¡Se largó la sexta edición del Festival Temporada Alta de Buenos Aires (TABA)! Los signos de admiración surgen del deseo ferviente de poder ver algo que sacuda la modorra de este comienzo de 2018. Frente a direcciones/puestas que atrasan años, uno quiere ilusionarse con ver algo que conmueva y provoque algo más que un bostezo.
Por tal motivo, el doblete realizado en el primer día del TABA nos mantuvo en vilo con dos propuestas que merecen verse y son absolutamente destacables, desde lugares distintos. Nos referimos a “Pluja” y “Lo único que necesita una gran actriz, es una gran obra y las ganas de triunfar”.
Guillem Albà abre el juego de una puesta encantadora, de un carácter lúdico y ameno, que entabla un diálogo inmediato con el espectador. Las dulces y certeras melodías de piano, muy bien interpretadas por Clara Peya, inician un viaje donde la poética y el humor van de la mano, en perfecta sincronía. La iluminación crea climas de ensueño donde los títeres y la gestualidad de Albà construirán sentidos relatos a partir de pequeñas y contundente acciones. Titeres caminantes o nadando en aguas luminosas se funden con la música y la creación de diversas sensaciones. Todo en el tiempo justo, donde todo está en su lugar.
Terminada la primera función, nos quedamos en la sede Boedo de Timbre 4 para la segunda puesta de la noche. Un poco de aguardiente no viene mal y ayuda –aunque no lo crean- a paliar el calor.
El olor, el lenguaje, el tacto y la necesidad constante de tener otro para comunicarse es importante en la construcción de sentido de la obra.
Diana Magallón García y Mari Carmen Ruiz ponen sus cuerpos en escena, despojados de todo artificio junto a sus voces. Estas no paran y si lo hacen, será ese “retroceso para tomar impulso”. Arrasan y te llevan puesto. La creación de sentido es constante. Desde el marco de un camarín en el que escucha «¿Acaso hay que estudiar para actuar?» hasta ese espacio/no-lugar, que las recibe al finalizar el día. La escenografía y la iluminación conforman un tandem de precisión y calidad para el desarrollo de la puesta.
Así como la tormenta se presenta con la furia a cuesta, llegará a su fín de la manera que tiene que hacerlo. Será en el preciso instante que la experiencia ha llegado a su fín que uno se queda sorprendido, pasmado y hasta cansado por lo vivido. De más está decir que destacamos esto último porque, ¿qué sentido tiene ir a ver una expresión artística que viene completamente diluida y apta para el consumo inmediato? Ninguno.
Por este motivo, las dos obras mencionadas exigen un poco más al espectador. Les piden, como dirían en fútbol, “hacer sociedades”, “tirar paredes” juntos en el ámbito del teatro. Pero para hacerlo y llevar todo a buen puerto, necesita del compromiso de ambos. Desde el escenario, está garantizado y desde la platea, al entrar y dejarse llevar por estos códigos, disfrutará de un momento cautivante de teatro.
“Pluja»
Con Guillem Albà y Clara Peya. Creación: Marc Angelet, Andreu Martínez, Clara Peya – Guillem Albà. Dirección: Guillem Albà. Dirección musical: Clara Peya. Dramaturgia: Marc Angelet. Coreografía: Ariadna Peya. Duración: 40 minutos.
Viernes 2 y sábado 3 de febrero, 20.30 hs y domingo 4 de febrero, 18.30 hs. Timbre 4. Sala Boedo.
“Lo único que necesita una gran actriz, es una gran obra y las ganas de triunfar”.
Con Diana Magallón García y Mari Carmen Ruiz. Dirección: Damián Cervantes. Compañía: Vaca 35, Teatro en grupo. Duración: 50 minutos.
Viernes 2 y sábado 3 de febrero, 21.30 hs. Timbre 4. Sala Boedo.