“El último. Diatriba de amor por mensaje de audio.” (Teatro)

La mercantilización del deseo

Autoría, producción y dirección: Marcelo Allasino. Con Marcelo Gieco y Agustín Keller. Espacio e iluminación: Marcelo Allasino. Música original: Agustín Keller. Piano: Luis Enrique Carballosa. Mastering: Brian Taylor. Grabación de efectos sonoros: Nico Diab. Colaboración en vestuario: Gustavo Mondino. Colaboración en utilería: Salvador Aleo. Cámara y edición de video: Beto Bellezze. Fotos: Trinidad Bussolaro. Diseño gráfico: Leonor Barreiro. Asistencia y operación: Daio Albanesi y Fernando Sacone

Teatro El Extranjero. Valentin Gómez 3378.. Sábado, 20 h.

Por Mariana Turiaci (@turiacimariana)

Generalmente el teatro, cuando está bien hecho y comprometido con la realidad, interpela, deja preguntas resonando y nos enfrenta a situaciones que a veces no queremos ver. En esta ocasión, Marcelo Allasino pone en escena un hecho que habitualmente sucede en la oscuridad de una habitación anónima.

Un joven trabajador sexual y un hombre maduro se vinculan sexoafectivamente. Uno necesita el dinero que al otro le sobra. Uno quiere libertad mientras que el otro reclama atención. Uno piensa el mundo sin prejuicios y el otro lo concibe desde una mirada tradicional. Para uno de ellos es solo un trabajo cuando para el otro se trata del amor de su vida. Estas antinomias crean entre ambos, un terreno pantanoso que los envolverá en una niebla seductoramente violenta con un único desenlace.

Agustín Keller y Hervé Segata le dan vida a estos personajes con entrega y verdad mientras logran construir un vínculo tan complejo como conocido, el del amor romántico atravesado por relaciones de poder. Esas contradicciones se vislumbran en unos cuerpos que tienen la disponibilidad necesaria para encarnar esos encuentros y desencuentros de tal manera que la tensión va creciendo en una atmósfera inquietante.

La dirección de Allasino sabe muy bien qué quiere contar y cómo hacerlo. Para ello se vale de diferentes recursos técnicos y artísticos que, en conjunto, construyen una poética de lo erótico. Los personajes se demuestran afecto y odio al mismo tiempo, se buscan y se repelen, por momentos habitan el mismo espacio y en otros no lo comparten. Todo, en el marco de movimientos sutilmente coreografiados. Se destaca la iluminación y la proyección de escenas que dialogan con lo que sucede en el aquí y ahora teatral.

El texto del propio director sobresale por su poesía y por animarse a hablar de estos temas sin tabúes. De hecho, el germen de la obra estuvo en un crimen de género, ocurrido en la Ciudad de Buenos Aires en 2020 cuando un joven trabajador sexual fue asesinado en un hotel céntrico. Profundamente actual, la dramaturgia de Allasino le da voz a quienes habitualmente no la pueden alzar y logra dejar abiertas varias preguntas.

“El último” propone una reflexión sobre el poder que atraviesa a las relaciones sexoafectivas, la mercantilización del deseo, los riesgos del amor romántico y la soledad en una sociedad hiperconectada y el individualismo. Esto, mediante una puesta que lleva a las tablas, aquello que «molesta». Algo por demás, destacable, más aún, en estos tiempos donde afloran los discursos de odio.

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