Es un jugador que atravesó el campo de futbol con su talento y un carisma sin igual. En el barrio sería aquél que es mirado con desconfianza porque tiene pinta, viene de punta en blanco a la canchita y después, ¡juega bien! (ojo, no tiene el talento de D10S ni de Messi pero tiene lo suyo).
Hacemos esta breve – y para muchos, “básica”- descripción de David Beckham para situar a un personaje riquísimo para el abordaje y que, para el público argentino, tiene un gusto particular. Lindo e inglés, es un combo ineludible para ubicarlo en las antípodas del “aguante” argento. Aqui, ya hay una pequeña y sana gambeta. Aquél que le gusta el fútbol debe tener la capacidad para abrir la cabeza y ver esta miniserie con la curiosidad propia de quien toca un tema común para todos. Dejar prejuicios de lado para descubrir un lado B –de Beckham- que se extiende hacia otras latitudes.
En cuatro capítulos con una duración que pasa como el agua, -mérito exclusivo de la dirección de Fisher Stevens-, se recorre la vida de un David Robert Joseph Beckham que no siempre la tuvo fácil. A caballo de su pasión por el fútbol y el fanatismo de su padre por el Manchester United, inicia su carrera desde temprana edad. No obstante, el enfoque de la miniserie se inicia no en sus comienzos sino en una circunstancia bisagra de su carrera. Es su expulsión en el Mundial de Francia 1998 jugando para Inglaterra, contra Argentina y la posterior derrota por penales contra los “argies”.
A partir de ese momento, comienza el ida y vuelta a través del tiempo para después retomar la cronología de los hechos. Amén de lo que toca al público argentino (y la sonrisa que se esboza), es un puntapié inicial tan poderoso como atrapante. El haber tenido todo y después caer barranca abajo, dan cuenta del carácter de un Beckham que siempre estuvo atravesado por los preconceptos, tanto para su beneficio como para bajarle el precio a su carrera. El proceso que tuvo que llevar a cabo para sobreponerse por completo (¿pudo?) a ese hecho puntual.
La miniserie aborda las dos caras de Beckham que, parecieran ser contrapuestas pero que, en él, se complementan. El jugador de futbol y la de estrella de los medios en su faceta de modelo. La lucha –que no es tal dentro suyo pero si para su contexto- en pos de que ambas convivan en armonía. Su matrimonio con Victoria Adams, integrante de las Spice Girls, es fundamental en el desarrollo de este aspecto. Justamente, es por demás interesante prestar atención a las opiniones contrapuestas que tienen. La perlita respecto a la pertenencia a la “clase trabajadora” es reveladora por lo dicho por Victoria y la refutación de David (hijo de un empleado de una fábrica y una peluquera).
Los testimonios son una delicia en sí misma. Más que nada para los amantes del fútbol. Desde Ronaldo y Roberto Carlos (compañeros de Becks en el Real Madrid) pasando por Lando Donovan (Los Angeles Galaxy), Ole Gunnar Solskjær, Gary Neville (del Manchester United), Diego Simeone (a quien le pega la patada en el partido contra Argentina en el Mundial de Francia), hasta el enorme Eric Cantoná y Sir Alex “the boss” Ferguson (estrella y mítico DT de los Diablos Rojos del ManU, respectivamente). Será la palabra de Ferguson la que entre en mayor contrapunto con el estilo de vida de Beckham. Disciplinado, con la prioridad puesta en el grupo y en el trabajo, el DT es parte fundamental del relato.
El uso de cámaras y la elección de los lugares de filmación forman parte de la construcción del personaje que es David Beckham. Un gran hallazgo es el primerísimo primer plano para captar sus emociones frente a determinados hechos de su vida. Capta la mirada que no puede mentir ante lo ocurrido, ya sea para bien o para mal.
Otro tanto puede decirse respecto a la utilización del archivo de imágenes en la construcción profesional con las características que mencionamos. El chico de Manchester y la estrella. David y “Becks” junto con todo lo que movía a su alrededor. Las declaraciones de Florentino Perez, mandamás del Real Madrid sobre el incremento de las finanzas del club en un 300%. El Rey Midas del futbol llegaba a la Casa Blanca con todas las dudas respecto de sus capacidades. Como no podía ser de otra manera, se esboza -y no se profundiza- el episodio de una amante que habría tenido, que puso en jaque a su matrimonio con la Spice.
Su paso por Estados Unidos, Italia y Francia también es mostrado con el mismo rigor que los anteriores. Nuevos desafíos en una carrera deportiva que es de las más increíbles y destacadas del fútbol mundial. Inclusive, más de uno se sorprenderá al recordar el paso de Beckham por el Milan o el Paris Saint Germain en los que ganó sendos títulos. El «resultadista» podrá ver como ha ganado títulos en todos los clubes en los que jugó.
El perfil empresario surge apenas finalizada su etapa de futbolista. Nada mejor que instalarse en Miami para encarar nuevos emprendimientos que lo mostrarán destacándose a partir de su constancia e hiperactividad. Etapa que incluye a un tal Lionel Messi….
No obstante, hay algunos detalles que no deben pasarse de largo. Tal como ocurre con la presencia de los medios –paparazzis incluídos- en el tráfico y abuso en el consumo de noticias. El escarnio público que sufrió Beckham tras el incidente Simeone, en su propio país, fue terrible. Ahí surge la pregunta contrafactica respecto a que hubiera ocurrido si en esa época había celulares y redes sociales.
Otro punto a considerar, por lo ocurrido, es la forma en que aparece la salud mental. Como afecta al individuo la visión del otro y más aún si hay una influencia externa –llámese medios- en el carácter de la persona. La posibilidad de sobreponerse a los insultos, depresiones de por medio, para salir a la palestra más fuertes. Pero ojo, esto no es lo más común. Se debe contar con una personalidad fuerte al respecto. El propio Beckham dice que su método fue “bien de clase trabajadora. Meter todo adentro y seguir”. La diferencia generacional en tanto a la psicología y su abordaje es más que palpable. Recordemos lo que fue la declaración de Emiliano “Dibu” Martínez respecto a la influencia de un psicólogo. Por eso, ¿se imaginan lo que hubiera pasado si en 1998 Beckham contrataba a un profesional para que lo ayude?
El espectador podrá sorprenderse como su propia visión puede cambiar a medida que pasan los cuatro capítulos. Es ver como emerge ese chico de Manchester, un tanto tímido en sus modos, se desarrolla en variados aspectos que lo superan. Familiero y absolutamente comprometido con su pareja y su familia, es el galán que termina siendo aquél con quien uno se tomaría un vino para charlar. Establece una proximidad que elude todo aquello que se pensaba de él.
Con una duración exacta y una cadencia que atrapa tanto a quien le gusta el fútbol como el personaje en sí, “Beckham” se interna en la vida y obra del primer ícono mediático de la historia. Previo esto, a la explosión de las redes sociales y con una carrera plagada de éxitos. Algo por demás destacable en tiempos de ídolos de IG que carecen de mérito alguno.
Ficha técnica.
«Beckham» (Reino Unido/2023). Dirección: Fisher Stevens. Fotografía: Tim Cragg. Música: Camilo Forero y Anze Rozman. Con David Beckham, Victoria Adams, Alex Ferguson, Eric Cantona, Gary Neville, Ronaldo Nazário, Paul Scholes, Paul Ince, Roy Keane, Roberto Carlos, Luis Figo, Landon Donovan, John Carlin, Diego Simeone, Rio Ferdinand y más. Edición: Michael Harte. Duración: 282 minutos. Episodio 1: La patada / The Kick (71 minutos). Episodio 2: El rojo de la pasión / Seeing Red (66 minutos). Episodio 3: Bolas de Oro / Golden Balls (69 minutos). Episodio 4: ¿Qué persigue David? / What makes David Run (76 minutos). Disponible en Netflix.