Como las buenas ideas parten siempre de la sencillez, “La Parka” no es la excepción ya que parte de la búsqueda del joven Felipe por recuperar a su novia Guadalupe, recién fallecida, de las manos de la muerte. Gladiolo y el Ahorcado son los encargados de manejar la parte “burocrática” de los dominios de La Parka, que someterá a Felipe a las diversas pruebas si realmente quiere volver a tener en sus brazos a su amada. La gran cantidad de mundos que se perciben en este colorido y despampanante musical va desde la estética pop al comic, pasando por Prince, los Beatles, Cha cha chá y Tim Burton. Como no podía ser de otra manera, la acidez de la propuesta se aprecia en sus guiños a situaciones referidas a los medios de comunicación y las buenas costumbres.
El libro y las canciones son acordes a toda la propuesta y no se alejan de esta situación, logrando, lo que sería en música, un disco conceptual de gran valor artístico. A medida que va transcurriendo la puesta, sorprende a cada momento al espectador pero no con un rítmo frenético sino con la utilización de los variados recursos que utiliza con muy buen tino. Las actuaciones son gran nivel ya que cuenta con jóvenes artistas de vasta experiencia. Roberto Peloni es una “Parka”, de alto nivel, que denota, con un histrionismo exacto, sus habilidades para la comedia mientras que Facundo Rubiño es “Gladiolo”, una excelente composición para un personaje muy rico al que le saca todo el jugo posible. Ellos encabezan un elenco excelente, en el cual la forma en que se toma la vida, la muerte y el destino es amplia y con variadas miradas al respecto.
“La Parka” ya ha ganado varios premios y es (a ojos de quien esto escribe) el musical del año. No caben dudas que es de lo mejor de los ensambles de los últimos años. Para ver, disfrutar y volver a ver.