El pasado año 2015 tuvo momentos y situaciones que fueron más allá de obras propiamente dichas y que no podíamos dejar de mencionar.
Teatro Bombón cobijó a Facundo Rubiño y su gran «Corazón delator» |
Tal fue el caso de ciclos y festivales de calidad que se han generado en los últimos años.
En primer caso, nombraremos a Teatro Bombón, ciclo que presenta obras con una duración máxima de 30 minutos y se desarrolla en La Casona Iluminada. En el 2015, contó con puestas de alta calidad tal como “Salón Skeffington” (de Silvio Lang), “Nuestros hijos” (versión libre para cinco actores de la obra homónima, de Florencio Sánchez, pergeñada por Adrián Canale), “Mis tres hermanas” (adaptación del clásico de Chejov a cargo de Marcelo Savignone) o “Corazón delator” (basada en el cuento de Edgar Allan Poe, dirigida por Facundo Rubiño), solo por nombrar algunas de la gran variedad de propuestas que albergó.
Otro tanto podría decirse del ciclo Variaciones, de Centro Cultural San Martín que tuvo en “Brecht” una de las mejores puestas del 2015 y a “Meyerhold, Freakshow del infortunio del teatro”, que brilló en el 2014, realizando su segunda temporada en el Margarita Xirgu.
Dos festivales que se realizaron con éxito tanto de calidad como de público fueron el Festival Temporada Alta y el ELTI. En el caso del primero, se está desarrollando la cuarta edición consecutiva de un festival que se ha transformado en una cita obligatoria del verano porteño. De hecho, al momento de publicarse este informe, se encuentra en pleno desarrollo con una variada programación que cuenta con elencos de Cataluña, México, Uruguay, Chile y Argentina.
En cambio, el ELTI (Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente) realizó su tercera edición en el 2015 con puestas de Cuba, Bolivia, Chile, Ecuador, México y Argentina.
Dentro del marco de los festivales, mencionaremos la organización y la programación del IX Festival del Humor y el 10° Festival Internacional Mercosur, realizados en la ciudad de Córdoba en los meses de junio y octubre, respectivamente.
Asi como mencionamos a La Casona Iluminada y Teatro Bombón, no podemos dejar de mencionar espacios donde el teatro impera con calidad y una idea precisa al respecto. El Teatro del Abasto, Timbre 4, La Carpintería, El Kafka, Espacio Polonia, Vera Vera y El Elefante Teatro son algunos de ellos. No podemos dejar de mencionar a los hacedores de los mismos tal como Norma Montenegro, Rubén Sabadini o Lisandro Rodriguez. En el caso de Rodriguez, tuvo un 2015 donde no solo hizo cine sino que llevó adelante una búsqueda constante a nivel artístico. Hizo un “Hamlet”, creó la sublime “Un trabajo” junto con Elisa Carricajo y cerró el año con la inquietante “Duros”. Talento y coherencia en una tarea destacable al 100% que debería ser ejemplo entre tanto que promete y no cumple, hippie con Osde, esnobismo cool y anarquista que quiere la revolución social pero no sabe vender un libro.
Durante el 2015, fuimos a ver algunos musicales y nos tomamos el tiempo para destacar a “Smokey Joe’s Café”, “Daliniana” y “Los Monstruos”. La primera de las mencionadas estaba basada en la música de Jerry Leiber y Mike Stoller al tiempo que creó una historia sencilla asentada sobre los clásicos de la afamada dupla. Amor, traición y corazones en danza bailan rock and roll con clásicos del calibre de “Hound Dog”, “Searchin’, o “Kansas City” que, como suele ocurrir en innumerables ocasiones, terminan siendo reconocidas y asignadas a los intérpretes, más allá de la composición. En la tierra de los musicales, hacía falta rock and roll entre tanto pop, purpurina y grito que terminaban pasteurizando historias que no iban más allá de una fábula moderna.
Smokey Joe’s Café le puso rock clásico a los musicales porteños |
En el caso de “Daliniana”, Mariano Taccagni se sumergió en la pasión que atravesó la vida del gran Salvador Dali pero lo hizo a través de un trabajo serio en su concepción, sin caer en clichés u obviedades. Diego Bros es un excelente Dali que se complementa con acierto con Flavia de Luca, quien será Gala, musa inspiradora y amor eterno del eximio pintor.
Con “Los Monstruos”, Emiliano Dionisi se encargó de la dramaturgia y dirección de una puesta que toca el tema de la crianza de aquellos hijos que responden a particularidades que los hacen “únicos” en un mundo que no acepta con facilidad a aquellos que se salen de ciertas normativas sociales. El concepto de “monstruo” muta tanto en su definición como en quien detentaría el mismo. Esa gran dupla compuesta por Natalia Cociuffo y Mariano Chiesa dan vida a Sandra y Claudio, padres que deben afrontar un mundo peligroso para sus hijos sin saber en que lugar pueden quedar ubicados ellos mismos.
Al igual que años anteriores, los reestrenos dieron cuenta de la calidad y productividad del teatro porteño. No obstante, también dio cuenta de cuando fueron estrenadas las mismas y como, en algunos casos, las nuevas creaciones no podían competir con los reestrenos. Se produjo la vuelta de obras de sublime calidad, tal como las puestas del Grupo Catalinas Sur (“El fulgor argentino” y “Carpa quemada” –ganadora de los Premios Trinidad Guevara 2013 a Mejor Director y Creatividad en Diseño de Vestuario-), los unipersonales de Juan Pablo Geretto como “La maestra normal” y “Como quien oye llover”, los éxitos de Claudio Tolcachir que llegaron a calle Corrientes tras años de obtener prestigio en el teatro independiente y giras por todo el mundo, tal como fue “La omisión de la familia Coleman” y “El viento en un violín”.
«Asuntos pendientes», la última puesta de Pavlovsky |
Como viene ocurriendo en los últimos años, los unipersonales femeninos tuvieron un fuerte protagonismo por lo que el reestreno de muchos de ellos no fue una sorpresa. Por el contrario, se agradeció la vuelta de “Para mi sos hermosa”, “Trópico del Plata”, el díptico “Maestra Serial-Ogresa de Barracas”, “La Fiera” y “La mujer puerca”.
Los musicales tuvieron sus reestrenos de calidad con “Forever young”, “La bestia rubia” y “Boyscout”. Tampoco nos olvidamos de la sublime “La Celia” con la genial Ivanna Rossi. El teatro de objetos tuvo en “El viaje de Hervé” el retorno de uno de sus puntales en los últimos años.
Rafael Spregelburd volvió con su genial “Spam” al tiempo que “Othelo”, la sublime versión del clásico shakespereano en clave de clown, se consolidaba nuevamente como uno de los números de mayor renombre de la escena porteña del teatro independiente. “En el Fondo” continuó su camino por diversos festivales con gran éxito, siempre concientizando con respecto a la violencia de género y la trata de personas. “Electric mama” o “Crol” fueron otras dos puestas que volvieron, con dos propuestas por demás recomendables. También había vuelto la polémica “Asuntos pendientes” puesta que, a la postre, sería la última creación del genial Eduardo “Tato” Pavlovsky.
Otra puesta a destacar es “Indiscriminadamente discriminados”, a cargo de la Compañía Teatral La Oveja Negra. Con la idea de realizar un teatro integrador, la obra da cuenta de diversos relatos sobre la discriminación y el abuso de poder. La puesta obtuvo una mención en los premios Luisa Vehíl.
«Indiscriminadamente discriminados», teatro por la integración |
En otro aspecto, pero también relacionado con el teatro, mencionaremos la consolidación de la Editorial Escénicas Sociales no solo en la publicación de puestas teatrales de probada calidad, con sus respectivos análisis críticos sino a través de textos académicos sobre el teatro y su relación con la comunicación. Una alternativa que busca alejarse de monopolios que buscan implementar una idea única –con la correspondiente complicidad de muchos interesados- a través de la seriedad en la investigación y difusión de nuevos materiales. La idea es abrir nuevos vínculos de investigación, difusión y debate de la actividad teatral.
Al respecto, en los últimos meses del 2015, hubo cierta revisión sobre el rol de la crítica y su función. Desde este espacio, realizamos una rica charla con Ruben Szuchmacher y Alan Robinson asi como participamos de reportajes y mesas de discusión.
Al respecto, volvemos a hacer mención que, si hay una crítica que no es tal, también deberíamos preguntarnos si la única crítica valedera es la que habla bien de todos los espectáculos, quedando bien con la “sensibilidad” del artista. Porque….quienes la validan son los propios artistas que no toleran una opinión que no pueda dar cuenta de su talento inconmensurable y algunos agentes de prensa que legitiman a “megusteadores seriales”. Éste es otro punto a cuestionar porque estos obsecuentes disfrazados de periodistas solamente levantan una gacetilla para adornarla con algunos adjetivos y difundirla por todas las redes sociales. Si hay un chancho, es porque también hay alguien que le da de comer.
Para el final, y hablando de complicidades de variado índole, ocurre lo mismo con los jurados de diversos premios. Algunos tienen más integrantes que el Senado –sabe Dios como será una votación para una terna….je!-, otros son obedientes cumplidores de las órdenes del mercado, premiando bodrios de la calle Corrientes y estrellas de la Televisión y finalmente, los jurados que atrasan años en sus evaluaciones. Todo esto, sin contar con algún que otro miembro de jurado eternizado en sus cargo, impidiendo cualquier tipo de renovación en los cargos.
Pedimos que este nuevo año nos traiga calidad y coherencia para este ámbito que tanto amamos que es el teatro y por sobre todas las cosas, libertad para que los artistas se desarrollen en su tarea, sin clausuras arbitrarias por parte de un gobierno que no entiende lo que significa la cultura.
Ahora si…..se larga el 2016 a nivel teatral.