La era de la inmadurez
Dramaturgia y dirección: Alfredo Martín. Con Cecilia Antuña, Alberto Astorga, Julian Bellegia, Gonzalo Camiletti, Luis Dartiguelongue, Rubén Di Bello, Ignacio Dolivo, Guillermo Ferraro, Francisco Gonzalez Franco, Alfredo Martín, Luciana Procaccini, Martín Savo y Gabriela Villalonga. Vestuario: Ana Revello. Escenografía: Alejandro Alonso. Iluminación: Pehuen Stordeur.
Andamio 90. Paraná 660. Viernes, 22.30 hs
Las normas educativas – no solo las que se enseñan/aprenden en el colegio- y todas aquellas que componen el soporte de “respeto” y “buenas costumbres” es puesto en tela de juicio en una puesta de interesante comienzo pero sinuoso desarrollo. Aquí, Joseph Kowalsky, un hombre de más de treinta años, regresa a su adolescencia a partir de la intervención de su maestro, el profesor Pimko; quien lo lleva de vuelta al colegio secundario. De más está decir que Kowalsky vive con su familia y dice tener un talento que nunca termina de desarrollarse. O sea, cualquier adulto adolescente inmaduro que pulula por Capital Federal, con mentalidad de Peter Pan, podría ser el correlato de este personaje.
Más allá de esta identificación actual, Kowalsky no quiere crecer y debe enfrentarse a una vuelta a un mundo que añora y al que pondrá en tela de juicio a través de la contemplación de las relaciones que tienen sus compañeros adolescentes y sus respectivas familias. La hipocresía, la inmadurez, la falta de decisión en la concreción de los deseos y las fachadas en pos de un buen nombre son puestas en tela de juicio con el devenir de los hechos. El gran inconveniente es que son varios los devenires y terminan constituyendo una avalancha de hechos y reiteraciones que obtienen el efecto contrario al buscado. Con varios minutos menos, la puesta hubiese sido más sólida en todos sus deseos y concreciones. Las actuaciones son correctas y la escenografía es buena, logrando constituir los diversos espacios con pocos elementos.
“Desde la forma” se queda en tantas cosas que quiso criticar pero por su excesiva extensión no termina de lograr el objetivo deseado.