alberto Spinetta, (“Un Dios Aparte” y “Ticher de luz” respectivamente) Miguel Angel Dente recorre la vida de dos íconos de nuestro rock con seriedad, sin caer en fanatismos. Mientras prepara su tercer libro, dedicado a Pedro Aznar, Dente habló con ECDL del rock nacional en todas sus facetas.
– Miguel, ¿cómo surge la chance de hacer los libros de Charly y de Spinetta?
– La idea, desde el principio, fue hacer una colección. No se presentó como algo aislado, de decir “hacemos un libro de Spinetta porque me parece un músico de nivel superlativo” sino como una colección acerca del rock argentino. No hay una colección acerca del rock argentino. Eso es lo que está faltando. Hay cosas dispersas. Libros que surgen a partir que uno dice “voy a hacer un libro de tal o de cual”. La idea es hacer la colección lo más completa posible. Hay una idea inicial y después se van agregando o sacando otros. Lo claro es que están Spinetta, García, y ahora estoy trabajando con Pedro Aznar.
– Son libros muy amenos para la lectura.
– Pasaron dos cosas. Unos que me dicen que les costó acostumbrarse a la lectura del libro y otros me encantó. Te cuento como fue la idea. Hay mucho material denso, mucho dato y hay otros capítulos de texto corrido. Los temporales son de datos y los temáticos, son de texto corrido. La idea fue que intercarlarlos. Esto le va dando una cosa amena. Por otro lado, si tenés un lenguaje de Internet, podés leer una parte, saltar a otra, como si fueran links dentro del propio libro y lo vas armando como vos quieras.
– Una especie de Rayuela o “Elige tu propia aventura”.
– Si, si. Me dediqué a armar libros durante 20 años por lo que surgió al mismo momento el diseño y la búsqueda de investigación de material. O sea, ya sabía lo que estaba buscando para lo quería hacer como el diseño. Se creó en bloques. No es que tenía los datos y no sabía como organizarlos. Ya sabía que quería en el medio, una columna chiquitita con imágenes. Eso lo tenía claro al igual que dos columnas con textos y que dos páginas iban a ser tomadas por el concierto más importante que yo considerase del artista en cuestión. Había cosas que me iba mandando el diseño y a su vez, el diseño me iba mandando lo que tenía que buscar.
– El libro también está dividido en tres columnas, como si fuera un blog.
– Si, también puede verse por ese lado. El asunto aca, el libro de Spinetta llevó mucho más trabajo en ese sentido. Tenés este material, hay que organizarlo y pasarlo a la página. Eso lo hacía yo mismo. Llevó mucho trabajo adjuntarlo al diseño. El material está y después hay que acomodarlo. Una vez que terminé el de Spinetta, el de Charly venía cantado porque la estructura –que era lo que costaba armar del libro- ya estaba resuelta con lo de Spinetta. Ahora, con el libro de Aznar, estoy retomando todos los comentarios sobre Seru pero desde la mirada de Pedro. No voy a poner los mismos comentarios ya que lo tomo desde el punto de vista de la persona sobre la cual se está escribiendo.
– Tomaste disco por disco, a diferencia de otros que son anécdotas o datos bibliográficos.
– Valoro todos los aportes que hubo hasta ahora porque gracias a ellos, se puede seguir haciendo cosas. El libro está enfocado desde distintas épocas. La idea es que, para tener noción de algo completo, y se puede ver en el libro de Charly, está desarrollada con igual intensidad el capítulo de Seru Giran que el último capítulo. Es todo homogéneo y que cada uno decida lo que le gusta más. La función del libro es decir “Muchachos, la obra es esta”. Muchos lo toman como guia como una guía de consulta. Otro tema fundamental, para mi, es el tema de la música. Vas a Internet y te bajás todo lo que vos querés pero viene sola la música. No viene con una ficha técnica ni nada. Muchas veces me volví loco buscando una ficha para saber quien toca en tal disco. Escuchás un baterista terrible y no sabés quien es. Los libros de la serie busca rescatar la ficha técnica y mostrar quien toca. Esa información se fue con los discos o quedó en el limbo. Cuando se empezaron a editar los CD, las primeras ediciones venían con una hoja en blanco o una fotito. Nada más. Los libros tienen un formato del simple, haciendo alusión a una cuestión un tanto romántica que tiene el libro.
– ¿Te costó mucho despegarte del fan para hacer los libros?
– No los veo desde el lugar del fan. Trato de hacer lo más objetivo posible. Si la idea es hacer una colección de libros de rock argentino, va a haber músicos que me gusten más que otros. Los estoy tomando en base a la importancia que tienen más allá de que me gusten o no. Son importantes, y no importa mi gusto personal. En el caso de las obras de Spinetta y Charly las considero, -más allá que Charly se desvíe un poco por temas personales- muy parejas a nivel importancia para la música nacional. Uno será más importante en un sentido y el otro, en otro sentido. Personalmente, a Spinetta lo considero entre los cinco músicos más importantes de Argentina, de todos los géneros, junto con Piazzolla, el Cuchi Leguizamón y el orden me cuesta ponerlo.
– En el caso del Flaco Spinetta, ¿cómo fue la investigación propiamente dicha?
– Se suman la mayor cantidad de fuentes. Datos hay que descartar siempre. La idea es que haya la mayor cantidad para poder descartar datos tranquilamente y ahí, armar lo que a uno le interesa con el sentido que le interesa. Hay anécdotas que uno lee y no le interesan. Obviamente que es un recorte personal. Otro lo encarará de otra manera. Tengo una colección de libros y de revistas importantes, de la década del 80 para arriba. Internet ayuda un montón y sitios del Flaco hay, con recortes periodísticos de diarios. Esto es muy importante porque tienen las notas originales que es como tener archivos.
Tanto el Flaco como Charly contestaron doce preguntas para iniciar el libro en cada capítulo. También algún programa que tengo como Rocanrol, Volver Rock, La Cueva.
– ¿Le mandaste los libros a Luis y a Charly?
– Si. Se los mandé a ambos. A Charly le mandé unos ejemplares y me contestó via mail, a través de la novia, diciendo que le había encantado. El Flaco no me contestó. Le escribí una nota manuscrita y no hizo referencia al respecto. No se si eso no es bueno sabiendo como es el Flaco. No le gusta que hablen de él y estoy sacando un libro que habla, precisamente de su obra. Está todo bien pero no es una obra irrespetuosa.
– Muchos toman los libros como guia…
– Exacto, como una guía de consulta. Otro tema fundamental, para mi, es el tema de la música. Vas a Internet y te bajás todo lo que vos querés pero viene sola la música. No viene con una ficha técnica ni nada. Muchas veces me volví loco buscando una ficha para saber quien toca en tal disco. Escuchás un baterista terrible y no sabés quien es.
– Uno como es un enfermito de esto….
– Y si. También es una cuestión generacional y los libros de la serie busca rescatar la ficha técnica y mostrar quien toca. Esa información se fue con los discos o quedó en el limbo. Cuando se empezaron a editar los CD, las primeras ediciones venían con una hoja en blanco o una fotito. Nada más. Los libros tienen un formato del simple, haciendo alusión a una cuestión un tanto romántica que tiene el libro.
– ¿A quién más agregarías para la colección?
– Como referentes importantes, los libros iban a seguir con Cerati, Calamaro y Fito. Para mi, son referentes que si no aportaron por un lado, lo hicieron por el otro. La masividad que alcanzó Soda a nivel Latinoamérica fue impresionante. Inédita para la Argentina. Surgió como en un pantallazo Pedro Aznar, para meterse en esos primeros planos. Un multiinstrumentista único para el país.
– Quizás no tenga un reconocimiento mayor por el hecho de no ser tan “compositor” y si como músico “acompañando a”.
– Si y un poco puede ser como con Baglietto que, como intérprete, es el mejor. Ahora, cuando empieza a buscar otras vertientes como el tango o el folklore, a la gente de rock –por más abierta que sea-, le va a seguir gustando el rock.
– No hay otros interpretes que están mejor vistos en el ambiente del rock? Digo, Pappo o Lito Nebbia?
– O León Gieco inclusive. Ellos son tres artistas que tengo la duda de encararlos o no.
– Si?
– Al principio, lo que está planificado es esto. Para mi, merecen el libro igual. Estoy viendo si se encara por igual. Con respecto a Tanguito, el tema es la trayectoria artística que fue poca. Hay libros al respecto que están muy bien hechos. No se puede desarrollar mucho la obra porque es corta y de contrabando. Si vas a analizar obras….
– Moris también fue un tipo con mucha historia y poco reconocido….
– Si pero también se fue a España. Un poco le pasó lo mismo a Miguel Mateos.
– Miguel Cantilo…
– La carrera de Cantilo, con la cantidad de discos que tiene…
– Está vigente Miguel…
– Si y también se plantea la chance de hacer un libro compartido. Si hacer algo más enciclopedista de juntar varios autores para redondear la colección. Hay que ir viendolo. Ojala se pueda hacer. Esto es que se vende uno y se hace el otro.
– ¿Cómo ves la obra de Pedro?
– Muy bien, super coherente. La veo muy bien. Me encanta la fusión que hace. Me gusta lo de Pedro ya que traspasó todo. Él no es trasgresor en tanto imagen, que dice de si mismo que es “el menos vertiginoso de los músicos de rock”. Esa frase me quedó porque es tal cual. Da una imagen de formal, estudioso y académico. Ahora, rompió con todo en cuanto a estilos y géneros porque está tocando “Guitarra, vas a llorar” para después saltar a un tema del Cuchi Leguizamón y a un tema propio de él, super pop. Es muy bueno. Con respecto a su obra, estuvo muy bueno que se haya animado a romper con todo eso. “Voy a hacer lo que a mi me gusta” y a mi también me terminó pasando que me gustan cosas de muchos géneros. Con Liliana Herrero, también me pasó lo mismo.
– A Spinetta nunca le terminó de gustar Sumo, ¿no?
– La verdad, no encontré casi referencia a Sumo. Como la banda dejó de existir, el momento en que Spinetta pensaba eso, Sumo existía. Spinetta, en un momento, cambió y está en el libro. Hay opiniones muy buenas de Spinetta sobre el Indio Solari y dice que le gusta más lo que hace como solista que con los Redondos.
– Cerati también dice lo mismo respecto del Indio y el Indio de Cerati….
– Que le gusta más su obra solista que con la banda y ahí, coincido con Cerati. Ahora, Spinetta pensaba eso cuando Sumo existía pero no volvió a hablar de eso porque quedó en el 87. Nadie fue a preguntarle sobre Sumo porque ya había desaparecido hace rato. Sin embargo, con la continuación de Sumo en Divididos, la opinión del Flaco va a ser la mejor. Con los Redondos, no. Para mi, si se hace un libro con la historia del rock argentino tanto Sumo como los Redondos tienen que estar. Son básicos. Eso no quiere decir que a uno le tenga que gustar. En lo que se refiere al lenguaje, hay una cierta similitud entre Spinetta y Solari. Hay un punto parecido entre los Redondos y Spinetta que es el haber generado un lenguaje propio. La poética de los Redondos es de los Redondos, para los Redondos y para la gente de los Redondos. Lo mismo ocurre con el Flaco.
– No te pasó de hablar con fans de Spinetta y que te digan “¿qué hace con Juanse?”
– La tendencia de Spinetta cambió. Fue muy hermética en relación con sus colegas músicos. En los 80 se empezó a abrir, se quemó con leche, se frenó y recién desde el 2000, vuelve a integrarse con los músicos de la manera en que, personalmente, siempre me hubiese gustado. Son decisiones personales. El caso de Juanse, creo que tiene que ver con Pappo. Él tuvo muchas idas y vueltas en la relación con Pappo, y un poco Juanse encarna esa veta que tenía el Carpo. Además, deben ser amigos. No tiene que ver que estilo musical tenga cada uno. Me parece bien que se junte con quien le parece. Todas las uniones me parecen productivas, y si no lo fueran, el Flaco no las tendría.
– Si te pregunto por cinco discos de rock argentino, sin repetir artista, para una chica inglesa que no conoce nada de aca, ¿qué le recomendarías?
– A ver, el album doble de los Socios del Desierto. Otro, “Bandidos rurales”. Dejame pensar…”Grasa de las capitales”, “El amor después del amor” y uno, que me gusta particularmente, que está fuera, que es de Jorge Fandermole y se llama “Navega”. Ah! Y de yapa, “Once episodios sinfónicos”.