Ay Carmela! (Teatro)


Riesgo y libertad

De  José Sanchís Sinisterra. Con Fernando Cueto y Verónica Faral. Vestuario, escenografía e iluminación: Giles / Britti. Música: Guillermo Sánchez De Cos. Asistencia de dirección:  Carlos Torrado. Dirección: Alejandro Giles.

Andamio 90. Paraná 660. Domingos, 18.30 hs.

Paulino está solo, en el escenario. La busca y no la encuentra hasta que…ella aparece radiante, como un sol. Carmela es fresca, combativa y de fuerte temperamento; él es tranquilo, más diplomático. Estas diferencias los ubica en el marco de la Guerra Civil Española, momento álgido de la historia del siglo XX.

Ambos representan dos tesituras frente a la vida pero ojo, a no confundirse, la puesta no cae en un panfleto sino que le da una vuelta de tuerca a esa dicotomía –muy en boga hoy en día- del artista comprometido con su tiempo y aquél que prefiere a mantenerse dentro de las fronteras de su arte, desconociendo el contexto en el que vive. Esta dicotomía es extensible a muchos órdenes de la vida y en este caso, se logra el cometido de plantear el debate sobre tablas pero con humor, ironía y sarcasmo. No hay agresividad entre ellos salvo el mantener sus ideas a rajatabla. Pero Carmela está contra el mundo. Ella ha visto lo que muchos vieron una vez, para después dejar de ser parte de ese conflicto. Una situación en la que la barbarie busca imponerse sobre la libertad, con ideas que atrasan años. Porque en la vida, siempre hay que tomar decisiones y el elegir siempre es un derecho bienvenido.

La puesta cuenta con una iluminación precisa, que será la que ubique a la pareja y se convertirá, casi en un personaje más junto con Carmela a quien le sigue los pasos, mientras va y viene, previo momento de realizar la obra para parte de la cúpula falangista. Será la iluminación la encargada no solo de crear los climas de la puesta sino la que le permite a Carmela viajar a través del tiempo. El texto es hermoso y no solo apela a la emoción y a la complicidad frente a los acontecimientos sino a la memoria. Para que no ocurra lo que ocurrió, con consecuencias que al día de hoy se sufren en tanto no haya Justicia.
Las actuaciones de Fernando Cueto y Verónica Faral son sentidas y justas. Dotan a sus personajes de sensibilidad y también coherencia en tanto sus propias ideas aunque con las particularidades que implica la conducta propia de cada uno de ellos. Las consecuencias serán diferentes y es allí donde las actuaciones de  Fernando Cueto y Verónica Faral logran un gran nivel. El ritmo y el dinamismo de la puesta dan cuenta del muy buen trabajo realizado desde la dirección en pos de enaltecer un texto de por si, riquísimo.

“Ay Carmela” es de esas obras cuyo enorme capital de sensibilidad le permite que el reir y el llorar convivan todo el tiempo pero sin dejar de reflexionar respecto de lo acontecido.    

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