Las cosas del querer
Dramaturgia y dirección: Fabián Caero. Con Fabian Caero, Mariano Lorenzo, Juan Carlos Maidana, Néstor Pedace y Mariano Terré. Vestuario y escenografía: Maximiliano Florencio. Diseño de luces: Fabian Caero y Mara Teit. Diseño gráfico: Maximiliano Florencio. Asistencia: Alejandra Martínez y Mara Teit. Producción: Centro Cultural El Deseo y Mara Teit. Dirección: Fabian Caero. Duración: 70 minutos
Centro Cultural El Deseo. Saavedra 569. Viernes, 20.30 h.
La soledad no es una compañía muy requerida. Más aún con el paso de los años y las ausencias que terminan siendo mayores que las presencias. También vale pensar que las primeras mencionadas no son sólo por cuestiones naturales sino por aquellas situaciones propias de la vida.
Cuatro mujeres se juntan para ensayar una serie de canciones para realizar alguna presentación buscando reverdecer laureles de antaño. El tiempo pasó para todas, así como vidas que, en ocasiones, no las ha favorecido. Como dice una canción de otros tiempos. “Son las cosas de la vida”, aquellas que “no tienen fin ni principio. Ni tiene cómo, ni por qué”.
El texto de Fabián Caero posee diversas lecturas. Su riqueza radica en que tira el anzuelo de la comedia y el humor que apela a la situación graciosa, de fácil reconocimiento por parte del público. Pero hay una capa que merece ser descubierta y visibilizada. Es la que se ubica detrás de la historia de los personajes. Las vivencias de estas mujeres en las que los momentos de alegría no fueron muy abundantes. Ahí es donde la reflexión se instala en los presentes. El trato a los adultos mayores, la violencia de género, el maltrato y la infidelidad son tópicos que se toman con la seriedad propia de una comedia. Por eso, cada línea está muy bien desarrollada sin caer en ningún tipo de banalizaciones. Es más, impacta de mayor y mejor manera.
Las actuaciones del elenco masculino son elocuentes y de calidad. Cada una de las mujeres que encarnan, cuenta con una personalidad bien identificable, permitiendo un guiño constante. La risa es palpable, tanto como alguna incomodidad que «pica» solo en lugares conocidos de manera privada por la persona. La ironía y la parodia son fundamentales en el trazo grueso de las mismas. El vestuario y la escenografía, de vivos colores contribuyen a la creación de sentido.
Divertida y ponzoñosa, “Como quien quita un dolor” es una comedia ácida que deja al público con una tensión palpable matizada por una risa fuerte y visible. Es la jocosidad que, apenas empieza a bajar, muestra una puesta más que recomendable, para disfrutar y reflexionar.