Alejandro Guevara: “Smokey Joe’s Café es un tributo al rock and roll”

Llegó Smokey Joe’s Café a la Argentina, con su homenaje a esa genial dupla compuesta por Jerry Leiber & Mike Stoller. Alejandro Guevara, director de la puesta en nuestro país, cuenta todos los pormenores de uno de los espectáculos mimados de Broadway al tiempo que planta bandera con respecto a la forma de producir un espectáculo de estas características y la selección de sus protagonistas.


-Alejandro, ¿cómo fue el proceso de realización de “Smokey Joe’s Café”?

– Primeramente, no teníamos que hacer ningún tipo de modificación en las partituras ni en las voces respecto al original de Broadway. La forma en que está escrita la obra o el orden de las canciones. Tuve una pequeña licencia en una parte que es hablada. Como se respeta el guión original, hacerla en inglés o castellano iba a hacer ruido en el espectáculo. Decidí quitarla y no hubo ningún problema.


-Si bien está todo pautado en el original, es muy destacable el trabajo general como el realizado con las voces.

– Fueron casi cinco meses de ensayo. Hice mucho hincapié en no tratar de reproducir la historia que se cuenta en el original y que desea contarse. Nosotros, en Argentina, no estamos atravesados por lo que pasaba en los años 50 y 60 con la posguerra, el racismo y la segregación. En Estados Unidos, si están atravesados por esas cuestiones que podemos entender desde un punto de vista intelectual. No nos “pasó”. Es como si hablásemos de Malvinas. A nosotros nos “pasó” pero el que lo ve de afuera, lo entenderá de una manera más racional.


-El público se enganchó con muchas de las canciones, que habían sido interpretadas por artistas como The Beatles, The Rolling Stones y Elvis…

– Me sorprendió que el domingo -día de ensayo general y abierto-, la mayoría de la gente no eran familiares sino público real, jurados y periodistas. Era un ensayo general en la que nos servía para saber cómo se sentían los chicos en el escenario y con los espectadores. Es una puesta muy compleja de abordar desde lo musical. Hay una banda en vivo, con muchos arreglos y coreografías. Además, se les exigía desde lo interpretativo, ciertos lineamientos. Queríamos que llegaran al estreno lo más aceitados posibles. Fue un éxito absoluto ya que los vitoreaban sin conocerlos. Sinceramente no lo esperaba. Soy de focalizarme en el trabajo presente y los procesos. Por eso, no traté de reproducir al Smokey Joe’s Café de allá. No queríamos hacer una maqueta pero tampoco una versión “argenta”. Por eso cantan en inglés. Toda esta complejidad había que unirla y que el público se quede con un espíritu propio y nuestro.


-Esta cuestión de la traducción o no. Si se hiciera un musical de The Beatles, en vez de cantar “Yesterday”, se traduce y se canta en español, no queda muy bien.

– Coincido plenamente. Además, hay artistas como los Beatles, los Stones que, al día de hoy, son universales. Por eso se escuchan en idioma original. Esto se ve en las canciones de “Smokey Joe’s Cafe”. Además, en el caso de Leiber & Stoller, siempre hay algún artista por década, que reedita alguna de sus canciones y la transforma en un nuevo éxito. Se vuelven a poner de moda temas como “Stand by me”. Más allá del musical, Leiber & Stoller tienen cientos de temas compuestos que son muy conocidos. Está “Hound dog”, que lo interpretaba Big Mama Thornton. Es más, el personaje de la obra está inspirado en Big Mama Thornton. Es en la escena del bar en la que Belén Cabrera hace un pedacito de “Hound dog”, después de “Treat me nice”. Ella es una excelente intérprete. Todo un hallazgo. Más con los veinte años que tiene….


-Hay influencia de Aretha Franklin ahí….

– Si. Fue un rol muy difícil para encontrar. En la audición se presentó gente muy talentosa pero que no tenía esa particularidad y sello. Esa voz y ese color tan particular. Belén apareció por You Tube.


-¿Si?

– Si, si. Al no encontrar gente para ese rol, empezamos a hacer una búsqueda de personas que cantaran gospel. La primera persona que apareció fue Belén. La escuché en una grabación y pensé que si esta chica cantaba asi en una filmación –que decían que era en vivo-, la queríamos ver. La llamamos, audicionó y fue impecable. Supimos que era ella la indicada para el personaje.


-Se notó muy suelto al elenco, que no es de cantantes tan conocidos.

– Ese es otro punto. Más allá que está Diego Jaraz o Patricia Lorca, que ya tienen experiencia, nos interesaba la posibilidad de darle espacio a gente que es muy talentosa pero no es tan vista. Lamentablemente, en el circuito del musical se repiten muchísimo los actores y los cantantes. No estoy de acuerdo con eso. Hay otros tantos que vienen estudiando mucho pero no tienen espacio. No son tenidos en cuenta. Uno de mis objetivos, de mis premisas fue eso. Hagamos una audición pero pongamos foco en quienes no tienen espacio.  Me parece que es necesario que los roles que le corresponden a los jóvenes, lo hagan jóvenes y no otros actores que no les da el physique du rol. Esto no va en detrimento de la calidad del actor, pero si el personaje es de veinte años….Hay un capricho y cierto snobismo por decir “esto vende” y la verdad, no estamos hablando de Susana Gimenez. Digo, es gente conocida dentro del ámbito del musical pero no son “famosos”. No son “cortadores de entradas”. Hay mucho mito con eso de “pongamos el nombre”. Los que cortan entradas son personas hiperfamosas que estan atravesadas por la televisión.


-Hubo un boom con los musicales….

– Primeramente, te digo que “Smokey Joe Café”  no es un musical, ni una comedia musical. Ninguno de nosotros lo vive asi. Es un tributo al rock and roll. No tiene texto en ningún momento y después está basado en canciones icónicas de los años 50. Lo preponderante es la música y la orquesta en vivo. Está todo focalizado en la música de esos dos genios como Leiber & Stoller. De ninguna manera es una comedia musical. Si te pones a observar, los chicos podrían estar parados, cantando y sería igual de genial pero están en constante movimiento. Se mueven mucho por el escenario. Contamos con una coreógrafa fantástica como Delfina García Escudero que fue genial lo que hizo. Con ella pensamos que los chicos sepan que tienen una historia sólida para contar. Si bien desde el libro no lo pide, como director quería que los chicos tuvieran un rumbo interno. Que no fueran canciones sueltas para ellos.


-Te encargaste de la dirección actoral propiamente dicha…

– Fue uno de los requerimientos. El día de la audición final, les pregunté si estaban dispuestos a entrenar actoralmente porque la mayoría son cantantes. Quería saber si iban a entrenar cierto trabajo grupal para desarrollar arriba del escenario y a su vez, cierto rendimiento con lo que estaban haciendo.


-También está la cuestión que el cantante no es actor o el actor canta hasta ahí nomás…

– Es difícil al cantante de su paradigma. Está entrenado únicamente en eso. El cantante está parado en el “yo canto solo”. El trabajo del actor es en relación con un “otro” muy claro. No es un entrenamiento solitario. Desde esa premisa, al cantante le cuesta conectar con lo grupal. Esta puesta requiere de esa conexión grupal profunda porque habla de un grupo de amigos que evolucionan a través del tiempo. Hablamos de sentimientos y emociones universales que nos atraviesan a todos. El foco está puesto en captar esas emociones y sentimientos que nos atraviesan a todos.  


-¿Fue decisión tuya que haya poca escenografía?

– Si porque quise respetar el espíritu original de la puesta, donde la escenografía acompaña. Es lo que pasa en los movimientos. Acompaña a los actores y nada más. No tiene nada rimbombante de Broadway. Más allá que no es una copia literal, quise rescatar eso.


-¿Y la utilización de los paneles, que separan a la banda del escenario?

– Es parecido a lo de Broadway. Es una de una simpleza enorme pero es allí donde radica su riqueza. Lo difícil de lo vocal se mixtura con la simpleza de los paneles.


-Si te pregunto por la banda….

– Tiene una vida de quince años tocando juntos, como banda, siendo su líder Sandra Stopar, la saxofonista. El que sea una banda fue un gran beneficio por el ensamble. No son sesionistas. Suenan muy bien y es notorio que se conocen mucho. Ellos llegaron el primer día de ensayo con la hora cuarenta de música que hay en el espectáculo, aprendida. La banda habrá hecho algún arreglo pero será el 1% por una cuestión de técnica nuestra, como tiempos y eso.


-Por la forma en que se encaró la puesta, ¿no sentís que estas luchando contra molinos de viento?

– Si, ese es otro merito de la puesta. Pareciera que, cuando no estas dentro del circuito de los “megamusicales”, es un poco asi. Igual, el foco está puesto en la gente. Siempre hablé y les pedí a los chicos, “olvidarnos de los detractores, los que saben y conocen como funciona esto”. Hagamos foco en la persona que viene a comprar la entrada, juntando el manguito y quiere transmitir que esto siga funcionando. A los que tenemos que conmover y tenemos que llegar es a la gente.


-¿Es tu primer musical….?

– Si, es el primero grande-grande. Hice otros pero no en este circuito. Eventos con cantantes, actores y bailarines pero no en el circuito teatral. Para mi, esto es un desafío pero lo fui viviendo paso a paso. No fue algo traumático. Muy día a día. La etapa de las audiciones, de los ensayos y el ensamblaje de todo. El tiempo se fue pasando velozmente pero respetándose cada etapa. De repente, un día estrenemos y fue todo asi. Voy al día a día y que pase lo que tiene que pasar.


Smokey Joe Café. Teatro de la Comedia. Rodriguez Peña 1062. Lunes, 21 hs.

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