El pasado es un animal grotesco (Teatro)

La rueda mágica
Dramaturgia y dirección: Mariano Pensotti. Con Pilar Gamboa, Javier Lorenzo, Juan Minujín y Julieta Vallina. Vestuario y Escenografía: Mariana Tirantte. Iluminación: Matías Sendón. Música: Diego Vainer. Asistencia artística: Leandro Orellano
Teatro Sarmiento. Av. Sarmiento 2715. Jueves a domingo, 21 hs.
Que la vida gira en torno a varios acontecimientos de los que uno es protagonista no es ningún descubrimiento. Que estos giros se transformen en una comedia o en un drama, tampoco. Mariano Pensotti creó a Pablo, Mario, Laura y Vicky, cuatro personas que podrían ser cualquiera de nosotros pero frente a situaciones tragicómicas, de vidas urbanas. Cada uno de ellos, con sus mundos de paranoia, sueños de reconocimiento e incapacidades propias. ¿Son la generación del menemismo?. 

El vacío y ese “querer ser” que abarca a la generación que abarca los 25 a 37 años, generación Z de nihilismo consumista devenido adultez perfecta dentro de la sociedad, es abordado con sabiduría y excelencia por una dramaturgia atrapante e historias reconocibles e identificables. El período de tiempo que toma Pensotti (mayo 1999-mayo 2009/10), no es arbitrario ni fortuito. Más aún, si lo relacionamos con los hechos acontecidos en el país y con una fuerza política que considera que la paz de los argentinos se puede establecer “mirando hacia adelante”, sin “revanchismos” ni mirar el pasado (de justicia, ni hablar, ¿no?). Con una narración intercalada entre los protagonistas, la vida gira y gira en un escenario móvil, con lo cual la simultaneidad de los acontecimientos haciéndose carne en las excelentes actuaciones con las que cuenta la puesta. Al respecto, hay que hacer mención de la fortaleza del concepto general de la puesta ya que sin la altura actoral, la obra caería en lo que muchas veces se critica a tantas puestas de los realizadores jóvenes: lograda a nivel técnico pero fría en su contenido y expresión.

La escenografía varía en cada uno de los cuatro espacios en que está divida la rueda en la que gira la vida de estos cuatro seres, con precisión y exactitud suiza. La música y la iluminación crean los espacios precisos para el devenir de la narrativa dramatúrgica.
“El pasado es un animal grotesco” es una muy buena editorial acerca de los jóvenes adultos de nuestra época, justo en un momento de cambios (o puestas en duda) de paradigmas que, hasta hace poco, eran casi intocables. 

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