Hombre de ningún lugar
De Henrik Ibsen. Con Uki Cappellari, Sebastián Dartayete, Pablo Flores Maini, Gabriela Giusti, María Marta Guitart, José Márquez y Tina Piñero. Vestuario: Paula Molina. Asistencia de dirección: Cristina Sisca.Co-producción: Querida Elena. Versión y Dirección Mónica Benavidez.
Querida Elena. Pi y Margall 1124. Martes, 21 hs.
Hay un oasis de creatividad teatral en la ciudad de Buenos Aires, que se asienta en el espacio en el cual se encuentra ubicado. Querida Elena sostiene su esencia en revisitar obras no tan conocidas de clásicos (y no tanto –recordar “El deseo atrapado por la cola”, de Pablo Picasso, una gema presentada en el 2017-), utilizando las distintas habitaciones y patios que conforman la hermosa casa de Pi y Margall 1124.
En este caso, Mónica Benavidez rescata a “Borkman”, uno de los últimos textos de la obra del gran Henrik Ibsen, y lo lleva al patio trasero de Querida Elena. Esto no es una imagen poética sino que es absolutamente real. Unas pocas sillas se ubican frente a una verja para albergar a los privilegiados que puedan contemplar una historia de lealtad, amor y libertad.
El enfrentamiento inicial entre las hermanas Ela (tía de noble corazón) y Gunhilda (madre de frío corazón) por el amor y la compañia del joven Earhart, antecede a la problemática que atraviesa al hombre que da título a la obra. Su caída en desgracia y posterior prisión por malversación de fondos en un banco, lo recluye en una habitación, desterrado del mundo. Pero a lo fácilmente apreciable a simple vista, el ojo atento apreciará que hay algo más.
A la riqueza propia de la pluma de Ibsen, se establece un diálogo con un contexto actual que no respondería a esos parámetros que atraviesan la puesta. Lo que era una afrenta pasó a ser un simple error que va más allá de herir la dignidad del individuo. El deseo del individuo frente a las presiones sociales da la pauta que el tironeo entre el deber y el querer, no siempre van de la mano. Una especie de “Should I stay or should I go” que tendra en la señora Wilton un factor de tanta discordia como de cambio personal.
Con un vestuario acorde a la época en que se desarrolla el relato, el viaje a través del tiempo es tan inevitable como curioso. El marco adecuado, en medio de un texto que capta la atención del espectador, permite un desarrollo dinámico y cautivante. El elenco toma al pie de la letra lo escrito por Ibsen y la adaptación de Benavidez, manteniendo la tensión a lo requerido, con la dupla Uki Cappellari y María Marta Guitart disputándose algo más que el amor de un joven.
“Borkman” tiene varios puntos a considerar pero primeramente, es el llevar adelante un texto oculto de Ibsen en el marco de ese espacio que merece ser disfrutado por el público, llamado Querida Elena.
Excelente reseña. No se la pierdan!! Realmente es un momento teatral que vale la pena.