Dramaturgia y dirección: Jorge Acebo. Con Nicolás Condito, Jorge Diez, Natalia Pascale, Mariela Rodríguez y Marcela Ruiz. Voz en Off: Alejandro Awada, Hilda Bernard y Edward “polaco” Nutkiewicz. Maquillaje: Martín Caramés. Diseño de luces: Paula Fraga. Edición de sonido: Juan Pelliza. Operación de luces: Marcos Zalazar. Fotografía: Marcela Adad. Diseño gráfico: Angie Figueroa. Producción: Aleteo De Mariposa. Colaboración En Trailer: Violeta Diez.
Teatro Payró. San Martín 766. Viernes, 21.30 hs.
Justamente, en el texto radica la riqueza de la puesta. Sus palabras y el sentido de las mismas en la forma en que se construye no solo el escenario de los acontecimientos, sino el mundo interno de la familia es rica en la creación de sentido. Como la gota que horada la piedra, el mecanismo de las ideas y alusiones a las que apela el texto impactará de manera diferente a cada espectador, siendo este el que complete, de acuerdo a su propia individualidad, lo dicho sobre tablas. Será en ese momento de intersección entre lo expresado por la dramaturgia y la aprehensión por parte del público donde se producirá el quiebre. Preguntas sin respuesta. ¿Está bien o está mal? ¿Comprendo pero justifico? Cuantas dudas, ¿no? Más aún si uno ya sabe las respuestas de antemano….
Como hemos dicho, la dramaturgia y la dirección de Acebo fueron fundamentales para llevar a buen puerto la obra. Incluso dándole un ritmo, en ciertos momentos, cansino en los que “parece que no pasa nada” pero está pasando todo. Solo que….¡hay que prestar un poquito más de atención! La puesta se asienta en los protagónicos de Jorge Diez y Marcela Ruiz, quien compone a una madre justa en su quirúrgica y planificada ponzoña.
Los últimos diez minutos son fabulosos. Acebo condensa en esa pócima de tiempo, no solo el desenlace de su puesta sino la forma en que se resignifican las informaciones a gusto y piaccere de su propio consumidor.
«Cuando el tiempo está después” es una puesta de gran valor que va más allá de la literalidad de sus palabras para abrir un mundo nuevo de corrosión y preguntas insidiosas que vale la pena atravesar.