El inspector (Teatro)

Del siglo XIX a nuestros días.


Autoría: Nikolai Gógol. Versión y dirección: Daniel Veronese. Con Jorge Suarez, Carlos Belloso, Maria Figueras, Mauricio Minetti, Maida Andrenacci, Gabo Correa, Lautaro Delgado, Gonzalo Urtizberea, Guillermo Aragones, Ximena Banús, Pablo Finamore, Paula Ituriza, Daniel Kargieman, Sebastián Mogordoy, Agustín Vásquez Corbalán y Marcelo Xicarts. Vestuario: Laura Singh. Escenografía: Jorge Ferrari. Iluminación: Eli Sirlin. Director asistente: Gonzalo Martínez


Teatro San Martín. Av Corrientes 1530. Miércoles a domingo, 20.30 hs.


El paso del tiempo es uno de los hándicaps más importantes que deben afrontar las obras, cuando vuelven a tomar el escenario para inundarlo con su poética. Tal es el caso de “El inspector” de Nikolai Gógol, que vuelve a los escenarios porteños, en una de las apuestas del Teatro San Martín del presente año que ya está concluyendo.


Daniel Veronese fue el encargado de llevar adelante este proyecto en el cual se rodeó de un elenco de probada calidad. La delirante comedia de enredos en la que Gógol va más allá de su género, sigue vigente. El pueblo –y el alcalde en especial- esperan a un inspector para que controle el funcionamiento de la administración pública pero nadie sabe quien es. Por eso, se cree que es un hombre que está hospedado en un hotel, pero éste se encuentra allí por otros motivos.

Será esta confusión la que genera no solo la puesta en sí sino que es la excusa que usa Gógol para dar cuenta de la codicia y el egoísmo de los hombres asi como la ceguera para reflexionar sobre lo acontece en una situación determinada. Claro, siempre es más fácil seguir órdenes que encarar los problemas. 
Detrás de la risa que propone el texto, se ven las posiciones acomodaticias de todos los personajes y su relación con la hipocresía y la relación con la autoridad de turno. En ese punto, tiene un trasfondo de crítica social. La corrupción atraviesa a la puesta pero ¿quien está en condiciones de tirar la primera piedra? Pero esa gambeta corta que se le hace a la ley es la que permite la reflexión. Inclusive el “Si se puede” en el que suena en el medio del texto, tiene su propia resignificación por más que forme parte del texto original.

En el marco de un elenco de calidad, Jorge Suarez y Carlos Belloso conforman la dupla que sostiene la puesta. Suarez como ese alcalde inescrupuloso que hace todo lo que sea necesario para mantener la fachada que él mismo ha creado de su gestión. En cambio, Belloso es quien viene a romper con lo ocurrido aunque sea, tal como dijo el filósofo mexicano Roberto Gomez Bolaños, “sin querer, queriendo”. Más aún cuando todo lo hace desde el lugar de la hilaridad, con cierto guiño bajtiniano, a partir de la burla hacia la autoridad. Su «inspector» tiene algo de Buster Keaton con Curly, captando la risa del auditorio. Por su parte,  Maida Andrenacci es la hija del alcalde que cautiva desde un mix de inocencia y simpatía, dando cuenta de su gran capacidad para la comedia.

El vestuario y la escenografía son las ideales para enmarcar una historia absolutamente dinámica y vertiginosa. Divertida de principio a fín, algunos minutos menos le brindarían una solidez aún mayor.


“El inspector” mantiene la vigencia a pesar del paso del tiempo con una puesta que permite tanto la risa divertida como la reflexión. Esa parodia que refleja lo que ocurre antes y ahora, como farsa y comedia, pero de la que pocos quieren darse cuenta.

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